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Desvelan los países más gruñones de Europa: los dos resultan ser vecinos de España

Desvelan los países más gruñones de Europa: los dos resultan ser vecinos de España

Solo el 20% de los encuestados en estos países se mostraron optimistas.

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Solo el 20% de los encuestados en estos países se mostraron optimistas.

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Solo el 20% de los encuestados en estos países se mostraron optimistas.

Desvelan los países más gruñones de Europa: los dos resultan ser vecinos de España

Solo el 20% de los encuestados en estos países se mostraron optimistas.

Desvelan los países más gruñones de Europa: los dos resultan ser vecinos de España

Solo el 20% de los encuestados en estos países se mostraron optimistas.

Un mapa de Europa.Getty Images

Europa es un continente lleno de contrastes. Mientras algunos países destacan por su calidad de vida y su espíritu optimista, otros parecen sumidos en un estado de descontento permanente. Esto resulta especialmente curioso en dos naciones que, pese a ser destinos de ensueño para millones de turistas cada año, cuentan con los ciudadanos más gruñones de toda la Unión Europea.

Sus paisajes idílicos, su clima privilegiado y su oferta cultural e histórica hacen que los viajeros los consideren paraísos vacacionales. Sin embargo, para los locales, la realidad cotidiana está lejos de ser ideal. La falta de optimismo es una constante en sus sociedades, según los últimos datos revelados por Eurofound, la agencia de la UE encargada de analizar la calidad de vida en Europa.

El estudio ha sacado a la luz una brecha sorprendente entre la imagen que proyectan estos países y el estado de ánimo de sus habitantes. Factores como la economía, la incertidumbre política y la presión social han hecho rotura en su moral, situándolos al final del ranking de la felicidad dentro del continente.

Un contraste sorprendente 

Según Eurofound, los países más gruñones de Europa son Italia y Grecia, que a su vez son dos de los destinos turísticos más deseados del mundo. Solo el 20% de los encuestados en estos países se mostraron optimistas sobre el futuro, seguidos de Francia que solo subió al 28 %, muy por debajo de la media europea. A pesar de sus impresionantes playas, su rica historia y su exquisita gastronomía, los habitantes de estos países no parecen compartir el entusiasmo de los turistas. 

El informe destaca que factores como la inestabilidad económica, el desempleo y la crisis del coste de vida han afectado el estado de ánimo de los ciudadanos. Grecia, que todavía arrastra las secuelas de su crisis financiera, e Italia, con su deuda pública elevada y un mercado laboral incierto, han visto cómo la esperanza en el futuro se ha desplomado.

Diferencia de opiniones

Además, el estudio también señala diferencias en el optimismo según la edad y el género. Los jóvenes de entre 16 y 29 años son los más optimistas, con un 18% más de probabilidades de ver el futuro con esperanza que los adultos mayores. Mientras tanto, las mujeres han experimentado una caída en el optimismo mayor que los hombres.

Otro dato interesante del informe es que las personas de entre 50 y 64 años son las que reportan menores niveles de satisfacción vital. Este fenómeno podría explicarse por la presión económica, la incertidumbre laboral y las preocupaciones sobre la jubilación. Mientras tanto, en otros países europeos, aunque también existen preocupaciones similares, la percepción sobre el futuro parece ser algo más alentadora.

Europa es un continente lleno de contrastes. Mientras algunos países destacan por su calidad de vida y su espíritu optimista, otros parecen sumidos en un estado de descontento permanente. Esto resulta especialmente curioso en dos naciones que, pese a ser destinos de ensueño para millones de turistas cada año, cuentan con los ciudadanos más gruñones de toda la Unión Europea.

Sus paisajes idílicos, su clima privilegiado y su oferta cultural e histórica hacen que los viajeros los consideren paraísos vacacionales. Sin embargo, para los locales, la realidad cotidiana está lejos de ser ideal. La falta de optimismo es una constante en sus sociedades, según los últimos datos revelados por Eurofound, la agencia de la UE encargada de analizar la calidad de vida en Europa.

El estudio ha sacado a la luz una brecha sorprendente entre la imagen que proyectan estos países y el estado de ánimo de sus habitantes. Factores como la economía, la incertidumbre política y la presión social han hecho rotura en su moral, situándolos al final del ranking de la felicidad dentro del continente.

Un contraste sorprendente 

Según Eurofound, los países más gruñones de Europa son Italia y Grecia, que a su vez son dos de los destinos turísticos más deseados del mundo. Solo el 20% de los encuestados en estos países se mostraron optimistas sobre el futuro, seguidos de Francia que solo subió al 28 %, muy por debajo de la media europea. A pesar de sus impresionantes playas, su rica historia y su exquisita gastronomía, los habitantes de estos países no parecen compartir el entusiasmo de los turistas. 

