Por favor, habilita JavaScript para ver los comentarios de Disqus.
Las marcas en el esqueleto de un presunto gladiador evidencian la lucha entre hombres y leones en la antigua Roma

Las marcas en el esqueleto de un presunto gladiador evidencian la lucha entre hombres y leones en la antigua Roma

Los restos fueron encontrados entre 2004 y 2005 durante unas excavaciones para un proyecto de construcción.

Las marcas en el esqueleto de un presunto gladiador evidencian la lucha entre hombres y leones en la antigua Roma

Los restos fueron encontrados entre 2004 y 2005 durante unas excavaciones para un proyecto de construcción.

Las marcas en el esqueleto de un presunto gladiador evidencian la lucha entre hombres y leones en la antigua Roma

Los restos fueron encontrados entre 2004 y 2005 durante unas excavaciones para un proyecto de construcción.

Las marcas en el esqueleto de un presunto gladiador evidencian la lucha entre hombres y leones en la antigua Roma

Los restos fueron encontrados entre 2004 y 2005 durante unas excavaciones para un proyecto de construcción.

Las marcas en el esqueleto de un presunto gladiador evidencian la lucha entre hombres y leones en la antigua Roma

Los restos fueron encontrados entre 2004 y 2005 durante unas excavaciones para un proyecto de construcción.

El coliseo RomanoGetty Images/iStockphoto

Un descubrimiento arqueológico en el norte de Inglaterra es la primera evidencia física directa de los brutales combates entre humanos y leones que se celebraban durante el Imperio Romano. Concretamente, se ha encontrado un esqueleto con marcas de mordeduras de gran felino, hallado cerca de York, Reino Unido, que habría pertenecido a un hombre de entre 26 y 35 años. Según concluye un nuevo estudio publicado en la revista Plos One, probablemente se trate de un gladiador.

Los restos, encontrados entre 2004 y 2005 durante unas excavaciones para un proyecto de construcción, fueron analizados recientemente por un equipo de científicos que identificó unas señales muy claras de ataque en los huesos pélvicos. Mediante comparaciones con mordeduras modernas de animales carnívoros, determinaron que el agresor fue muy probablemente un león.

Esta es la primera prueba osteológica directa que confirma que en el Imperio Romano, no solo los gladiadores luchaban entre sí, sino que también eran lanzados a enfrentarse con bestias salvajes en espectáculos públicos. Estos hechos eran, hasta ahora, solo conocidos por textos antiguos y representaciones artísticas.

Un cementerio inglés de gladiadores

El hallazgo se enmarca en un yacimiento que ya había llamado la atención de los arqueólogos. Se trata de una serie de tumbas con esqueletos que muestran signos de muertes violentas y decapitación, lo que ha llevado a los expertos a considerar que podría tratarse de un cementerio dedicado a gladiadores o prisioneros ejecutados, fechado entre el siglo I y el IV d.C.

Este dato, junto con la evidencia del combate con un felino, apunta a que el espectáculo del anfiteatro romano no se limitaba a la ciudad de Roma o al Mediterráneo, sino que se extendía más allá, incluyendo la provincia romana de Britannia, es decir, la actual Gran Bretaña.

Leones en las islas británicas

Otro factor que resalta de este estudio es la logística del Imperio en aquella época. El hecho de que un león llegara hasta Britania demuestra que los romanos transportaban animales exóticos por todo su gran territorio, con el único propósito de ofrecer entretenimiento sangriento en sus arenas.

Un descubrimiento arqueológico en el norte de Inglaterra es la primera evidencia física directa de los brutales combates entre humanos y leones que se celebraban durante el Imperio Romano. Concretamente, se ha encontrado un esqueleto con marcas de mordeduras de gran felino, hallado cerca de York, Reino Unido, que habría pertenecido a un hombre de entre 26 y 35 años. Según concluye un nuevo estudio publicado en la revista Plos One, probablemente se trate de un gladiador.

Los restos, encontrados entre 2004 y 2005 durante unas excavaciones para un proyecto de construcción, fueron analizados recientemente por un equipo de científicos que identificó unas señales muy claras de ataque en los huesos pélvicos. Mediante comparaciones con mordeduras modernas de animales carnívoros, determinaron que el agresor fue muy probablemente un león.

Esta es la primera prueba osteológica directa que confirma que en el Imperio Romano, no solo los gladiadores luchaban entre sí, sino que también eran lanzados a enfrentarse con bestias salvajes en espectáculos públicos. Estos hechos eran, hasta ahora, solo conocidos por textos antiguos y representaciones artísticas.

