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El soldado español que tomó Cascorro con un bote de gasolina: se enfrentó a 3.000 enemigos

El soldado español que tomó Cascorro con un bote de gasolina: se enfrentó a 3.000 enemigos

Se ofreció como voluntario para una misión casi suicida.

El soldado español que tomó Cascorro con un bote de gasolina: se enfrentó a 3.000 enemigos

Se ofreció como voluntario para una misión casi suicida.

El soldado español que tomó Cascorro con un bote de gasolina: se enfrentó a 3.000 enemigos

Se ofreció como voluntario para una misión casi suicida.

El soldado español que tomó Cascorro con un bote de gasolina: se enfrentó a 3.000 enemigos

Se ofreció como voluntario para una misión casi suicida.

El soldado español que tomó Cascorro con un bote de gasolina: se enfrentó a 3.000 enemigos

Se ofreció como voluntario para una misión casi suicida.

Estatua del soldado y héroe de guerra en Cuba Eloy Gonzalo, Cascorro, Madrid.Cover/Getty Images

El 26 de septiembre de 1896, durante la guerra de Independencia de Cuba, un conflicto que marcó profundamente la historia de España y sus territorios de ultramar, el soldado español Eloy Gonzalo protagonizó una de las acciones bélicas más valientes y asombrosas de la historia militar española. El joven madrileño demostró una valentía inquebrantable al tomar la iniciativa para cambiar el rumbo de una batalla que parecía estar perdida, ganándose así un lugar destacado en la historia de España.

En ese día, el ejército español se encontraba acorralado en la localidad de Cascorro, donde solo 170 hombres intentaban resistir el ataque de unos 3.000 rebeldes cubanos. La situación era desesperada, y las tropas españolas no podían aguantar más la constante ofensiva enemiga que venía desde una pequeña edificación, lo que dejaba la posición española prácticamente indefensa. 

La táctica de Eloy Gonzalo

En este contexto, Eloy Gonzalo, que había llegado a Cuba en 1895 tras ser amnistiado, decidió ofrecerse como voluntario para una misión casi suicida. Su objetivo era destruir la posición enemiga que amenazaba con acabar con las fuerzas españolas. Para llevar a cabo su audaz ataque, Gonzalo se armó con lo que tenía a mano: un fusil Máuser, una lata de gasolina y unas cerillas.

Consciente del peligro que representaba la misión, Eloy Gonzalo pidió ser atado con una cuerda para que, en caso de caer en combate, su cuerpo pudiera ser recuperado por sus compañeros. Armado solo con los tres objetos y su valentía, se adentró en las líneas enemigas, donde, de manera sorprendente, logró prender fuego a la posición rival, arrasando con el escondite desde el que los rebeldes cubanos lanzaban sus ataques.

Misión cumplida

Tras cumplir con su misión, Gonzalo regresó ileso, permitiendo que el ejército español resistiera hasta la llegada de refuerzos. Su valentía no solo salvó la vida de sus compañeros, sino que pasó a la historia como un acto de heroísmo ejemplar.

Aunque la guerra de independencia de Cuba ya estaba marcada por la derrota para las tropas españolas, la acción de Eloy Gonzalo destacó como un símbolo de valentía en medio de la desesperación. Asimismo, pocos días después de esta hazaña, Eloy Gonzalo fue condecorado con 7,50 pesetas mensuales y la Cruz de Plata al Mérito Militar. De este modo se reconocía su coraje en un momento en el que las fuerzas españolas en la isla luchaban una guerra perdida.

El homenaje a Eloy Gonzalo

Sin embargo, el destino de Gonzalo se vio truncado rápidamente. En 1897, tan solo un año después de su heroico acto, el soldado falleció debido a una infección intestinal provocada por las malas condiciones de vida del ejército en Cuba, incluida la mala alimentación. Su muerte ocurrió en el Hospital Militar de Matanzas, y sus restos fueron repatriados a España en diciembre de 1898, junto a los de otros oficiales caídos en la isla.

