Un hombre compra un bote de basura en Temu y lo que le llega hay que mirarlo dos veces
“Lo que pedí vs. lo que recibí”.

Comprar por Internet puede ser una experiencia tan cómoda como arriesgada. Con un solo clic puedes conseguir casi cualquier cosa, pero también puedes llevarte una sorpresa si no prestas atención a los detalles. Los expertos en consumo recomiendan verificar siempre la fiabilidad del sitio web, leer las reseñas de otros usuarios y desconfiar de ofertas excesivamente baratas.
Además, es importante consultar las características del producto y asegurarse de que la tienda tenga políticas claras y datos de contacto visibles. De lo contrario, podrías acabar recibiendo algo muy distinto a lo que esperabas como le pasó a un comprador británico que se ha vuelto viral por su insólita experiencia con Temu.
La historia del “mini cubo”
Gareth, un usuario de Reino Unido, solo quería conseguir una buena oferta para su próxima escapada de camping. En Temu —una popular plataforma de compras en línea conocida por sus precios bajos— encontró un cubo de basura por apenas 8 libras (unos 9 euros). Sin embargo, cuando llegó el paquete, lo que había dentro no era precisamente lo que tenía en mente.
Su esposa, Bethany Anne, grabó el momento cuando abrió el paquete. En el clip, Gareth presume orgulloso del precio del cubo, hasta que abre la caja y descubre un cubo de basura diminuto, tan pequeño que apenas caben un móvil.
Un fenómeno que muchos reconocen
El caso de Gareth no es único. Cada vez más personas comparten en redes sociales sus “fracasos con Temu”, mostrando productos que poco tienen que ver con las fotos promocionales. Este fenómeno se ha convertido en una especie de subgénero viral, donde usuarios publican sus experiencias con compras que resultan ser versiones en miniatura, materiales de baja calidad o simplemente objetos completamente distintos a lo que esperaban.
Las plataformas como TikTok, Instagram y X se han llenado de vídeos y publicaciones con títulos como “lo que pedí vs. lo que recibí”, en los que se documentan estas situaciones con humor, sorpresa o incluso indignación. En muchos casos, los compradores reconocen que el precio era sospechosamente bajo, pero aun así se dejaron llevar por la curiosidad o la esperanza de haber encontrado una ganga.