El informe destaca que factores como la inestabilidad económica, el desempleo y la crisis del coste de vida han afectado el estado de ánimo de los ciudadanos. Grecia, que todavía arrastra las secuelas de su crisis financiera, e Italia, con su deuda pública elevada y un mercado laboral incierto, han visto cómo la esperanza en el futuro se ha desplomado.

Diferencia de opiniones

Además, el estudio también señala diferencias en el optimismo según la edad y el género. Los jóvenes de entre 16 y 29 años son los más optimistas, con un 18% más de probabilidades de ver el futuro con esperanza que los adultos mayores. Mientras tanto, las mujeres han experimentado una caída en el optimismo mayor que los hombres.

Otro dato interesante del informe es que las personas de entre 50 y 64 años son las que reportan menores niveles de satisfacción vital. Este fenómeno podría explicarse por la presión económica, la incertidumbre laboral y las preocupaciones sobre la jubilación. Mientras tanto, en otros países europeos, aunque también existen preocupaciones similares, la percepción sobre el futuro parece ser algo más alentadora.

Europa es un continente lleno de contrastes. Mientras algunos países destacan por su calidad de vida y su espíritu optimista, otros parecen sumidos en un estado de descontento permanente. Esto resulta especialmente curioso en dos naciones que, pese a ser destinos de ensueño para millones de turistas cada año, cuentan con los ciudadanos más gruñones de toda la Unión Europea.

Sus paisajes idílicos, su clima privilegiado y su oferta cultural e histórica hacen que los viajeros los consideren paraísos vacacionales. Sin embargo, para los locales, la realidad cotidiana está lejos de ser ideal. La falta de optimismo es una constante en sus sociedades, según los últimos datos revelados por Eurofound, la agencia de la UE encargada de analizar la calidad de vida en Europa.

El estudio ha sacado a la luz una brecha sorprendente entre la imagen que proyectan estos países y el estado de ánimo de sus habitantes. Factores como la economía, la incertidumbre política y la presión social han hecho rotura en su moral, situándolos al final del ranking de la felicidad dentro del continente.

Un contraste sorprendente 

Según Eurofound, los países más gruñones de Europa son Italia y Grecia, que a su vez son dos de los destinos turísticos más deseados del mundo. Solo el 20% de los encuestados en estos países se mostraron optimistas sobre el futuro, seguidos de Francia que solo subió al 28 %, muy por debajo de la media europea. A pesar de sus impresionantes playas, su rica historia y su exquisita gastronomía, los habitantes de estos países no parecen compartir el entusiasmo de los turistas. 

El informe destaca que factores como la inestabilidad económica, el desempleo y la crisis del coste de vida han afectado el estado de ánimo de los ciudadanos. Grecia, que todavía arrastra las secuelas de su crisis financiera, e Italia, con su deuda pública elevada y un mercado laboral incierto, han visto cómo la esperanza en el futuro se ha desplomado.

Diferencia de opiniones

Además, el estudio también señala diferencias en el optimismo según la edad y el género. Los jóvenes de entre 16 y 29 años son los más optimistas, con un 18% más de probabilidades de ver el futuro con esperanza que los adultos mayores. Mientras tanto, las mujeres han experimentado una caída en el optimismo mayor que los hombres.

Otro dato interesante del informe es que las personas de entre 50 y 64 años son las que reportan menores niveles de satisfacción vital. Este fenómeno podría explicarse por la presión económica, la incertidumbre laboral y las preocupaciones sobre la jubilación. Mientras tanto, en otros países europeos, aunque también existen preocupaciones similares, la percepción sobre el futuro parece ser algo más alentadora.

Europa es un continente lleno de contrastes. Mientras algunos países destacan por su calidad de vida y su espíritu optimista, otros parecen sumidos en un estado de descontento permanente. Esto resulta especialmente curioso en dos naciones que, pese a ser destinos de ensueño para millones de turistas cada año, cuentan con los ciudadanos más gruñones de toda la Unión Europea.

Sus paisajes idílicos, su clima privilegiado y su oferta cultural e histórica hacen que los viajeros los consideren paraísos vacacionales. Sin embargo, para los locales, la realidad cotidiana está lejos de ser ideal. La falta de optimismo es una constante en sus sociedades, según los últimos datos revelados por Eurofound, la agencia de la UE encargada de analizar la calidad de vida en Europa.

El estudio ha sacado a la luz una brecha sorprendente entre la imagen que proyectan estos países y el estado de ánimo de sus habitantes. Factores como la economía, la incertidumbre política y la presión social han hecho rotura en su moral, situándolos al final del ranking de la felicidad dentro del continente.

Un contraste sorprendente 

Según Eurofound, los países más gruñones de Europa son Italia y Grecia, que a su vez son dos de los destinos turísticos más deseados del mundo. Solo el 20% de los encuestados en estos países se mostraron optimistas sobre el futuro, seguidos de Francia que solo subió al 28 %, muy por debajo de la media europea. A pesar de sus impresionantes playas, su rica historia y su exquisita gastronomía, los habitantes de estos países no parecen compartir el entusiasmo de los turistas. 

