Máximo Huerta: "Los políticos no han estado a la altura con la DANA. En Valencia se culpa a todos, a la Generalitat y al Gobierno"
Hablamos con el escritor, residente en Buñol y propietario de un negocio allí, un año después de la trágica DANA.

El 29 de octubre de 2024 pasará a la historia como uno de los días más negros de la historia reciente de España en general y de Valencia en particular. Ese día la fuerza de una naturaleza desbocada arrasó numerosas localidades sobre todo de Valencia, aunque la DANA también hizo daño en Letur (Albacete), donde fallecieron 6 personas, en Mira (Cuenca), donde hubo una víctima, y en Alhaurín de la Torre (Málaga), donde perdió la vida un hombre.
En la provincia de Valencia, que fue el epicentro de la tragedia, murieron 229 personas. De ellas, una apareció casi un año después de la DANA, mientras que otras dos siguen sin aparecer. Han transcurrido doce meses desde que el agua se llevó por delante vidas humanas, pérdidas completamente irreparables, pero también casas, negocios e infraestructuras. Nadie puede ni debe olvidar lo que pasó, una desgracia que no debería volver a ocurrir. Es verdad que catástrofes así seguirán sucediendo, y más debido a la crisis climática, pero la diferencia está en lo preparados que estemos y en la respuesta que se dé antes, durante y después.
El escritor Máximo Huerta, residente en Buñol, donde regenta un negocio llamado La librería de Doña Leo, fue afectado por la DANA. Como él mismo asegura, lo que pasó él no tiene ni punto de comparación al sufrimiento de los heridos, de los seres queridos de los fallecidos o con el de quienes lo perdieron todo, o casi todo, o con los que estuvieron semanas sin servicios básicos y con las calles llenas de barro y suciedad. Sin embargo, él también tiene una historia que merece ser recordada y contada cuando se cumple un año desde la DANA.
¿Cómo viviste aquel 29 de octubre?
Parece que fue ayer y al mismo tiempo que hace un montón de tiempo. Fue tan duro, tan impactante y con tanto muerto. La memoria va cicatrizando y el recuerdo también, pero yo lo recuerdo como algo terrible. A mí me pilló en la carretera, bueno, el día anterior ya estaba yo avisando de que esto estaba siendo terrible. Me tocaba ir a Madrid y estaba en un taxi para ir a la estación y fue imposible llegar porque nos llevaba el agua. Al final sí que pude regresar después de un montón de horas en ese taxi. No subí al tren, afortunadamente, porque las vías estaban cayendo. Se veían desde la carretera. Yo avisaba a Madrid para decir que no iba a llegar, que aquello era imposible, que la tromba era... Y me decían que en las autovías nunca hay peligro. Yo estaba en medio de una autovía y aquello era una riada horrible. Y ya se estaban viendo las imágenes de Utiel, de Requena, de Chiva... Yo creo que mucha gente no era consciente de lo que estaba pasando. Pero el conductor se quedó toda la noche, como tantos otros de esos que se quedaron toda la noche perdidos en la carretera. Yo sí que conseguí llegar a casa. Y a partir de ahí se fue la luz y recuerdo la desconexión. No saber qué estaba pasando. No poder hablar con nadie, ni ver porque estábamos a oscuras y no poder conectarte a nada. Esa sensación de desconexión es la que generaba más miedo. Porque mi familia vive en Utiel y no sabía qué les estaba pasando. Ese es el principal recuerdo que tengo.
Recuerdo tus stories desde el taxi en los que se veía la riada...
Sí, los grabé. Iba grabándolos sobre todo porque yo ya estaba viendo el drama que había. Se estaban viendo cómo bajaban riadas en Utiel, por el Magro, y en Requena, desmontando un montón de terrenos y con el agua por medio de las calles que no había visto yo nunca en esas zonas. De hecho, tampoco había visto el río Magro jamás con agua. Y empecé a grabar pero de alguna forma como de desahogo frente al miedo, pero no guardé las fotos. No guardé nada de aquello. Ni siquiera las fotos que hicimos porque de la librería se desmontó el techo en la parte de la trastienda y cayó en las cajas de los libros y libretas. Borré hasta las fotos que hice para el seguro. No guardé nada porque luego ya tenías bastante viendo en televisión unas imágenes que me parecían de película de terror todas.
Pero había como un exceso de confianza. Yo tenía que ir a Madrid y los de Madrid decían que no, que todo iba bien. Y había habido avisos y viendo lo que estaba viviendo y las imágenes que ya corrían como la pólvora de móvil en móvil de todo lo que estaba pasando, yo no sé cómo había tanta gente tan inconsciente en otros lugares. No sé si por aquello de que en Valencia cuando llueve nunca llueve bien, lo minimizaban. Pero tenía la sensación de que estaban minimizándolo desde fuera.
¿Tuviste miedo?