Hoy en día, la figura de Eloy Gonzalo sigue viva en la memoria colectiva española, especialmente en Madrid, donde una estatua en la Plaza de Cascorro, en pleno corazón del Rastro, conmemora su valentía. La imagen del soldado con la lata de gasolina se ha convertido en un símbolo de coraje y sacrificio en tiempos de guerra. 

Además, la historia de su heroísmo fue recogida en el cine, siendo tratada en la película El héroe de Cascorro (1929), y más tarde en Héroes del 95 (1946), la cual tenía fines propagandísticos que exaltaba el valor de los combatientes españoles.

El 26 de septiembre de 1896, durante la guerra de Independencia de Cuba, un conflicto que marcó profundamente la historia de España y sus territorios de ultramar, el soldado español Eloy Gonzalo protagonizó una de las acciones bélicas más valientes y asombrosas de la historia militar española. El joven madrileño demostró una valentía inquebrantable al tomar la iniciativa para cambiar el rumbo de una batalla que parecía estar perdida, ganándose así un lugar destacado en la historia de España.

En ese día, el ejército español se encontraba acorralado en la localidad de Cascorro, donde solo 170 hombres intentaban resistir el ataque de unos 3.000 rebeldes cubanos. La situación era desesperada, y las tropas españolas no podían aguantar más la constante ofensiva enemiga que venía desde una pequeña edificación, lo que dejaba la posición española prácticamente indefensa. 

La táctica de Eloy Gonzalo

En este contexto, Eloy Gonzalo, que había llegado a Cuba en 1895 tras ser amnistiado, decidió ofrecerse como voluntario para una misión casi suicida. Su objetivo era destruir la posición enemiga que amenazaba con acabar con las fuerzas españolas. Para llevar a cabo su audaz ataque, Gonzalo se armó con lo que tenía a mano: un fusil Máuser, una lata de gasolina y unas cerillas.

Consciente del peligro que representaba la misión, Eloy Gonzalo pidió ser atado con una cuerda para que, en caso de caer en combate, su cuerpo pudiera ser recuperado por sus compañeros. Armado solo con los tres objetos y su valentía, se adentró en las líneas enemigas, donde, de manera sorprendente, logró prender fuego a la posición rival, arrasando con el escondite desde el que los rebeldes cubanos lanzaban sus ataques.

Misión cumplida

Tras cumplir con su misión, Gonzalo regresó ileso, permitiendo que el ejército español resistiera hasta la llegada de refuerzos. Su valentía no solo salvó la vida de sus compañeros, sino que pasó a la historia como un acto de heroísmo ejemplar.

Aunque la guerra de independencia de Cuba ya estaba marcada por la derrota para las tropas españolas, la acción de Eloy Gonzalo destacó como un símbolo de valentía en medio de la desesperación. Asimismo, pocos días después de esta hazaña, Eloy Gonzalo fue condecorado con 7,50 pesetas mensuales y la Cruz de Plata al Mérito Militar. De este modo se reconocía su coraje en un momento en el que las fuerzas españolas en la isla luchaban una guerra perdida.

El homenaje a Eloy Gonzalo

Sin embargo, el destino de Gonzalo se vio truncado rápidamente. En 1897, tan solo un año después de su heroico acto, el soldado falleció debido a una infección intestinal provocada por las malas condiciones de vida del ejército en Cuba, incluida la mala alimentación. Su muerte ocurrió en el Hospital Militar de Matanzas, y sus restos fueron repatriados a España en diciembre de 1898, junto a los de otros oficiales caídos en la isla.

Hoy en día, la figura de Eloy Gonzalo sigue viva en la memoria colectiva española, especialmente en Madrid, donde una estatua en la Plaza de Cascorro, en pleno corazón del Rastro, conmemora su valentía. La imagen del soldado con la lata de gasolina se ha convertido en un símbolo de coraje y sacrificio en tiempos de guerra. 