El informe destaca que factores como la inestabilidad económica, el desempleo y la crisis del coste de vida han afectado el estado de ánimo de los ciudadanos. Grecia, que todavía arrastra las secuelas de su crisis financiera, e Italia, con su deuda pública elevada y un mercado laboral incierto, han visto cómo la esperanza en el futuro se ha desplomado.

Diferencia de opiniones

Además, el estudio también señala diferencias en el optimismo según la edad y el género. Los jóvenes de entre 16 y 29 años son los más optimistas, con un 18% más de probabilidades de ver el futuro con esperanza que los adultos mayores. Mientras tanto, las mujeres han experimentado una caída en el optimismo mayor que los hombres.

Otro dato interesante del informe es que las personas de entre 50 y 64 años son las que reportan menores niveles de satisfacción vital. Este fenómeno podría explicarse por la presión económica, la incertidumbre laboral y las preocupaciones sobre la jubilación. Mientras tanto, en otros países europeos, aunque también existen preocupaciones similares, la percepción sobre el futuro parece ser algo más alentadora.

Europa es un continente lleno de contrastes. Mientras algunos países destacan por su calidad de vida y su espíritu optimista, otros parecen sumidos en un estado de descontento permanente. Esto resulta especialmente curioso en dos naciones que, pese a ser destinos de ensueño para millones de turistas cada año, cuentan con los ciudadanos más gruñones de toda la Unión Europea.

Sus paisajes idílicos, su clima privilegiado y su oferta cultural e histórica hacen que los viajeros los consideren paraísos vacacionales. Sin embargo, para los locales, la realidad cotidiana está lejos de ser ideal. La falta de optimismo es una constante en sus sociedades, según los últimos datos revelados por Eurofound, la agencia de la UE encargada de analizar la calidad de vida en Europa.

El estudio ha sacado a la luz una brecha sorprendente entre la imagen que proyectan estos países y el estado de ánimo de sus habitantes. Factores como la economía, la incertidumbre política y la presión social han hecho rotura en su moral, situándolos al final del ranking de la felicidad dentro del continente.

Un contraste sorprendente 

Según Eurofound, los países más gruñones de Europa son Italia y Grecia, que a su vez son dos de los destinos turísticos más deseados del mundo. Solo el 20% de los encuestados en estos países se mostraron optimistas sobre el futuro, seguidos de Francia que solo subió al 28 %, muy por debajo de la media europea. A pesar de sus impresionantes playas, su rica historia y su exquisita gastronomía, los habitantes de estos países no parecen compartir el entusiasmo de los turistas. 

El informe destaca que factores como la inestabilidad económica, el desempleo y la crisis del coste de vida han afectado el estado de ánimo de los ciudadanos. Grecia, que todavía arrastra las secuelas de su crisis financiera, e Italia, con su deuda pública elevada y un mercado laboral incierto, han visto cómo la esperanza en el futuro se ha desplomado.

Diferencia de opiniones

Además, el estudio también señala diferencias en el optimismo según la edad y el género. Los jóvenes de entre 16 y 29 años son los más optimistas, con un 18% más de probabilidades de ver el futuro con esperanza que los adultos mayores. Mientras tanto, las mujeres han experimentado una caída en el optimismo mayor que los hombres.

Otro dato interesante del informe es que las personas de entre 50 y 64 años son las que reportan menores niveles de satisfacción vital. Este fenómeno podría explicarse por la presión económica, la incertidumbre laboral y las preocupaciones sobre la jubilación. Mientras tanto, en otros países europeos, aunque también existen preocupaciones similares, la percepción sobre el futuro parece ser algo más alentadora.

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Soy redactora en El HuffPost España, donde te cuento las historias más curiosas y te intento ayudar a encontrar esos detalles que marcan la diferencia en la vida cotidiana.

 

Sobre qué temas escribo

Tengo el privilegio de escribir sobre una amplia variedad de temas, con un enfoque que abarca tanto actualidad como estilo de vida. Escribo con la intención de contarte historias que te interesen y ofrecerte información que hagan tu vida un poco más fácil.


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Mis artículos son un surtido de historias curiosas, viajes, cultura, estilo de vida, naturaleza, ¡y mucho más! Mi objetivo es despertar tu curiosidad y acompañarte con lecturas útiles y entretenidas.

  

Mi trayectoria

Soy madrileña, pero con raíces en Castilla-La Mancha. Estudié Periodismo en la Universidad Ceu San Pablo, aunque siempre digo que mi verdadera escuela ha sido El HuffPost, el lugar donde escribí mis primeras líneas como periodista. Empecé como becaria y ahora colaboro en este medio que me ha visto crecer.


Mi pasión por el periodismo nació en la infancia, cuando dibujaba las portadas de los medios deportivos y soñaba con convertirme en una de aquellas reporteras que veía en la televisión.

 


 

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