Un psicólogo empeora el pronóstico del desarrollo de los niños: "Subestimé la magnitud del problema"
Desde 2015, los adolescentes pasan horas y horas en el teléfono, y esto, además de crear problemas de salud mental, ha disminuido su capacidad de concentración.

Jonathan Haidt, psicólogo social y autor del best seller internacional La generación inquieta, ha concedido una entrevista al portal polaco Neesweek para hablar sobre su libro y sobre el que él considera uno de los capítulos más importantes en psicología y salud mental de todos los tiempos. "Quería escribir sobre los niños y luego sobre lo que sucede con la democracia cuando los adultos interactúan en Twitter y otras plataformas similares. Pero cuando comencé a leer el primer capítulo sobre adolescentes, tracé la crisis de salud mental y vi lo que estaba cambiando en tantos países alrededor del mundo", asegura sobre este ensayo que en principio iba a hablar sobre las democracias en el mundo.
Las redes sociales y las plataformas de streaming han conseguido que los adolescentes desde 2015 pasen horas y horas en el teléfono, "su infancia se basa en gran medida en el teléfono" y esto ha desplazado casi todo lo demás: juegos, amigos, aventuras, aire libre... Y esto ha desembocado en importantes problemas de salud mental: los adolescentes y los veinteañeros son el grupo de edad menos feliz del mundo. Un panorama al que el especialista le ve una difícil solución: "¿Lo superarán cuando tengan veinte años? Por el momento no lo parece".
Pero además de esos problemas de salud mental, incide Haidt, hay otro también muy grave: la perdida de la capacidad de concentración El psicólogo no escatima en afirmar que la próxima generación tendrá muchas dificultades para lograr cualquier cosa, porque "crecerá sin la capacidad de concentrarse durante 10 minutos. Sin la capacidad de tolerar 10 segundos de aburrimiento".. "Cada vez más alumnos me dicen que no pueden soportar 75 minutos en una sala de conferencias. Ellos salen a caminar. Algunas personas dicen que después de leer una frase en un libro se aburren y sacan el teléfono. Los niños de hoy son mucho más susceptibles a la idea de 'cuando pensar se vuelve difícil, empiezo a buscar entretenimiento", analiza.
"La pérdida del 10 al 15 por ciento de nuestros niños, que quedan esencialmente perdidos en sus teléfonos por el resto de sus vidas, es una tragedia para cualquier sociedad. Pero las redes sociales también son socialmente adictivas. Cinco horas al día es el uso promedio de las redes sociales entre los jóvenes en los Estados Unidos. Y eso no es todo, además de estas cinco horas hay otras tres o cuatro horas de uso del smartphone para otras cosas. Y si pasas nueve horas al día con el teléfono, eso descarta otras actividades", expone sobre la horrible realidad que se puede estar viviendo en muchos países.
Pero aún así, asegura que "subestimé el problema" porque hay mucho más en juego y, por ejemplo, el descenso del nivel educativo, también lo achaca a las redes sociales, que no considera que sean siempre negativas ni que deban desaparecer. "Mi libro no dice que debamos eliminar por completo las redes sociales y los teléfonos inteligentes. Nos adaptaremos a ellos, deteniendo la disrupción del desarrollo infantil en todas partes", haciendo un llamamiento urgente a la necesidad de adaptarse a ella por parte de los más jóvenes.