La pullita del rey Juan Carlos a Harald de Noruega, un anciano rey que lidera una monarquía en su peor momento
Aunque la imagen de Juan Carlos I está comprometida, más lo está la monarquía noruega. Y a sus mandos, un anciano rey que quiere seguir siéndolo de por vida.
El 2 de junio de 2014 se produjo un acontecimiento histórico con la decisión del rey Juan Carlos de abdicar la corona de España en su hijo, Felipe VI. Juan Carlos I tenía entonces 76 años, problemas de salud muy limitantes y estaba rodeado por graves escándalos. Y eso que por entonces no se conocía todo sobre él. Para hacerlo tendrían que pasar unos cuantos años más.
En diciembre de 2025 se publicó en España Reconciliación, su libro de memorias. Antes de eso llegó a las librerías de Francia, por lo que en noviembre concedió una entrevista Stéphane Bern para France 3. Uno de los temas que tocaron fue la abdicación, decisión que tomó porque no encontró mejor solución.
"Creo que un rey debe ser físicamente fuerte, estar físicamente preparado. No me imagino, sobre todo en España, a un rey con muletas, con los problemas de cadera que tengo y todo eso", señaló Juan Carlos de Borbón, añadiendo que de todos modos esto es una opinión personal.
Sus palabras han sonado a dardo para un rey, Harald de Noruega, que no quiere abdicar aunque está mal de salud y ya ni puede dejar las muletas. De hecho, cuando Margarita de Dinamarca anunció su renuncia al trono fue preguntado al respecto y volvió a repetir lo que ha dicho siempre: "Hice un juramento y es de por su vida". Esas palabras fueron pronunciadas delante de su hijo Haakon en enero de 2024, cuando las cosas no iban tan mal para una monarquía que atraviesa sus horas más bajas.
Después todo fue un desastre. Ese invierno estuvo a punto de ser el último de Harald V, que viajó a Malasia con la reina Sonia para celebrar su 87 cumpleaños. Allí sufrió una infección que casi le cuesta la vida. Tuvo que ser repatriado en un avión medicalizado, sufrió más operaciones y se mantuvo larga temporada de baja hasta que logró recuperarse.
El rey de Noruega estaba mal de salud y tampoco se movía bien. De hecho necesita dos muletas para poder hacerlo. Se decidió entonces que los viajes al extranjero se habían acabado, salvo para casos muy concretos y países no muy alejados, y redujo su carga de trabajo. Pese a todo, se negó a abdicar. Su hijo Haakon, con más de 50 años, seguiría esperando.
El problema es lo que vino después. Ya no las polémicas de Marta Luisa de Noruega y Durek Verrett o el agravamiento de la fibrosis pulmonar de Mette-Marit de Noruega, sino el grave escándalo protagonizado por Marius Borg Høiby. El hijo de la princesa heredera, criado como un vástago más por Haakon de Noruega, fue detenido en tres ocasiones y se enfrenta a un juicio por 32 delitos que incluyen cuatro violaciones.
La imagen de la monarquía ha sufrido enormemente y está en caída libre. Los índices de aprobación eran altos hacia una familia real pequeña pero eficiente, con unos reyes Harald y Sonia queridos y valorados. Sin embargo ya no ocurre lo mismo con la pareja heredera, salpicada por el caso Marius. No es un buen momento para un cambio de reinado. Si Harald abdica, ¿aceptarían los noruegos fácilmente a Haakon como rey y a Mette-Marit como reina consorte? ¿Hay riesgo de referéndum?
Lo cierto es que parece una costumbre que en cada legislatura se presente una propuesta para convertir a Noruega en una república. Sin embargo, siempre se rechaza... al menos hasta ahora. Mientras tanto, Harald V se acerca a los 90 años con mala salud, pero con voluntad de aguantar y seguir cumpliendo con el juramento que prestó al parlamento.
Puede que las aguas se calmen si Marius es condenado y entra en la cárcel... o puede que no. Lo que está claro es que Haakon y Mette-Marit están muy tocados, mientras que su hija Ingrid Alexandra, sin mancha alguna y con buena imagen, ya se ve como un recambio perfecto, aunque todavía es demasiado joven.
Así, Harald V debería reinar durante más tiempo para salvar una monarquía instaurada en 1905 en la persona de su abuelo, un príncipe danés que subió al trono como Haakon VII. Para llegar a él hubo un referéndum. Después de que el parlamento aprobara que Noruega se separara de Suecia, se instó a un referéndum para decidir si se aceptaba al hijo de Federico VIII de Dinamarca como rey de los noruegos. El pueblo dijo sí. Con Haakon VIII empezó una monarquía que corre el riesgo de terminar con Haakon IX.
Así decidió el rey Juan Carlos que tenía que abdicar
"Mi debilidad física me hizo reflexionar. Las encuestas mostraban un descenso drástico desde mi accidente en Botsuana en 2012. Yo sabía que, desde hacía dos años, ya no contaba con el apoyo unánime del pueblo. Estaba descartado que apareciera públicamente vestido de militar en silla de ruedas, ni siquiera con muletas, para pasar revista a las tropas", señala Juan Carlos I en sus memorias.
"Debía aceptar lo evidente: ya no podía permanecer mucho tiempo de pie, y mucho menos pasar revista a mis tropas sin la ayuda de un bastón. Mi paso era entonces pesado y febril. No era el paso digno de un jefe de las Fuerzas Armadas españolas", añade en Reconciliación.
"Ya no tenía ni suficiente energía ni voluntad. Mi hijo estaba más que dispuesto a tomar el relevo. Yo ya no tenía fuerzas físicas para asumir esta agotadora tarea. Tenía la conciencia tranquila del deber cumplido. La España que dejaba, pese a sus problemas coyunturales, no se parecía en nada a la España que había heredado en 1975. No tenía nada de lo que avergonzarme. Podía emprender una nueva fase de mi vida con serenidad", manifiesta el emérito en su biografía.
Juan Carlos I abdicó para salvar una monarquía herida en gran medida por su culpa. Pero Harald V no puede abdicar y debe continuar en el trono para salvar la monarquía de su país, aunque en su caso él no ha sido el culpable de las desgracias de la que posiblemente es la casa real europea más amenazada del momento.