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Echan por tierra el síndrome de Estocolmo: el trastorno creado para ocultar los fallos en este infame atraco

Echan por tierra el síndrome de Estocolmo: el trastorno creado para ocultar los fallos en este infame atraco

"Era como si hubieran decidido de antemano cómo eran las cosas", señala una de las víctimas.

Rehén con las manos atadas.Getty Images

El síndrome de Estocolmo, ese vínculo afectivo que establecerían rehenes y los secuestradores, es un término cuanto menos controvertido en el mundo de la psiquiatría. De hecho, no está reconocido ni en el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales y ni en la Clasificación internacional de enfermedades. 

Su origen se debe a la toma de rehenes de un banco del centro de Estocolmo el 23 de agosto de 1973 cuando Jan-Erik Olsson retuvo durante seis días a cuatro empleados desatando una crisis sin precedentes.

Tras el incidente, el término fue acuñado por el psiquiatra Nils Bejerot, que formó parte del equipo negociador en 1973. 

Sin embargo, con el paso de los años, se ha visto que esto está más vinculado a la reacción de supervivencia de los rehenes que a un vínculo afectivo. "Nada apunta a que tuvieran problemas psiquiátricos ni a que padecieran ningún síndrome como tal. El síndrome de Estocolmo se creó de la nada para dar cabida al hecho de que estas mujeres actuaron racionalmente en esta situación", señala a Euronews Cecilia Ase, profesora de estudios de género de la Universidad de Estocolmo.

Además, asegura que se dio también "en una dimensión muy sexualizada" por parte de las autoridades y recalca que hay un "concepto construido" utilizado para cuando las autoridades no protegen a las víctimas.

De hecho, una de las víctimas Kristin Enmark dejó claro que en ningún momento sintió atracción por los secuestradores. "Era como si hubieran decidido de antemano cómo eran las cosas. Pero yo no estaba enamorada. Era una mujer de 23 años que sobrevivió a seis días aterradores en la cámara acorazada de un banco", declaró al diario sueco Aftonbladet en una entrevista en 2015. 

"No había amor ni atracción física", añadió, pese a que acabó manteniendo una relación sentimental con Clark Olofsson, un conocido atracador de bancos que se unió a Olsson durante el asedio.

Christoffer Rahm, psiquiatra del Instituto Karolinska de Suecia, señala al citado medio que lejos de ser un síndrome o desequilibro se trata de un "mecanismo de defensa que ayuda a la víctima" para enfrentarse a un evento traumático.