Sí, absolutamente. Miedo y sobre todo muchísima incertidumbre. Yo me quedé con mi madre que es dependiente y estábamos en casa. Con lo que tenías de comer, con lo que había, con las latas que había porque no podías ni salir ni nada. Y tenía miedo por lo que estaba pasando en otros lugares porque veía la que estaba cayendo aquí en Buñol. Ya no funcionaba el móvil, pero con lo que había visto ya me parecía terrorífico aquello. Y como era al lado de casa había muchísima incertidumbre.
Aunque dices que a cierta hora ya no te iba el móvil, ¿recibiste el mensaje de alerta que enviaron a las 20:11 horas?
Sí. Llegó tarde. Cuando ya estaba todo... Parecía un mensaje de final de capítulo, no de aviso.
¿Y cómo lo sobrellevó tu madre? ¿Era consciente de lo que estaba pasando?
No. Eso ya es por cuestiones de edad. No era consciente. Lo que sí que le salió enseguida es el recuerdo. Porque ella vivió lo del 57 cuando hubo una riada terrorífica aquí en Valencia también y la recordaba. Entonces te das cuenta de la gravedad de otras que ha habido. Mi madre tiene 88 años y aunque no recuerde el hoy, sí se acordaba perfectamente de lo del 57, en la que hubo una monumental con también cientos de muertos.
Fue aquella inundación tras la que se desvió el cauce del Turia, una gran obra que salvó a Valencia capital en la DANA de 2024
Sí, la que hizo el plan, la que cambió todo, sí. Y mi madre incluso empezó a hablar de anécdotas, de cosas que vivió en aquel tiempo. Imagínate cómo marca en la memoria ese hecho tan terrorífico que ella, con toda la edad que tiene, todavía sacaba de la memoria el recuerdo de la de 1957.
Me comentabas que tu librería fue afectada por la DANA ¿Qué daños sufrió?
En Buñol lo que desmontó y destrozó el río fueron principalmente puentes, porque por la orografía del pueblo, todo el agua se fue hacia la parte baja. Sí que destrozó casas, coches, tiró parte de laderas, de carreteras... Pero afectó sobre todo a infraestructuras. Lo que pasa es que, por ejemplo, mi librería no tragaba el patio de arriba. Era imposible que tragara ese agua, ese embalsado no lo tragaba. Con lo cual, el techo de toda la librería, de toda la parte de la trascienda, se desmontó y mojó suelo y cajas de libros. También nos quedamos durante un tiempo sin recibir nada y sin nadie, porque la gente no salía a la calle. Ni recibías libros, ni venía gente. Eso también es otra manera de quedar afectado. Ni venían novedades, ni podías enviar nada, ni servía para nada, porque lo que prima en ese momento es un negocio de primera necesidad. Y con el tiempo ya arreglaron la parte del techo de la trastienda de la librería.
Entiendo que el seguro cubriría parte...
Sí, eso lo cubrió, sí, parte. Pero ni entraba gente ni venían libros. Porque el almacén donde está todo, que es un almacén común a varias librerías, la editorial Bromera, quedó desmontadísimo. Las fotografías son tremendas. No quedó nada, no quedaron libros, todo desapareció, todo mojado. Imagínate la fuerza que tiene el papel ante la lluvia. No teníamos nada. No llegaba nada, ni venía nadie. Así varias semanas.

Es decir, que tú has sufrido pérdidas también en el negocio
Sí, claro. Lo llaman lucro cesante porque deja de entrar. Pero yo no me quejo de eso. Como la trama es tan bestia, yo jamás me he quejado de eso porque bastante con haber pasado el episodio. Con el drama que ha habido todo lo demás se me hace pequeño.
¿Habéis recibido alguna compensación por las pérdidas o el tiempo que habéis tardado en volver a funcionar?
No, no hay. Y en mi caso me parecía deshonesto incluso pedir. Si hubiera habido algo, me parecía deshonesto porque entendía que había quien lo necesitaba muchísimo más. Hay negocios que quedaron desmontados del todo, incluso aquí en el pueblo vecino, en Chiva, que quedó hecho un cisco y estuvo muy afectado porque el barranco pasa por el medio del pueblo, mientras que en Buñol se desvía. Aunque en Buñol tiró cuatro puentes y nos dejó incomunicados. Afortunadamente por la autovía sí podías circular, pero todo lo demás no. No pasaban los camiones de la basura y no había servicio de nada.
¿Y cuánto tiempo estuvisteis incomunicados y sin servicios básicos?
Ni lo recuerdo. ¿Sin luz estuvimos como dos días o así? El agua creo que no se llegó a ir, pero es que he borrado bastantes detalles de esos días. Creo que en muchas casas se quedaron sin agua, pero en la mía no porque está en una zona más alta. Pero sin luz sí que estuvimos. No podíamos encender nada y ya hacía frío. Sin poder cocinarle a tu madre... Claro, una lata de atún vale, pero es que no tenía nada más que pan. Lo que tenías en casa. Una vecina que tenía gas nos trajo cosas hechas. En estas ocasiones la solidaridad crece muchísimo. Hay como una hermandad de pronto entre vecinos y amigos que es muy rápida y muy eficaz. Alguien que de pronto tiene gas, cocinaba para otros, incluso café.
