La ola de calor en La Rambla (Córdoba), el pueblo de los 47,6 grados que se refresca con tragos del botijo
Este municipio de la campiña cordobesa ostenta el título de ser el lugar con el registro más alto de temperatura de España.
El domingo se comenzó a sentir en muchos lugares de España. En esa jornada, muchos pueblos de Badajoz y Córdoba superaron los 43ºC. El lunes, la segunda ola de calor de este verano se hizo palpable —y sudable— de norte a sur y de este a oeste de la península.
Por supuesto, el calor no fue igual de 'generoso' en todos los lugares de España: si en ciudades como Gijón, Vitoria o Santander el mercurio no llegó a alcanzar los 30º, en el centro peninsular ciudades tradicionalmente 'frías' como Valladolid, Burgos y Zamora superaron los 35º, convirtiendo en casi histórica la jornada estival.
Como no podía ser de otra manera, los municipios coronados como los más calurosos de España, es decir Bailén (Jaén), Écija —alias 'la sartén de Andalucía' (Sevilla)— o Herrera del Duque (Badajoz), entre otros, hicieron gala de su 'privilegio' superando la barrera psicológica de los 40 —acontecimiento que se repetirá a lo largo de esta semana, pues la ola se extenderá al menos hasta el domingo—.
En ese ranking de lugares de España con los registros más altos de temperaturas, el número uno, certificado por la AEMET, lo tiene el municipio de La Rambla, situado en la comarca de la Campiña Sur cordobesa, a 41 kilómetros de la capital. El 14 de agosto de 2021, con 47,6 º, este pueblo de 7.302 habitantes logró el récord histórico de temperatura más alta jamás registrada en España -que le arrebató al también cordobés Montoro con 47,4º-.
"La verdad es que estamos acostumbrados y no nos sorprende tanto", asegura Pilar Rojas, concejala de igualdad del Ayuntamiento de La Rambla, para la que esta ola de calor no está siendo un episodio extraordinario. En la madrugada del martes, señala la edil, las temperaturas seguramente no habían bajado de los 29-30ºC, pero a pesar de ello dice que notan "que por las noches refresca un poquito más que en años pasados".
La vida a 40 grados
Desde aquel 14 de agosto de 2021 la vida en este municipio cordobés durante el verano ha cambiado, ha tenido que adaptarse a "la situación climática", explica Lorena Muñoz desde la Oficina de Turismo: los funcionarios del Ayuntamiento acaban una hora antes de trabajar desde el mes de junio y hasta septiembre; las tiendas modifican su horario vespertino o directamente no abren por la tarde; el sector de la construcción para el 'tajo' a las 14:30...
La vida de los más pequeños también se altera en estos meses y no solo porque están de vacaciones. Los niños y niñas adaptan sus actividades a este calor extremo y por las mañanas el instituto del lugar, climatizado y con aire acondicionado, se convierte en la Escuela Municipal de Verano donde participan de actividades, deportes y acuden a la piscina municipal —trasladados en autobús—.
Desde el mediodía, las calles del pueblo están casi vacías, el sol es insufrible y los vecinos se refugian en el aire acondicionado de sus casas, aunque sí que se puede ver a algún que otro turista valiente pasear por sus calles entoldadas y sus plazas refrescadas por naranjos y limoneros.
"Aquí, en estas fechas, no paran de llegar turistas procedentes de Málaga y Córdoba, que están muy cerca. Ahora mismo porque vienen a ver las exposiciones de cerámica —en el pueblo esta es su principal actividad económica— que se está celebrando en CONBARRO —la Feria de Alfarería y Cerámica—, y luego porque a partir del 9 se celebra la feria del pueblo, San Lorenzo hasta el día 15", expone Lorena. ¿Y no salen huyendo? "Ellos saben que hace mucho calor, pero no les importa", asegura.
La vida despierta de nuevo en La Rambla a partir de las 8 de la noche, cuando el sol comienza a esconderse. Es entonces cuando los vecinos llenan sus parques —el más grande es el Jardín de Andalucía, donde se celebran las fiestas, y que tiene un estanque artificial— y disfrutan en las terrazas de los bares de las plazas. Y no, ya no se sale al fresco con la silla: "Las calles no están adaptadas para eso por el tráfico. Todo el mundo tiene aire acondicionado en casa y los aparatos además sueltan mucho calor. Ya no hace tanto fresco en ellas".
La manera ideal de refrescarse, el agua del botijo
Los nuevos tiempos y la tecnología ayudan a los vecinos de La Rambla a sofocar los calores, aunque de refrescarse ellos saben mucho desde hace tiempo: "La forma tradicional es beber en botijo. En todas las casa hay un botijo".
El botijo se ha convertido en símbolo por excelencia de este pueblo cordobés que ha hecho y que mantiene la tradición alfarera desde hace siglos. "Por las propiedades de la arcilla de nuestro suelo, que es un barro muy poroso, nuestros botijos son únicos, filtran bien el agua y la mantienen hasta 10 grados más fresca", comenta Pilar Rojas, que nos asegura que además se exportan a muchos lugares del mundo. "Esta es nuestra costumbre más arraigada al calor: el agua del botijo".