El extraño animal de apenas un milímetro, pero resiste más que un elefante
Se caracterizan por su desarrolladísimo instinto de supervivencia.
Mide menos de un milímetro, pero puede sobrevivir a condiciones que destruirían a cualquier otro ser vivo. Los tardígrados, también conocidos como “osos de agua”, son uno de los grupos animales más sorprendentes y desconocidos del planeta. En los Países Bajos acaban de identificar 21 especies nuevas, lo que eleva a 35 el total conocido en el país: más del doble de las registradas hasta ahora.
A pesar de su aspecto casi caricaturesco —una mezcla entre el muñeco Michelin y un osito de peluche—, los tardígrados son auténticos campeones de la supervivencia. Pueden deshidratarse por completo, congelarse, resistir radiaciones extremas o incluso permanecer años en el vacío sin sufrir daños. Al rehidratarse, simplemente vuelven a la vida como si nada hubiera pasado.
Su minúsculo tamaño los hace invisibles a simple vista, pero están literalmente en todas partes: desde el musgo de los jardines y las cumbres de seis mil metros hasta los fondos marinos a cinco kilómetros de profundidad. Son tan ubicuos que, como dicen los científicos, si se eliminaran todos los demás organismos de la Tierra y solo quedaran tardígrados, aún podrían distinguirse los contornos del planeta.
Pese a su extraordinaria resistencia, los tardígrados han pasado desapercibidos durante siglos. No existen sociedades dedicadas a su estudio, como sí ocurre con las aves o las mariposas, y apenas suscitan interés fuera de los laboratorios. Sin embargo, su biología única los convierte en un modelo fascinante para la investigación científica, especialmente en campos como la astrobiología o la criogenia.
Su nombre proviene del latín Tardigrada, que significa “caminantes lentos”, y define bien su modo de moverse: despacio, pero con una tenacidad que les ha permitido sobrevivir a cataclismos planetarios. Son invertebrados, pero no pertenecen a ningún grupo mayor conocido, como los artrópodos o los moluscos.
El reciente hallazgo en los Países Bajos se debe al redescubrimiento de una colección olvidada del biólogo Jan van Arkel, quien reunió más de mil muestras de tardígrados hasta 2012. Al revisarlas, los expertos del museo Naturalis detectaron numerosas especies nunca antes descritas en el país.
El caso ha despertado el interés por estos diminutos seres y ha impulsado a los científicos a proponer un nuevo frente de investigación ciudadana. Observar tardígrados no requiere grandes medios, solo curiosidad y un microscopio. Quizá ha llegado la hora de que estos “caminantes lentos” salgan por fin de la sombra científica y reciban la atención que su asombrosa biología merece.