Un estudio revela el intenso dolor de 10 minutos que sufren los peces cuando mueren de asfixia
En algunos casos llegan a soportarlo durante 22 minutos.

Durante años, la gran incógnita entre científicos y defensores de los animales ha sido la misma: ¿sienten dolor los peces al morir? A diferencia de mamíferos o aves, la percepción del sufrimiento en los animales acuáticos ha sido motivo de intenso debate.
Sin embargo, un nuevo estudio publicado en Scientific Reports ofrece una respuesta inquietante. Según cuentan los peces sí sienten dolor, y lo experimentan de forma prolongada e intensa al morir por asfixia.
La investigación, realizada por la organización de investigación, Welfare Footprint Institute, centra su análisis en la trucha arcoíris, una de las especies más utilizadas en acuicultura y pesca, y revela que estos animales pueden sufrir un promedio de 10 minutos de dolor extremo antes de morir, llegando en algunos casos a soportarlo hasta 22 minutos.
Una muerte lenta y dolorosa
El estudio examinó qué ocurre cuando los peces mueren por asfixia lenta, un método común tanto en la pesca recreativa como industrial. Para medirlo, los científicos aplicaron el Marco de Huella de Bienestar (WFF), una herramienta que calcula la intensidad y duración del sufrimiento animal.
Los resultados fueron contundentes ya que las truchas sometidas a este proceso no solo perciben dolor, sino que lo hacen de manera sostenida. Factores como el tamaño del pez y la temperatura del agua influyen en cuánto se prolonga la agonía.
Los investigadores subrayan que existen métodos más humanos que podrían evitar este sufrimiento, como el aturdimiento eléctrico o la matanza a golpes, que bien aplicados logran reducir de forma significativa los minutos de dolor.
Otra víctima del estrés
La trucha no es la única especie en el punto de mira. Según el medio noruego Forskning, en un estudio danés-sueco de 2024 sobre el arenque capturado con redes de arrastre pelágicas, los investigadores encontraron que el 96% de los peces ya estaba muerto al llegar al barco. Sin embargo, antes de morir habían experimentado altos niveles de estrés severo.
Como recoge Forskning el investigador Albin Gräns, de la Universidad Sueca de Ciencias Agrícolas, fue claro en sus conclusiones: “Vemos señales claras de un estrés severo y que los peces han muerto de una manera realmente cuestionable”. Además, señala que reducir la duración de la pesca de arrastre y disminuir el tamaño de las capturas podría mejorar notablemente el bienestar animal en este tipo de faenas.
