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José Manuel Trigo, padre de 10 hijos: "Comprando envases unitarios te sale un poco más caro que envases grandes"

José Manuel Trigo, padre de 10 hijos: "Comprando envases unitarios te sale un poco más caro que envases grandes"

Reconoce que, para llegar a fin de mes, no basta con ajustar el presupuesto: hace falta disciplina, organización y mucha visión a largo plazo.

Un padre de compras con sus hijos
Un padre de compras con sus hijosSvetlana Repnitskaya- Getty Images

En un momento en el que llenar la cesta de la compra se ha convertido en un desafío incluso para hogares pequeños, las familias numerosas viven una realidad mucho más exigente. José Manuel Trigo, presidente de la Federación Española de Familias Numerosas y padre de diez hijos, ha compartido, según recoge este diario, uno de los métodos que aplica en su día a día para no disparar el presupuesto familiar: comprar siempre a lo grande.

Trigo, con hijos que van desde los 20 hasta los 40 años, conoce de sobra el impacto económico que supone alimentar y vestir a una familia tan amplia. Explica que los gastos anuales pueden situarse entre los 20.000 y los 30.000 euros, una cifra que refleja la dificultad que afrontan estas familias frente a un sistema que, asegura, no compensa el esfuerzo que realizan. Por eso, insiste en que en España sigue pendiente una política real de apoyo, similar a la que existe en otros países europeos con prestaciones directas por hijo.

Su truco de ahorro parte de una idea sencilla: comprar formatos grandes siempre que sea posible. Productos de uso constante como el pan de molde, el cacao, la pasta o el detergente suponen un gasto fijo. Según él, adquirirlos en envases pequeños hace que el precio se dispare sin necesidad. "Comprando envases unitarios te sale un poco más caro que envases grandes", afirma. En cambio, comprar grandes cantidades reduce el coste por unidad y, a final de mes, marca una diferencia importante para su hogar. La lógica es clara: si algo se consume cada semana, comprarlo en grande es una inversión y no un gasto añadido.

A esto se suma una filosofía muy marcada en su casa: aprovecharlo todo. La ropa pasa de un hijo a otro, los alimentos se planifican para evitar desperdicios y las compras grandes se realizan en función de las ofertas. Trigo reconoce que, para llegar a fin de mes, no basta con ajustar el presupuesto: hace falta disciplina, organización y mucha visión a largo plazo.

Más allá del dinero, Trigo subraya la dificultad que presenta la conciliación. Considera que la legislación actual no contempla la realidad de familias con más de dos hijos: los días de cuidado son insuficientes y la prestación por desempleo deja de incrementarse a partir de cierta cifra, aunque los gastos continúen creciendo proporcionalmente. Asegura que esto coloca a las familias numerosas en desventaja continua frente a un sistema que, según él, no reconoce su papel en el relevo generacional.