Muchos tiramos el ticket nada más salir del supermercado: enmendar este hábito puede ahorrarnos algo de dinero
Puede ser una pequeña alegría.

Hay una práctica muy repetida tras haber pagado la compra en el supermercado. Sólo hace falta acercarse a los lineales de uno y ver qué suelen hacer muchos de los clientes antes de salir del mismo.
Tras pagar, aquellos a los que se les da el ticket impreso acaban tirándolo a la primera papelera que se encuentran en el camino. El objetivo puede ser el de no llenar su casa de papeles.
Pero muchos de estos clientes no piensan en que prestar atención en lo que le han cobrado puede resultar más importante de lo que creían. Según el medio portugués RFM, ese simple gesto puede salvarnos de un amargo problema.
Gracias a revisar el ticket, se puede comprobar si ha habido algún cobro doble o algún error entre el precio fijado en la estantería y el que ha terminado pagando. En ocasiones, algunas promociones que ya habían terminado seguían puestas junto a los productos, por despiste o mala suerte. En ese caso, si no se indica una fecha límite o lo contrario, puede ser motivo para mantenerle ese precio especial.
Aunque parezca una tontería, varios productos mal cobrados en cada compra, al final de año pueden suponer una importante suma de dinero. Algo que parece baladí, pero no lo es ni mucho menos.
La cosa no queda ahí, ya que en el caso de tener que devolver un producto porque estaba en mal estado hace falta contar con el ticket. Muchas veces, el alimento acaba siguiendo el mismo camino que el recibo y termina en la basura. O lo que es lo mismo, sería tirar el dinero.
Otros motivos por los que es importante guardar el ticket son las posibles promociones futuras, en forma de cupón, que pueden suponer un gran ahorro o para mantener la garantía legal en caso de avería de productos, como los tecnológicos o electrodomésticos.
