Este es el cementerio más alegre del mundo

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Es un colorido homenaje a la vida.

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Es un colorido homenaje a la vida.

El Cementerio Feliz de Sapanta, región de Maramures, RumaniaJean-Philippe Tournut

En el condado de Maramureș, en el norte de Rumania, se encuentra una de los lugares más sorprendentes y únicos de Europa. Se trata del Cementerio Alegre de Săpânța. Lejos de ser un lugar tétrico, este cementerio destaca por sus coloridas cruces de madera, decoradas con escenas de la vida de los difuntos e inscripciones cargadas de humor. Todo ello se ha convertido en un homenaje alegre y artístico a quienes reposan allí.

El Cementerio Alegre es conocido por sus cruces azules y brillantes, adornadas con pinturas en un estilo de arte naif que narran, de manera sencilla y divertida, la vida y cómo eran los difuntos. Este peculiar enfoque refleja una antigua tradición de los dacios, quienes celebraban la muerte como el regreso del alma a un lugar de luz, viendo el fin de la vida con humor y serenidad.

La idea de este cementerio tan especial nació en 1931, cuando Stan Ioan Pătraș, un campesino, escultor y poeta, talló la primera cruz en madera de roble. Comenzó a incluir en cada cruz imágenes y breves poemas que contaban la historia de la persona enterrada, muchas veces con un toque cómico. 

Más que obras de arte

En 1935, apareció la innovadora inscripción escrita en primera persona que hizo el lugar aún más particular. Desde entonces, cerca de 800 cruces han sido creadas, todas siguiendo el estilo original de Pătraș.

Cada cruz del cementerio no solo es una obra de arte, sino también una relación personal. Los grabados muestran momentos cotidianos de los difuntos como por ejemplo, pastores con sus ovejas, mujeres tejiendo o músicos tocando sus instrumentos. En la parte inferior de las cruces, los epitafios revelan con honestidad y humor los detalles de la vida y, a veces, los defectos de los fallecidos.

Lápidas en el Cementerio Feliz de SapantaSantiago Urquijo Zamora

Tras la muerte de Pătraș en 1977, su discípulo Dumitru Pop Tincu ha continuado esta tradición única, asegurando que cada nueva cruz siga siendo una representación sincera y colorida de la vida de quienes descansan allí.

Hoy en día, el Cementerio Alegre de Săpânța es un importante destino turístico que atrae a miles de visitantes al año, fascinados por su capacidad de transformar el concepto de la muerte en una celebración de la vida. A través de sus cruces y epitafios, este lugar se ha convertido en un monumento al patrimonio cultural de Rumania, un museo al aire libre que nos invita a reflexionar sobre la vida y la muerte con una sonrisa.

En el condado de Maramureș, en el norte de Rumania, se encuentra una de los lugares más sorprendentes y únicos de Europa. Se trata del Cementerio Alegre de Săpânța. Lejos de ser un lugar tétrico, este cementerio destaca por sus coloridas cruces de madera, decoradas con escenas de la vida de los difuntos e inscripciones cargadas de humor. Todo ello se ha convertido en un homenaje alegre y artístico a quienes reposan allí.

El Cementerio Alegre es conocido por sus cruces azules y brillantes, adornadas con pinturas en un estilo de arte naif que narran, de manera sencilla y divertida, la vida y cómo eran los difuntos. Este peculiar enfoque refleja una antigua tradición de los dacios, quienes celebraban la muerte como el regreso del alma a un lugar de luz, viendo el fin de la vida con humor y serenidad.

La idea de este cementerio tan especial nació en 1931, cuando Stan Ioan Pătraș, un campesino, escultor y poeta, talló la primera cruz en madera de roble. Comenzó a incluir en cada cruz imágenes y breves poemas que contaban la historia de la persona enterrada, muchas veces con un toque cómico. 

Más que obras de arte

En 1935, apareció la innovadora inscripción escrita en primera persona que hizo el lugar aún más particular. Desde entonces, cerca de 800 cruces han sido creadas, todas siguiendo el estilo original de Pătraș.

Cada cruz del cementerio no solo es una obra de arte, sino también una relación personal. Los grabados muestran momentos cotidianos de los difuntos como por ejemplo, pastores con sus ovejas, mujeres tejiendo o músicos tocando sus instrumentos. En la parte inferior de las cruces, los epitafios revelan con honestidad y humor los detalles de la vida y, a veces, los defectos de los fallecidos.