Además, la historia de su heroísmo fue recogida en el cine, siendo tratada en la película El héroe de Cascorro (1929), y más tarde en Héroes del 95 (1946), la cual tenía fines propagandísticos que exaltaba el valor de los combatientes españoles.

El 26 de septiembre de 1896, durante la guerra de Independencia de Cuba, un conflicto que marcó profundamente la historia de España y sus territorios de ultramar, el soldado español Eloy Gonzalo protagonizó una de las acciones bélicas más valientes y asombrosas de la historia militar española. El joven madrileño demostró una valentía inquebrantable al tomar la iniciativa para cambiar el rumbo de una batalla que parecía estar perdida, ganándose así un lugar destacado en la historia de España.

En ese día, el ejército español se encontraba acorralado en la localidad de Cascorro, donde solo 170 hombres intentaban resistir el ataque de unos 3.000 rebeldes cubanos. La situación era desesperada, y las tropas españolas no podían aguantar más la constante ofensiva enemiga que venía desde una pequeña edificación, lo que dejaba la posición española prácticamente indefensa. 

La táctica de Eloy Gonzalo

En este contexto, Eloy Gonzalo, que había llegado a Cuba en 1895 tras ser amnistiado, decidió ofrecerse como voluntario para una misión casi suicida. Su objetivo era destruir la posición enemiga que amenazaba con acabar con las fuerzas españolas. Para llevar a cabo su audaz ataque, Gonzalo se armó con lo que tenía a mano: un fusil Máuser, una lata de gasolina y unas cerillas.

Consciente del peligro que representaba la misión, Eloy Gonzalo pidió ser atado con una cuerda para que, en caso de caer en combate, su cuerpo pudiera ser recuperado por sus compañeros. Armado solo con los tres objetos y su valentía, se adentró en las líneas enemigas, donde, de manera sorprendente, logró prender fuego a la posición rival, arrasando con el escondite desde el que los rebeldes cubanos lanzaban sus ataques.

Misión cumplida

Tras cumplir con su misión, Gonzalo regresó ileso, permitiendo que el ejército español resistiera hasta la llegada de refuerzos. Su valentía no solo salvó la vida de sus compañeros, sino que pasó a la historia como un acto de heroísmo ejemplar.

Aunque la guerra de independencia de Cuba ya estaba marcada por la derrota para las tropas españolas, la acción de Eloy Gonzalo destacó como un símbolo de valentía en medio de la desesperación. Asimismo, pocos días después de esta hazaña, Eloy Gonzalo fue condecorado con 7,50 pesetas mensuales y la Cruz de Plata al Mérito Militar. De este modo se reconocía su coraje en un momento en el que las fuerzas españolas en la isla luchaban una guerra perdida.

El homenaje a Eloy Gonzalo

Sin embargo, el destino de Gonzalo se vio truncado rápidamente. En 1897, tan solo un año después de su heroico acto, el soldado falleció debido a una infección intestinal provocada por las malas condiciones de vida del ejército en Cuba, incluida la mala alimentación. Su muerte ocurrió en el Hospital Militar de Matanzas, y sus restos fueron repatriados a España en diciembre de 1898, junto a los de otros oficiales caídos en la isla.

Hoy en día, la figura de Eloy Gonzalo sigue viva en la memoria colectiva española, especialmente en Madrid, donde una estatua en la Plaza de Cascorro, en pleno corazón del Rastro, conmemora su valentía. La imagen del soldado con la lata de gasolina se ha convertido en un símbolo de coraje y sacrificio en tiempos de guerra. 

Además, la historia de su heroísmo fue recogida en el cine, siendo tratada en la película El héroe de Cascorro (1929), y más tarde en Héroes del 95 (1946), la cual tenía fines propagandísticos que exaltaba el valor de los combatientes españoles.

El 26 de septiembre de 1896, durante la guerra de Independencia de Cuba, un conflicto que marcó profundamente la historia de España y sus territorios de ultramar, el soldado español Eloy Gonzalo protagonizó una de las acciones bélicas más valientes y asombrosas de la historia militar española. El joven madrileño demostró una valentía inquebrantable al tomar la iniciativa para cambiar el rumbo de una batalla que parecía estar perdida, ganándose así un lugar destacado en la historia de España.

