Un pez invasor de 2 metros lo devora todo a su paso y dos pescadores valientes deciden pasar a la acción
Puede llegar a pesar más de 70 kilos.

El pez bagre gigante ha invadido los ríos del norte de Italia, devorando todo a su paso y desequilibrando el ecosistema. Pero dos pescadores, Mattia y Gabriele, se han convertido en los auténticos héroes de esta historia.
Desde hace años, el río Ticino, en la región de Lombardía, ha sido el escenario de la silenciosa invasión del bagre, un pez colosal que puede superar los 2 metros de longitud y pesar más de 70 kilos.
Sin depredadores naturales y con una dieta voraz, este pez se ha convertido en una amenaza para la biodiversidad local. Frente a esta realidad, Mattia Ferrari, de 21 años, y Gabriele Ceriotti, de 34, han decidido actuar.
Cazadores de gigantes
“Navegamos el río de noche porque es cuando los bagres más grandes salen a cazar”, explican los dos amigos, que se conocen desde hace años y comparten la afición de capturar a los mayores ejemplares de esta especie invasora. Con cebos vivos, artificiales, gusanos e incluso calamares, se enfrentan a estos depredadores que “devoran todo lo que se cruza en su camino”.
Mattia recuerda que una vez capturó un ejemplar de 213 centímetros y más de 70 kilos que tardó horas en sacar del agua. “Cuando enganchas un pez así, no solo estás luchando contra su peso, sino también contra la corriente. Es una batalla real”.
Gabriele, por su parte, logró atrapar uno de 201 centímetros hace unos meses. “Lo que da miedo no es el tamaño de uno, sino pensar en cuántos hay. Se multiplican a una velocidad increíble y nadie los detiene”.
Una especie sin freno
Originario de Europa Central y del Este, el bagre fue introducido hace décadas para la pesca deportiva. Pero con el paso del tiempo se ha convertido en un problema ambiental de primer nivel. “La situación es preocupante”, comentan los pescadores. “Ya no se trata solo de una afición, sino de proteger el equilibrio del río”.
Las hembras pueden poner decenas de miles de huevos al año, y su falta de enemigos naturales los convierte en una especie dominante que arrasa con peces nativos, anfibios e incluso aves.
A pesar del contexto adverso, Mattia y Gabriele continúan su cruzada. “Sabemos que no vamos a erradicarlos solos, pero cada captura es una victoria”. Con sus cañas, su experiencia estos dos amigos están defendiendo un ecosistema.