El ministerio de Cultura ha anunciado que va a destinar un millón de euros para la reactivación cultural en zonas afectadas. ¿Qué te parece esta medida? ¿Es suficiente un millón para la reactivación cultural?
Yo quizá no sé valorarlas porque nunca sé si es poco o mucho. Lo que sé es que recuperarlo todo, recuperar el ritmo tardará. Y eso que la resiliencia valenciana es bastante potente porque a riadas menores estamos acostumbrados. Es algo que ya forma parte de la idiosincrasia de aquí, que como decía aquel, no sé de qué canción es o de qué poesía, en Valencia no sabe llover, si llueve poco, mal, y si llueve mucho, también mal. Pero yo creo que lo que sea es necesario, lo que den es necesario.
¿Ha mejorado algo en este año a nivel al menos de prevención?
No lo sé, sinceramente. Lo que sí que ha habido es que los avisos que han dado después sí los han enviado a tiempo. Eso no significa que hay lugares que no dejen de inundarse por los terrenos y las zonas que ya estaban demasiado empapadas y no traga. Tampoco los desagües, que hay algunos que todavía no se habían ni recuperado. Pero al menos los avisos sí que han llegado, es lo único que se puede decir. La limpieza todavía no. Hay muchas zonas todavía regulares y hay un montón de ascensores que no funcionan, cientos, y hay gente que no ha recuperado el coche, y con lo que te dan, no te compras otro. Con dos mil euros no te compras otro, ni con tres mil. Mi prima lo perdió, desapareció el coche, no sé dónde apareció, pero con tres mil que te dan, tú no puedes volver a la vida normal. Ella perdió el coche y también la carpintería que tiene en Utiel. Imagínate, todo eso oxidado y húmedo. Mi prima Raquel también perdió el coche, desapareció de donde lo tenía aparcado. Pero claro, con la ayuda no te pones al día, te pones al día con esfuerzo y con los ahorros que tú tengas, si es que tienes.
¿Llegan las ayudas? ¿Ha sido sencillo gestionarlas y recibirlas?
Fácil no ha sido nunca, con las ayudas fácil no lo ponen. No es una cosa ni rápida, ni fácil Las ayudas no son ni fáciles ni rápidas de pedir, no. Eso desde luego. Tienes que aportar un montón de datos, pruebas, fotos... Lo entiendo, porque lo hacen por seguridad, para que no se cuele gente que quiere engañar, pero no es fácil hacerla, ni pedirla. Y todavía hay mucha gente que no ha podido volver a montar su negocio.
¿Tenéis miedo de que vuelva a ocurrir algo tan grave?
Antes siempre hablábamos de la gota fría en Valencia. Los términos han cambiado, pero forma parte del carácter y del miedo a las lluvias de los valencianos. De hecho, en muchas casas en los pueblos de zonas donde afecta mucho, todos tenemos una madera en la puerta para tapar cuando llega un torrente de agua. Es algo muy común. Igual que son muy comunes los azulejos que marcan el lugar hasta el que llegó la riada. Sabes que forma parte ya desgraciadamente del carácter y de la costumbre de tantos daños, de tantas veces que ha afectado, que no ha sido tan terrible como esta, pero que ha sido muy normal la inundación de puentes, de calles, de bajos perdidos. Eso, lo de la gota fría que le llamábamos antes, ha sido muy habitual. Entonces el carácter del valenciano está acostumbrado a ese miedo. Ahora lo que tendrán que hacer es que todos los barrancos que han visto que no funcionaban es hacerlos más anchos o poner los controles y los sensores mucho más eficaces.
Cuando se veían las imágenes de cómo había quedado todo, Valencia capital se había salvado, pero hacia el sur todo era destrucción
Claro, sí, por la zona ya hacia donde va la ribera valenciana. Por la construcción, por dónde está... También hay tantos polígonos que se han construido en zonas inundables y puentes que hacen de tapón y embalsan el agua. Claro, es que hay mucho error acumulado.
Sabemos que pasan estas cosas. Somos o deberíamos ser conscientes de que estamos en una crisis climática que favorece los fenómenos extremos ¿Qué debería cambiar y no ha cambiado?
Entiendo que de entrada la limpieza de barrancos. Estar más prevenidos, una con las alertas y otra con la limpieza. Luego ya hay zonas que sí que son de más riesgo, claro, ante las lluvias, que si llueve un poquito ya se colapsan. Para eso simplemente hay que ayudar.
¿Ha estado la clase política a la altura?
No, no. Eso es un comentario generalizado aquí. No ha estado nadie a la altura.
¿Se culpa a la Generalitat Valenciana, al Gobierno de España o a todos?
En Valencia se culpa a todos. En esta tierra se culpa a todos con los matices ya de cada uno, por las afinidades y la fuerza de la ira, y la fuerza del odio y del enfado y del dolor. Pero la mirada es general. La mirada es general a todos.