En ese día, el ejército español se encontraba acorralado en la localidad de Cascorro, donde solo 170 hombres intentaban resistir el ataque de unos 3.000 rebeldes cubanos. La situación era desesperada, y las tropas españolas no podían aguantar más la constante ofensiva enemiga que venía desde una pequeña edificación, lo que dejaba la posición española prácticamente indefensa. 

La táctica de Eloy Gonzalo

En este contexto, Eloy Gonzalo, que había llegado a Cuba en 1895 tras ser amnistiado, decidió ofrecerse como voluntario para una misión casi suicida. Su objetivo era destruir la posición enemiga que amenazaba con acabar con las fuerzas españolas. Para llevar a cabo su audaz ataque, Gonzalo se armó con lo que tenía a mano: un fusil Máuser, una lata de gasolina y unas cerillas.

Consciente del peligro que representaba la misión, Eloy Gonzalo pidió ser atado con una cuerda para que, en caso de caer en combate, su cuerpo pudiera ser recuperado por sus compañeros. Armado solo con los tres objetos y su valentía, se adentró en las líneas enemigas, donde, de manera sorprendente, logró prender fuego a la posición rival, arrasando con el escondite desde el que los rebeldes cubanos lanzaban sus ataques.

Misión cumplida

Tras cumplir con su misión, Gonzalo regresó ileso, permitiendo que el ejército español resistiera hasta la llegada de refuerzos. Su valentía no solo salvó la vida de sus compañeros, sino que pasó a la historia como un acto de heroísmo ejemplar.

Aunque la guerra de independencia de Cuba ya estaba marcada por la derrota para las tropas españolas, la acción de Eloy Gonzalo destacó como un símbolo de valentía en medio de la desesperación. Asimismo, pocos días después de esta hazaña, Eloy Gonzalo fue condecorado con 7,50 pesetas mensuales y la Cruz de Plata al Mérito Militar. De este modo se reconocía su coraje en un momento en el que las fuerzas españolas en la isla luchaban una guerra perdida.

El homenaje a Eloy Gonzalo

Sin embargo, el destino de Gonzalo se vio truncado rápidamente. En 1897, tan solo un año después de su heroico acto, el soldado falleció debido a una infección intestinal provocada por las malas condiciones de vida del ejército en Cuba, incluida la mala alimentación. Su muerte ocurrió en el Hospital Militar de Matanzas, y sus restos fueron repatriados a España en diciembre de 1898, junto a los de otros oficiales caídos en la isla.

Hoy en día, la figura de Eloy Gonzalo sigue viva en la memoria colectiva española, especialmente en Madrid, donde una estatua en la Plaza de Cascorro, en pleno corazón del Rastro, conmemora su valentía. La imagen del soldado con la lata de gasolina se ha convertido en un símbolo de coraje y sacrificio en tiempos de guerra. 

Además, la historia de su heroísmo fue recogida en el cine, siendo tratada en la película El héroe de Cascorro (1929), y más tarde en Héroes del 95 (1946), la cual tenía fines propagandísticos que exaltaba el valor de los combatientes españoles.

El 26 de septiembre de 1896, durante la guerra de Independencia de Cuba, un conflicto que marcó profundamente la historia de España y sus territorios de ultramar, el soldado español Eloy Gonzalo protagonizó una de las acciones bélicas más valientes y asombrosas de la historia militar española. El joven madrileño demostró una valentía inquebrantable al tomar la iniciativa para cambiar el rumbo de una batalla que parecía estar perdida, ganándose así un lugar destacado en la historia de España.

En ese día, el ejército español se encontraba acorralado en la localidad de Cascorro, donde solo 170 hombres intentaban resistir el ataque de unos 3.000 rebeldes cubanos. La situación era desesperada, y las tropas españolas no podían aguantar más la constante ofensiva enemiga que venía desde una pequeña edificación, lo que dejaba la posición española prácticamente indefensa. 

