Ni Mercadona ni Carrefour ni tampoco Lidl: solo una marca se salva del test de la OCU a 45 tipos de fideos
La OCU revela que la mayoría de los fideos instantáneos analizados no cumplen con los estándares nutricionales y de calidad esperados.
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha publicado un análisis exhaustivo sobre la calidad de 45 preparados de fideos instantáneos disponibles en los supermercados de España. Los resultados fueron desalentadores: solo 12 productos lograron aprobar la evaluación, mientras que los 33 restantes no alcanzaron los estándares mínimos de calidad y nutrición.
Según el informe de la OCU, los fideos instantáneos presentan varios problemas comunes. En primer lugar, su aporte nutricional es insuficiente. De media, estos productos contienen 119 kcal por cada 100 gramos, con un 16% de hidratos de carbono, un 5% de grasa (principalmente saturada debido al uso de aceite o manteca de palma) y apenas un 2,7% de proteínas. Incluso aquellos que incluyen pollo, carne o pescado no logran mejorar significativamente su perfil nutricional. Además, algunos productos tienen un contenido de sal superior al 1,25%, lo que los hace poco saludables.
Otro aspecto preocupante es la cantidad de aditivos presentes en estos productos. La OCU encontró hasta 10 aditivos en algunos casos, incluyendo conservantes, potenciadores del sabor y colorantes. En particular, cinco productos contenían el colorante E150c (caramelo amónico), que puede contener sustancias no deseadas como el THI inmunotóxico y el 4-MI, sospechoso de ser cancerígeno.
La degustación de los noodls también dejó mucho que desear. Los expertos describieron los productos como simples fideos cocidos y blandos, con sabores artificiales que recuerdan a polvos o concentrados de carne. Además, las guarniciones eran escasas y de mala calidad. Sin embargo, hubo tres excepciones que destacaron por su calidad: Yakisoba Soja de Hacendado, Soba Classic de Nissin y Curry Indian Style de Maggi Fusian, siendo este último el mejor valorado en la Escala Saludable de la OCU.
La presentación de los noodles varía entre envases en vaso y en bolsa. Los productos en bolsa suelen ser más económicos, pero requieren más tiempo de preparación y limpieza.
La OCU también hizo un llamado a la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) para que, en colaboración con las autoridades europeas, reforme la normativa actual de etiquetado. La organización solicita que se aumente el tamaño de la letra en el etiquetado de los productos, de los actuales 1,2 mm a 3,0 mm, y que se destaque la información nutricional y el Nutriscore en el frontal del envase.
Un estudio de la OCU reveló que los fabricantes limitan la presencia de información obligatoria, como la fecha de caducidad y la lista de ingredientes, al 30% del envase, relegándola a la parte trasera o a los laterales. El 70% restante del espacio se dedica a mensajes publicitarios y marketing del producto. La OCU considera que una mejor visibilidad de la información obligatoria en el etiquetado contribuiría a una compra más reflexiva y saludable.
