El espacio natural en Toledo que algunos ya han bautizado como el 'Serengueti español'
Un enclave protegido con una extensa biodiversidad.

España cuenta con una red de parques nacionales que actúan como auténticos refugios para la fauna: espacios protegidos donde conocer acerca del mundo animal en su estado más natural posible. Entre ellos, hay un paraje que recuerda a las grandes llanuras africanas, con amplias explanadas salpicadas de encinas donde los ciervos pastan a cielo abierto, las aves rapaces dominan el aire y la biodiversidad sorprende en cada sendero.
Estamos hablando del Parque Nacional de Cabañeros, cuyo paisaje parece sacado de la región africana y le ha hecho ganarse el apodo de ‘Serengueti español’. Lo que hoy es territorio protegido estuvo a punto de transformarse en un campo de tiro, pero la movilización social y decisiones administrativas cambiaron su rumbo y lo convirtieron en uno de los espacios naturales más valiosos de la península.
Fue creado como parque natural en 1983 por el Gobierno de España y elevado a la categoría de Parque Nacional en 1995, ampliando su extensión hasta las 40.856 hectáreas actuales repartidas entre las provincias de Toledo y Ciudad Real. Constituye uno de los mayores exponentes del monte mediterráneo en la península donde conviven especies en peligro que encuentran en estas tierras un refugio, como el Águila imperial ibérica o el Buitre negro, tal y como se lee en su página web.
Un paraíso animal
El paisaje más extenso y plano del parque, conocido como raña, convive con macizos montañosos como el Rocigalgo, y da lugar a una imagen abierta y ondulada que ha inspirado el apodo de ‘Serengueti español’ en reportajes y guías turísticas. Aquí habitan grandes grupos de ciervos, jabalíes y corzos, además de zorros, ginetas, meloncillos y el lince ibérico, símbolo de la conservación en España.
Además de su fauna visible, Cabañeros alberga comunidades vegetales de alto valor, como encinas, quejigos, alcornoques y robles; y enclaves protegidos que sostienen especies raras o amenazadas. El parque es además Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) y forma parte de la Red Natura 2000, marcos que refuerzan su interés para la conservación y la investigación científica.
El espacio cuenta con una extensa red de senderos peatonales y varios centros de visitantes que facilitan la aproximación: rutas famosas como la del Boquerón de Estena, la Colada de Navalrincón o la Ruta de las Encinas permiten recorrer tramos representativos de la raña y las sierras. Además, el acceso al parque es libre desde los pueblos que lo rodean aunque las autoridades recomiendan planear la jornada y utilizar los aparcamientos habilitados.