Tras la muerte de Pătraș en 1977, su discípulo Dumitru Pop Tincu ha continuado esta tradición única, asegurando que cada nueva cruz siga siendo una representación sincera y colorida de la vida de quienes descansan allí.

Hoy en día, el Cementerio Alegre de Săpânța es un importante destino turístico que atrae a miles de visitantes al año, fascinados por su capacidad de transformar el concepto de la muerte en una celebración de la vida. A través de sus cruces y epitafios, este lugar se ha convertido en un monumento al patrimonio cultural de Rumania, un museo al aire libre que nos invita a reflexionar sobre la vida y la muerte con una sonrisa.

En el condado de Maramureș, en el norte de Rumania, se encuentra una de los lugares más sorprendentes y únicos de Europa. Se trata del Cementerio Alegre de Săpânța. Lejos de ser un lugar tétrico, este cementerio destaca por sus coloridas cruces de madera, decoradas con escenas de la vida de los difuntos e inscripciones cargadas de humor. Todo ello se ha convertido en un homenaje alegre y artístico a quienes reposan allí.

El Cementerio Alegre es conocido por sus cruces azules y brillantes, adornadas con pinturas en un estilo de arte naif que narran, de manera sencilla y divertida, la vida y cómo eran los difuntos. Este peculiar enfoque refleja una antigua tradición de los dacios, quienes celebraban la muerte como el regreso del alma a un lugar de luz, viendo el fin de la vida con humor y serenidad.

La idea de este cementerio tan especial nació en 1931, cuando Stan Ioan Pătraș, un campesino, escultor y poeta, talló la primera cruz en madera de roble. Comenzó a incluir en cada cruz imágenes y breves poemas que contaban la historia de la persona enterrada, muchas veces con un toque cómico. 

Más que obras de arte

En 1935, apareció la innovadora inscripción escrita en primera persona que hizo el lugar aún más particular. Desde entonces, cerca de 800 cruces han sido creadas, todas siguiendo el estilo original de Pătraș.

Cada cruz del cementerio no solo es una obra de arte, sino también una relación personal. Los grabados muestran momentos cotidianos de los difuntos como por ejemplo, pastores con sus ovejas, mujeres tejiendo o músicos tocando sus instrumentos. En la parte inferior de las cruces, los epitafios revelan con honestidad y humor los detalles de la vida y, a veces, los defectos de los fallecidos.

Tras la muerte de Pătraș en 1977, su discípulo Dumitru Pop Tincu ha continuado esta tradición única, asegurando que cada nueva cruz siga siendo una representación sincera y colorida de la vida de quienes descansan allí.

Hoy en día, el Cementerio Alegre de Săpânța es un importante destino turístico que atrae a miles de visitantes al año, fascinados por su capacidad de transformar el concepto de la muerte en una celebración de la vida. A través de sus cruces y epitafios, este lugar se ha convertido en un monumento al patrimonio cultural de Rumania, un museo al aire libre que nos invita a reflexionar sobre la vida y la muerte con una sonrisa.

En el condado de Maramureș, en el norte de Rumania, se encuentra una de los lugares más sorprendentes y únicos de Europa. Se trata del Cementerio Alegre de Săpânța. Lejos de ser un lugar tétrico, este cementerio destaca por sus coloridas cruces de madera, decoradas con escenas de la vida de los difuntos e inscripciones cargadas de humor. Todo ello se ha convertido en un homenaje alegre y artístico a quienes reposan allí.

El Cementerio Alegre es conocido por sus cruces azules y brillantes, adornadas con pinturas en un estilo de arte naif que narran, de manera sencilla y divertida, la vida y cómo eran los difuntos. Este peculiar enfoque refleja una antigua tradición de los dacios, quienes celebraban la muerte como el regreso del alma a un lugar de luz, viendo el fin de la vida con humor y serenidad.

La idea de este cementerio tan especial nació en 1931, cuando Stan Ioan Pătraș, un campesino, escultor y poeta, talló la primera cruz en madera de roble. Comenzó a incluir en cada cruz imágenes y breves poemas que contaban la historia de la persona enterrada, muchas veces con un toque cómico. 

Más que obras de arte

En 1935, apareció la innovadora inscripción escrita en primera persona que hizo el lugar aún más particular. Desde entonces, cerca de 800 cruces han sido creadas, todas siguiendo el estilo original de Pătraș.

