El animal de más de 2.000 kilos con cerebro diminuto: solo representa el 0,02% del total de su peso
Ni necesita sentido estratégico ni habilidades especiales para sobrevivir a sus depredadores.

El tamaño del cerebro respecto al del cuerpo es un dato muy llamativo en el caso de muchos animales. Un ejemplo curioso lo resaltaba hace un tiempo un estudio publicado en la revista Live Science, el del cachalote. Su cerebro pesa 8 kilos, lo que es un montón, aunque el peso de este animal ronda las 40 toneladas.
Y, en concreto, de los animales que se han estudiado, el que tiene el cerebro más pequeño en relación con el cuerpo es el pez luna. Esta especie puede llegar a pesar más de 2.000 kilos, y tiene un cerebro de apenas 9 gramos, lo que representa alrededor del 0,02% de su peso corporal. Otros ejemplos de cerebros pequeños son los de algunos reptiles, como los cocodrilos, y los de ciertas especies de peces y anfibios. De ahí el dicho de "tienes el cerebro de un pez" para las personas con mala memoria.
La clave de esta diferencia de tamaño de su cerebro respecto a su cuerpo tiene que ver con factores evolutivos. El primero de ellos es la baja complejidad conductual. A diferencia de especies como los mamíferos o aves, que requieren cerebros más grandes para procesar información compleja, el pez luna lleva una vida sencilla. Básicamente se dedica a la alimentación, la flotación pasiva y la reproducción, cuestiones que para los que no necesita un gran desarrollo cerebral.
Además, el pez luna ha evolucionado para crecer hasta tamaños enormes, lo que reduce sus amenazas naturales. Y eso hace que tampoco necesite tener un gran cerebro que le permita desarrollar estrategias para sobrevivir a las amenazas de otros animales. Esto unido a que su gran tamaño y su piel gruesa le ayudan también a defenderse sin necesidad de pensar o mover una aleta.
Otra razón relacionada con las anteriores para que no necesite un cerebro grande es que, como se pasa la mayor parte del tiempo flotando y dejándose llevar por las corrientes, no necesita una gran energía para ello. Ya que otros animales necesitan más energía, por ejemplo, para el crecimiento corporal o para la producción de una enorme cantidad de huevos.
