El callo solar o la tendencia sinsentido sobre la que alertan los médicos

El callo solar o la tendencia sinsentido  sobre la que alertan los médicos

Los dermatólogos advierten de su peligrosidad: aumenta el riesgo de cáncer de piel y de fotoenvejecimiento.

Exponerse al sol sin protección solar produce un gran daño para nuestras células y aumenta el riesgo de cáncer cutáneo.
Exponerse al sol sin protección solar produce un gran daño para nuestras células y aumenta el riesgo de cáncer cutáneo.Getty Images

Decenas y decenas de vídeos recorren TikTok recomendando la exposición progresiva al sol, sin protección solar, hasta conseguir que la piel haga 'una especie de callo', se vuelva resistente al sol y de esta manera poder lucir un bronceado más potente sin riesgos.

La práctica se ha viralizado en redes en pocas semanas y los especialistas no han tardado en alarmar sobre ello, alertando de lo peligroso que puede llegar a ser esta práctica para la salud de nuestra piel.  

“Cuando nos exponemos a la radiación ultravioleta se producen una serie de respuestas en nuestra piel: inflamación, engrosamiento de la piel —en este sentido la palabra “callo” no va nada desencaminada— y se produce más melanina, lo que hace que nos pongamos morenos. Cuando hay más melanina en nuestra piel, esta nos aporta cierta protección a las células, pero para que se produzca el aumento de melanina nos hemos tenido que exponer a la radiación UVB, que es la más dañina para ellas, y esta radiación necesariamente les habrá producido un daño. Es decir, que buscar activamente el “callo solar” irá asociado a un gran daño para nuestras células, y eso, a largo plazo, se manifestará en forma de fotoenvejecimiento y de un aumento de riesgo de cáncer cutáneo”, explica Inés Escandell, dermatóloga del GEDET (Grupo de Dermatología Estética y Terapéutica) de la Academia Española de Dermatología y Venereología.

Los seguidores de esta nociva recomendación comparan nuestra piel con la de los animales, que se exponen continuamente al sol sin protección y no les pasa nada. Una argumentación explicada desde la ignorancia porque, como afirma la doctora Escandell:  "La piel de la mayoría de los animales tiene unas características distintas a las nuestras y muchos están cubiertos por pelo que les protege enormemente de la radiación, especialmente aquellos que de manera natural están adaptados a vivir en zonas de mayor insolación". 

Tampoco se sostiene la tesis de que es lo que se ha hecho siempre porque hay que "tener en cuenta un cambio fundamental que ha sufrido el género humano en las últimas décadas: la supervivencia ha aumentado enormemente. Vivimos más y queremos vivir mejor, y exponernos al sol sin protección a ciertas horas, especialmente si tenemos un fototipo claro, aumentará el riesgo de cáncer de piel a medio y largo plazo", rebate la especialista.

Una correcta exposición al sol

Según la dermatóloga, la regla común para tomar el sol, es exponerse en las horas en las que la intensidad de UVB y UVA es menor, es decir, a las primeras horas de la mañana y las últimas de la tarde. Si no hay más remedio que hacerlo en las horas de mayor intensidad hay que utilizar fotoprotección con un factor 50+, que reaplicaremos cada dos horas, y utilizar gorros, gafas y camisetas.

"El uso de ciertos antioxidantes en comprimidos o cápsulas se ha relacionado con un menor daño tras la exposición a la radiación, por lo que en muchos casos podría ser una estrategia interesante, pero que además debe ir acompañada de una dieta rica en antioxidantes procedentes de los alimentos —verduras, frutas, legumbres, cereales integrales…—, y por supuesto, del fotoprotector SPF 50+”, concluye la la doctora Escandell.

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Soy responsable de LIFE, esa sección en la que nos empeñamos en mostrar la cara amable de la actualidad, el lado hedonista de la vida, aunque no nos tapamos los ojos ante otras realidades.

 

Sobre qué temas escribo

Como responsable de la sección trabajo mano a mano y coordino a redactores que saben mucho de música, moda, tendencias de consumo, cine, crónica social...


A mí me gusta escribir sobre salud, consumo, medioambiente y bienestar. Pero sobre todo, me gusta entrevistar a referentes culturales y sociales. Escritores, científicos, actores, periodistas... que tienen cosas que contar y mucho que aportar. O a lo mejor, no tienen nada que contar y poco que aportar, pero eso también es interesante.

 

Mi trayectoria

Soy periodista por vocación y devoción. Quise ser Julia Otero y hasta hubo un tiempo en el que aparecí en una lista de mujeres periodistas jóvenes más influyentes.

 

He hecho radio -en la desaparecida Radio España porque soy generación X- y dirigí la revista Turismo Rural, en la editorial América Ibérica. Después fui redactora de Lifestyle en la Revista de Ana Rosa, redactora jefa de la revista Love y, además, he colaborado con muchos medios, entre ellos SModa y la revista decana de medioambiente Quercus.

 

Además, he presentado galas y libros, y he moderado mesas redondas.
Hace diez años que trabajo en El HuffPost donde entré para editar contenidos branded -y lo sigo haciendo-.

 


 

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