El rallador de queso es un tesoro en tus manos con muchas más funciones que las muy conocidas
Pocos saben de ello.

El rallador de queso es un objeto que se puede encontrar en muchas casas y cocinas, pero que esconde algo que no todo el mundo sabe. Se convierte en un tesoro con muchas más funciones que las muy conocidas.
Sirve para rallar queso, pero también otro tipo de verduras, como las zanahorias o los calabacines. Se suelen usar sus cuatro lados para dejar todo picado y que no haga falta sacar el cuchillo.
Pero para sorpresa de muchos, hay otras funciones que sirven para este elemento tan conocido. El lado de agujeros pequeños es el que se suele usar habitualmente para rallar queso.
Hay una parte que tiene un orificio un poco más grande. Como es lógico, ahí se puede cortar el queso, con tiras más grandes. También sirve para rallar rápidamente verduras un poco más grandes.
El rallador también tiene una ranura, muy parecida a lo que suele ser una mandolina. No se suele usar mucho, pero en el caos de querer tener tiras un poco más largas, es la opción ideal.
El lado que suele ser más problemático y suele mancharse con más facilidad no es del todo inútil. Sirve para rallar cáscara de limón, ajo, jengibre o utilizarlo para hacer nuez moscada.