La táctica de Eloy Gonzalo

En este contexto, Eloy Gonzalo, que había llegado a Cuba en 1895 tras ser amnistiado, decidió ofrecerse como voluntario para una misión casi suicida. Su objetivo era destruir la posición enemiga que amenazaba con acabar con las fuerzas españolas. Para llevar a cabo su audaz ataque, Gonzalo se armó con lo que tenía a mano: un fusil Máuser, una lata de gasolina y unas cerillas.

Consciente del peligro que representaba la misión, Eloy Gonzalo pidió ser atado con una cuerda para que, en caso de caer en combate, su cuerpo pudiera ser recuperado por sus compañeros. Armado solo con los tres objetos y su valentía, se adentró en las líneas enemigas, donde, de manera sorprendente, logró prender fuego a la posición rival, arrasando con el escondite desde el que los rebeldes cubanos lanzaban sus ataques.

Misión cumplida

Tras cumplir con su misión, Gonzalo regresó ileso, permitiendo que el ejército español resistiera hasta la llegada de refuerzos. Su valentía no solo salvó la vida de sus compañeros, sino que pasó a la historia como un acto de heroísmo ejemplar.

Aunque la guerra de independencia de Cuba ya estaba marcada por la derrota para las tropas españolas, la acción de Eloy Gonzalo destacó como un símbolo de valentía en medio de la desesperación. Asimismo, pocos días después de esta hazaña, Eloy Gonzalo fue condecorado con 7,50 pesetas mensuales y la Cruz de Plata al Mérito Militar. De este modo se reconocía su coraje en un momento en el que las fuerzas españolas en la isla luchaban una guerra perdida.

El homenaje a Eloy Gonzalo

Sin embargo, el destino de Gonzalo se vio truncado rápidamente. En 1897, tan solo un año después de su heroico acto, el soldado falleció debido a una infección intestinal provocada por las malas condiciones de vida del ejército en Cuba, incluida la mala alimentación. Su muerte ocurrió en el Hospital Militar de Matanzas, y sus restos fueron repatriados a España en diciembre de 1898, junto a los de otros oficiales caídos en la isla.

Hoy en día, la figura de Eloy Gonzalo sigue viva en la memoria colectiva española, especialmente en Madrid, donde una estatua en la Plaza de Cascorro, en pleno corazón del Rastro, conmemora su valentía. La imagen del soldado con la lata de gasolina se ha convertido en un símbolo de coraje y sacrificio en tiempos de guerra. 

Además, la historia de su heroísmo fue recogida en el cine, siendo tratada en la película El héroe de Cascorro (1929), y más tarde en Héroes del 95 (1946), la cual tenía fines propagandísticos que exaltaba el valor de los combatientes españoles.

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Soy redactora en El HuffPost España, donde te cuento las historias más curiosas y te intento ayudar a encontrar esos detalles que marcan la diferencia en la vida cotidiana.

 

Sobre qué temas escribo

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Te ayudo a no caer en estafas, te doy consejos de salud y cuidado personal, además de recomendaciones de destinos para tu próximo viaje.


Mis artículos son un surtido de historias curiosas, viajes, cultura, estilo de vida, naturaleza, ¡y mucho más! Mi objetivo es despertar tu curiosidad y acompañarte con lecturas útiles y entretenidas.

  

Mi trayectoria

Soy madrileña, pero con raíces en Castilla-La Mancha. Estudié Periodismo en la Universidad Ceu San Pablo, aunque siempre digo que mi verdadera escuela ha sido El HuffPost, el lugar donde escribí mis primeras líneas como periodista. Empecé como becaria y ahora colaboro en este medio que me ha visto crecer.


Mi pasión por el periodismo nació en la infancia, cuando dibujaba las portadas de los medios deportivos y soñaba con convertirme en una de aquellas reporteras que veía en la televisión.

 


 

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