Un cementerio inglés de gladiadores

El hallazgo se enmarca en un yacimiento que ya había llamado la atención de los arqueólogos. Se trata de una serie de tumbas con esqueletos que muestran signos de muertes violentas y decapitación, lo que ha llevado a los expertos a considerar que podría tratarse de un cementerio dedicado a gladiadores o prisioneros ejecutados, fechado entre el siglo I y el IV d.C.

Este dato, junto con la evidencia del combate con un felino, apunta a que el espectáculo del anfiteatro romano no se limitaba a la ciudad de Roma o al Mediterráneo, sino que se extendía más allá, incluyendo la provincia romana de Britannia, es decir, la actual Gran Bretaña.

Leones en las islas británicas

Otro factor que resalta de este estudio es la logística del Imperio en aquella época. El hecho de que un león llegara hasta Britania demuestra que los romanos transportaban animales exóticos por todo su gran territorio, con el único propósito de ofrecer entretenimiento sangriento en sus arenas.

Un descubrimiento arqueológico en el norte de Inglaterra es la primera evidencia física directa de los brutales combates entre humanos y leones que se celebraban durante el Imperio Romano. Concretamente, se ha encontrado un esqueleto con marcas de mordeduras de gran felino, hallado cerca de York, Reino Unido, que habría pertenecido a un hombre de entre 26 y 35 años. Según concluye un nuevo estudio publicado en la revista Plos One, probablemente se trate de un gladiador.

Los restos, encontrados entre 2004 y 2005 durante unas excavaciones para un proyecto de construcción, fueron analizados recientemente por un equipo de científicos que identificó unas señales muy claras de ataque en los huesos pélvicos. Mediante comparaciones con mordeduras modernas de animales carnívoros, determinaron que el agresor fue muy probablemente un león.

Esta es la primera prueba osteológica directa que confirma que en el Imperio Romano, no solo los gladiadores luchaban entre sí, sino que también eran lanzados a enfrentarse con bestias salvajes en espectáculos públicos. Estos hechos eran, hasta ahora, solo conocidos por textos antiguos y representaciones artísticas.

Un cementerio inglés de gladiadores

El hallazgo se enmarca en un yacimiento que ya había llamado la atención de los arqueólogos. Se trata de una serie de tumbas con esqueletos que muestran signos de muertes violentas y decapitación, lo que ha llevado a los expertos a considerar que podría tratarse de un cementerio dedicado a gladiadores o prisioneros ejecutados, fechado entre el siglo I y el IV d.C.

Este dato, junto con la evidencia del combate con un felino, apunta a que el espectáculo del anfiteatro romano no se limitaba a la ciudad de Roma o al Mediterráneo, sino que se extendía más allá, incluyendo la provincia romana de Britannia, es decir, la actual Gran Bretaña.

Leones en las islas británicas

Otro factor que resalta de este estudio es la logística del Imperio en aquella época. El hecho de que un león llegara hasta Britania demuestra que los romanos transportaban animales exóticos por todo su gran territorio, con el único propósito de ofrecer entretenimiento sangriento en sus arenas.

Un descubrimiento arqueológico en el norte de Inglaterra es la primera evidencia física directa de los brutales combates entre humanos y leones que se celebraban durante el Imperio Romano. Concretamente, se ha encontrado un esqueleto con marcas de mordeduras de gran felino, hallado cerca de York, Reino Unido, que habría pertenecido a un hombre de entre 26 y 35 años. Según concluye un nuevo estudio publicado en la revista Plos One, probablemente se trate de un gladiador.

Los restos, encontrados entre 2004 y 2005 durante unas excavaciones para un proyecto de construcción, fueron analizados recientemente por un equipo de científicos que identificó unas señales muy claras de ataque en los huesos pélvicos. Mediante comparaciones con mordeduras modernas de animales carnívoros, determinaron que el agresor fue muy probablemente un león.

Esta es la primera prueba osteológica directa que confirma que en el Imperio Romano, no solo los gladiadores luchaban entre sí, sino que también eran lanzados a enfrentarse con bestias salvajes en espectáculos públicos. Estos hechos eran, hasta ahora, solo conocidos por textos antiguos y representaciones artísticas.

