Dani, estudiante español en EEUU, sobre la comida del instituto: "Aunque tenga muy buena pinta, realmente no sabe bien"
“A veces hasta me encuentro mal por comerla”.

Estudiar un curso en el extranjero es una experiencia enriquecedora, pero también un choque cultural constante. Más allá de aprender un nuevo idioma, cada detalle del día a día supone un proceso de adaptación.
Cada año, miles de jóvenes españoles viajan a Estados Unidos para cursar Bachillerato, donde se encuentran con nuevos horarios, métodos educativos diferentes y costumbres que no conocían. Entre esos contrastes destaca la comida escolar, que es uno de los más comentados.
Dani, estudiante español en Larkspur (Colorado) y creador de contenido en TikTok bajo el usuario @dakhtaar, lleva meses relatando su adaptación al sistema educativo estadounidense. En uno de sus vídeos más recientes ha puesto el foco en la alimentación del instituto, un tema recurrente entre los jóvenes internacionales.
"No sabe bien"
“Aunque parezca que lo que estoy comiendo tenga muy buena pinta, realmente no lo tiene y no sabe bien”, explica mientras muestra el plato del día. Según relata, el menú suele ser poco variado y no siempre resulta apetecible. “En un lunch de Estados Unidos tienes básicamente dos opciones: un cacho de pizza como este o una ensalada, que es lo que me suelo coger casi siempre. También hay pollo, pero de muy mala calidad”.
Ante la falta de alternativas saludables, Dani ha encontrado una fórmula intermedia para sobrellevar el día a día. Se trata de combinar la comida gratuita que ofrece el instituto con lo que prepara en casa o compra fuera. “La verdad es que la comida del high school (instituto) no es la mejor del mundo y no me alimenta muy bien”, resume. “A veces hasta me encuentro mal por comerla”.
El choque de cocinas
España destaca por seguir la dieta mediterránea, considerada una de las más saludables del mundo y reconocida por organizaciones como US News & World Report por sus beneficios para la salud: la alta presencia de frutas, verduras, legumbres, pescado, aceite de oliva y elaboraciones frescas con poca comida ultraprocesada.
Al llegar a Estados Unidos, la comparación resulta inevitable. La diferencia entre los estándares nutricionales españoles y los estadounidenses se hace evidente desde el primer almuerzo escolar. En muchos centros norteamericanos predomina un formato de comedor rápido, con menús basados en alimentos precocinados, baja variedad y opciones que priorizan la rapidez sobre la calidad.
Para estudiantes españoles que se van a estudiar fuera, esta realidad es una parte importante del proceso de adaptación a una cultura con rutinas y prioridades nutricionales muy distintas.