Cada cruz del cementerio no solo es una obra de arte, sino también una relación personal. Los grabados muestran momentos cotidianos de los difuntos como por ejemplo, pastores con sus ovejas, mujeres tejiendo o músicos tocando sus instrumentos. En la parte inferior de las cruces, los epitafios revelan con honestidad y humor los detalles de la vida y, a veces, los defectos de los fallecidos.

Tras la muerte de Pătraș en 1977, su discípulo Dumitru Pop Tincu ha continuado esta tradición única, asegurando que cada nueva cruz siga siendo una representación sincera y colorida de la vida de quienes descansan allí.

Hoy en día, el Cementerio Alegre de Săpânța es un importante destino turístico que atrae a miles de visitantes al año, fascinados por su capacidad de transformar el concepto de la muerte en una celebración de la vida. A través de sus cruces y epitafios, este lugar se ha convertido en un monumento al patrimonio cultural de Rumania, un museo al aire libre que nos invita a reflexionar sobre la vida y la muerte con una sonrisa.

En el condado de Maramureș, en el norte de Rumania, se encuentra una de los lugares más sorprendentes y únicos de Europa. Se trata del Cementerio Alegre de Săpânța. Lejos de ser un lugar tétrico, este cementerio destaca por sus coloridas cruces de madera, decoradas con escenas de la vida de los difuntos e inscripciones cargadas de humor. Todo ello se ha convertido en un homenaje alegre y artístico a quienes reposan allí.

El Cementerio Alegre es conocido por sus cruces azules y brillantes, adornadas con pinturas en un estilo de arte naif que narran, de manera sencilla y divertida, la vida y cómo eran los difuntos. Este peculiar enfoque refleja una antigua tradición de los dacios, quienes celebraban la muerte como el regreso del alma a un lugar de luz, viendo el fin de la vida con humor y serenidad.

La idea de este cementerio tan especial nació en 1931, cuando Stan Ioan Pătraș, un campesino, escultor y poeta, talló la primera cruz en madera de roble. Comenzó a incluir en cada cruz imágenes y breves poemas que contaban la historia de la persona enterrada, muchas veces con un toque cómico. 

Más que obras de arte

En 1935, apareció la innovadora inscripción escrita en primera persona que hizo el lugar aún más particular. Desde entonces, cerca de 800 cruces han sido creadas, todas siguiendo el estilo original de Pătraș.

Cada cruz del cementerio no solo es una obra de arte, sino también una relación personal. Los grabados muestran momentos cotidianos de los difuntos como por ejemplo, pastores con sus ovejas, mujeres tejiendo o músicos tocando sus instrumentos. En la parte inferior de las cruces, los epitafios revelan con honestidad y humor los detalles de la vida y, a veces, los defectos de los fallecidos.

Tras la muerte de Pătraș en 1977, su discípulo Dumitru Pop Tincu ha continuado esta tradición única, asegurando que cada nueva cruz siga siendo una representación sincera y colorida de la vida de quienes descansan allí.

Hoy en día, el Cementerio Alegre de Săpânța es un importante destino turístico que atrae a miles de visitantes al año, fascinados por su capacidad de transformar el concepto de la muerte en una celebración de la vida. A través de sus cruces y epitafios, este lugar se ha convertido en un monumento al patrimonio cultural de Rumania, un museo al aire libre que nos invita a reflexionar sobre la vida y la muerte con una sonrisa.

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Soy redactora en El HuffPost España, donde te cuento las historias más curiosas y te intento ayudar a encontrar esos detalles que marcan la diferencia en la vida cotidiana.

 

Sobre qué temas escribo

Tengo el privilegio de escribir sobre una amplia variedad de temas, con un enfoque que abarca tanto actualidad como estilo de vida. Escribo con la intención de contarte historias que te interesen y ofrecerte información que hagan tu vida un poco más fácil.


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Mis artículos son un surtido de historias curiosas, viajes, cultura, estilo de vida, naturaleza, ¡y mucho más! Mi objetivo es despertar tu curiosidad y acompañarte con lecturas útiles y entretenidas.

  

Mi trayectoria

Soy madrileña, pero con raíces en Castilla-La Mancha. Estudié Periodismo en la Universidad Ceu San Pablo, aunque siempre digo que mi verdadera escuela ha sido El HuffPost, el lugar donde escribí mis primeras líneas como periodista. Empecé como becaria y ahora colaboro en este medio que me ha visto crecer.


Mi pasión por el periodismo nació en la infancia, cuando dibujaba las portadas de los medios deportivos y soñaba con convertirme en una de aquellas reporteras que veía en la televisión.

 


 

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