Tirón de orejas de Europa a España por ser la portadora de la fruta más 'sucia' junto con Marruecos y Egipto
El uso de pesticidas genera preocupación entre los consumidores europeos.

Las fresas, una de las frutas más populares en Europa, vuelven a estar en el punto de mira por, esta vez, la cantidad y el uso de pesticidas. Los productos que recolectados en zonas de producción en España, Marruecos y Egipto figuran, así lo arrojan una serie de estudios, entre los que registran mayores niveles de residuos químicos, algo que ha provocado que la Unión Europea le haya dado un tirón de orejas al Gobierno español.
La demanda de fresas no entiende de estaciones. Aunque la fruta siempre se ha asociado a épocas del año más calurosas, como primavera y verano, el cultivo en invernaderos y las importaciones, garantizan su presencia en los supermercados también en invierno. A ese nivel de producción, según el portal griego Flash, en los campos españoles -Huelva es la principal principal zona productora y abastece gran parte del mercado europeo- se acude en exceso al uso de fitosanitarios, lo que ha encendido todas las alarmas.
En España, según el citado medio, el cultivo de la fresa necesita un arsenal de productos químicos para combatir todo tipo de plagas y enfermedades. Fungicidas como el sulfato de cobre, insecticidas como el spinosad y herbicidas como el pendimethalin son algunos de los compuestos que se emplean para garantizar una producción abundante. Además, se recurre también a reguladores de crecimiento como las giberelinas, que ayudan a que las plantas florezcan y den frutos en condiciones óptimas. Sin embargo, estos químicos no desaparecen mágicamente: muchos terminan en la fruta que llega a nuestras mesas.
Un estudio reciente realizado por el Organismo de Seguridad Alimentaria de EEUU (FDA, por sus siglas en inglés), el 99% de las fresas analizadas en el país contienen restos de al menos un tipo de pesticida, y el 30% presentan rastros de hasta diez químicos diferentes. En Europa, los estudios científicos apuntan a que el sector agrícola se encuentra en una problemática similar. Por ello, Bruselas ha intensificado los controles de las importaciones de países como Marruecos y Egipto, además de advertir a los productores españoles.
Cómo reducir la exposición a los pesticidas
Para reducir la exposición a estos productos químicos, los consumidores pueden tomar algunas medidas de prevención. Lavar las fresas bajo un chorro de agua durante 30-60 segundos y frotarlas suavemente con una esponja, ayuda a eliminar parte de los residuos. Otra opción es introducirlas en una solución de agua con una cucharada de bicarbonato de sodio entre 10 y 15 minutos, lo que reduce cuantiosamente la presencia de pesticidas. Es recomendable no quitar el tallo verde hasta después del lavado para evitar que la fruta absorba agua y, con ella, posibles restos de químicos.
Para reducir la ingesta de estos compuestos químicos, los expertos aconsejan la compra de productos ecológicos como la única garantía para evitar los pesticidas, a pesar de que su producción es menor y de que su precio es más elevado, el uso de pesticidas químicos para combatir plagas está muy regulado, sustituyéndose por métodos naturales, como el azufre y el cobre.