No tires tus frascos de la salsa a la papelera: son un tesoro si conoces este simple truco
Buscar una segunda vida a algunos objetos no solo es bueno para la naturaleza, sino también para nuestro bolsillo.
Dar una segunda oportunidad a los objetos no solo es una elección sostenible, sino que también puede ayudar a potenciar nuestra creatividad y, a la vez, a ahorrarnos algo de dinero. Por ejemplo, utilizando cajas a modo de organizadores, empleando latas de metal o botellas de plástico en macetas o portalápices o, en este caso, transformando los frascos de salsas como la de tomate en hermosos jarrones de flores.
Para ello, coge los frascos que se encuentren vacíos (puede servir uno de tomate, uno de conservas o incluso uno de mermelada), retira las etiquetas que pueda tener, mételos en el lavavajillas y dales finalmente con la parte dura de una esponja para eliminar cualquier resto que pueda haber de la etiqueta. Por último, deja volar la imaginación y decora el tarro según tus gustos e intereses, puedes emplear cuerdas, cintas, pintura o lo que prefieras.
Realizar este truco no solo te hará ahorrar algo de dinero, sino que además contribuirá al medio ambiente, pues la producción de vidrios consume mucha energía y materias primas que contribuyen a la contaminación, tal y como recoge Guardian Glass. Además, cabe destacar que el vidrio tarda hasta un millón de años en descomponerse, por lo que al reutilizarlo evitamos que acabe en los océanos o los vertederos.
Junto a este uso, también existen otros ejemplos de segunda vida que podemos darles a estos tarros o frascos. Desde utilizarlos a modo de despensa para guardar frutos secos, especias o aceite, o reutilizarlos como táper para guardar sobras de algunas comidas. También hay ideas más creativas como por ejemplo convertirlo en una pequeña lámpara o incluso se puede emplear a modo de decoración.
Otras cosas que se pueden reutilizar son los cartones de huevos (con los que podemos hacer semilleros, por ejemplo, o manualidades) o incluso la ropa o toallas, los cuales pueden servir para hacer juguetes o para crear trapos con los que limpiar el hogar.