Un cementerio inglés de gladiadores

El hallazgo se enmarca en un yacimiento que ya había llamado la atención de los arqueólogos. Se trata de una serie de tumbas con esqueletos que muestran signos de muertes violentas y decapitación, lo que ha llevado a los expertos a considerar que podría tratarse de un cementerio dedicado a gladiadores o prisioneros ejecutados, fechado entre el siglo I y el IV d.C.

Este dato, junto con la evidencia del combate con un felino, apunta a que el espectáculo del anfiteatro romano no se limitaba a la ciudad de Roma o al Mediterráneo, sino que se extendía más allá, incluyendo la provincia romana de Britannia, es decir, la actual Gran Bretaña.

Leones en las islas británicas

Otro factor que resalta de este estudio es la logística del Imperio en aquella época. El hecho de que un león llegara hasta Britania demuestra que los romanos transportaban animales exóticos por todo su gran territorio, con el único propósito de ofrecer entretenimiento sangriento en sus arenas.

Un descubrimiento arqueológico en el norte de Inglaterra es la primera evidencia física directa de los brutales combates entre humanos y leones que se celebraban durante el Imperio Romano. Concretamente, se ha encontrado un esqueleto con marcas de mordeduras de gran felino, hallado cerca de York, Reino Unido, que habría pertenecido a un hombre de entre 26 y 35 años. Según concluye un nuevo estudio publicado en la revista Plos One, probablemente se trate de un gladiador.

Los restos, encontrados entre 2004 y 2005 durante unas excavaciones para un proyecto de construcción, fueron analizados recientemente por un equipo de científicos que identificó unas señales muy claras de ataque en los huesos pélvicos. Mediante comparaciones con mordeduras modernas de animales carnívoros, determinaron que el agresor fue muy probablemente un león.

Esta es la primera prueba osteológica directa que confirma que en el Imperio Romano, no solo los gladiadores luchaban entre sí, sino que también eran lanzados a enfrentarse con bestias salvajes en espectáculos públicos. Estos hechos eran, hasta ahora, solo conocidos por textos antiguos y representaciones artísticas.

Un cementerio inglés de gladiadores

El hallazgo se enmarca en un yacimiento que ya había llamado la atención de los arqueólogos. Se trata de una serie de tumbas con esqueletos que muestran signos de muertes violentas y decapitación, lo que ha llevado a los expertos a considerar que podría tratarse de un cementerio dedicado a gladiadores o prisioneros ejecutados, fechado entre el siglo I y el IV d.C.

Este dato, junto con la evidencia del combate con un felino, apunta a que el espectáculo del anfiteatro romano no se limitaba a la ciudad de Roma o al Mediterráneo, sino que se extendía más allá, incluyendo la provincia romana de Britannia, es decir, la actual Gran Bretaña.

Leones en las islas británicas

Otro factor que resalta de este estudio es la logística del Imperio en aquella época. El hecho de que un león llegara hasta Britania demuestra que los romanos transportaban animales exóticos por todo su gran territorio, con el único propósito de ofrecer entretenimiento sangriento en sus arenas.

MOSTRAR BIOGRAFíA

Soy redactora en El HuffPost España, donde te cuento las historias más curiosas y te intento ayudar a encontrar esos detalles que marcan la diferencia en la vida cotidiana.

 

Sobre qué temas escribo

Tengo el privilegio de escribir sobre una amplia variedad de temas, con un enfoque que abarca tanto actualidad como estilo de vida. Escribo con la intención de contarte historias que te interesen y ofrecerte información que hagan tu vida un poco más fácil.


Te ayudo a no caer en estafas, te doy consejos de salud y cuidado personal, además de recomendaciones de destinos para tu próximo viaje.


Mis artículos son un surtido de historias curiosas, viajes, cultura, estilo de vida, naturaleza, ¡y mucho más! Mi objetivo es despertar tu curiosidad y acompañarte con lecturas útiles y entretenidas.

  

Mi trayectoria

Soy madrileña, pero con raíces en Castilla-La Mancha. Estudié Periodismo en la Universidad Ceu San Pablo, aunque siempre digo que mi verdadera escuela ha sido El HuffPost, el lugar donde escribí mis primeras líneas como periodista. Empecé como becaria y ahora colaboro en este medio que me ha visto crecer.


Mi pasión por el periodismo nació en la infancia, cuando dibujaba las portadas de los medios deportivos y soñaba con convertirme en una de aquellas reporteras que veía en la televisión.

 


 

Cómo contactar conmigo: