El aviso de la AESAN sobre el descuido de muchos en verano y que puede acarrear más de un disgusto
El calor puede ser mal compañero.

El verano parece empezar a dar sus últimos coletazos, pero lo cierto es que las temperaturas siguen siendo elevadas en diversos puntos de España y que aún muchas personas disfrutan de vacaciones, escapadas, días de playa y celebraciones. Todas ellas suelen tener en común la presencia de comida, ya sea preparada en casa o comprada.
Como recuerda la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), no hay que descuidarse. Aunque el contexto invite a la relajación, con el calor los alimentos perecederos "no perdonan": si no se mantienen las debidas precauciones y han estado a temperatura ambiente, la recomendación es no consumirlos.
Así que, por muy buena pinta que tenga, por ejemplo, esa tortilla que has llevado a la playa, pero no en nevera o que ha estado mucho tiempo fuera, o la que te han puesto en un establecimiento y que has visto que no estaba convenientemente refrigerada, piénsatelo dos veces si no quieres arriesgarte a una intoxicación alimentaria.
Como detalla la AESAN en su web, "los microorganismos son seres vivos que necesitan que el alimento, que les sirve de vehículo y de hábitat, les brinde unas condiciones favorables: disponibilidad de nutrientes, temperatura adecuada, entorno no agresivo (condiciones de acidez, salinidad, humedad)".
Si esas condiciones les son favorables, " si les concedemos el tiempo necesario, se reproducirán pudiendo alcanzar dosis infectivas; producirán toxinas aquellos que son toxigénicos... En definitiva, convertirán un alimento inocuo en un producto peligroso".
Otras "reglas de oro" para la seguridad alimentaria en verano son las siguientes que recomienda la agencia:
- Consumir alimentos que hayan sido tratados o manipulados higiénicamente.
- Cocinar correctamente los alimentos de origen animal.
- Consumir los alimentos inmediatamente después de ser cocinados.
- Conservar correctamente los alimentos cocinados.
- Calentar suficientemente los alimentos cocinados.
- Evitar el contacto entre los alimentos crudos y los cocinados.
- Asegurar una correcta higiene de la persona que va a manipular los alimentos y una limpieza adecuada en todas las superficies de la cocina.
- Mantener los alimentos fuera del alcance de insectos, roedores y animales de compañía.
- Utilizar exclusivamente agua potable.
- No consumir alimentos perecederos que estén expuestos a temperatura ambiente.
