Ahora que llega el verano, las frutas de temporada son el arándano, la frambuesa, la pera, la sandía y el melón, según recoge la organización Greenpeace. Ahora bien, a diferencia de lo que ocurre con la pera o las frambuesas, no es tan sencillo detectar a simple vista el estado de los melones. 

Es por ello que desde el portal web polaco TVI han dado una serie de recomendaciones. El primero de ellos consiste en fijarse en el tallo. Si este se desprende con facilidad es que la fruta ya está madura y, por tanto, lista para comer. 

La cáscara también puede servir de indicador. Cuando esta se encuentra demasiado blanda, el melón está demasiado maduro. En caso de la superficie apenas ceda, entonces el melón no está listo para su consumo. 

Otro de los indicadores que ha recogido el sitio web polaco es el color. Según señalan, la saturación es directamente proporcional con la madurez de la pieza de la fruta que se esté analizando. 

También señalan la importancia del olor del melón. Cuanto más maduro esté, mayor aroma desprenderá y, por lo tanto, más dulce sabrá al gusto. Finalmente, hablan de atender también al peso. Producto de proceso de maduración, la fruta va cogiendo peso y va reteniendo su jugo.