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La parte de tu cuerpo considerada una 'selva tropical' donde se refugian 2.300 tipos de bacterias

La parte de tu cuerpo considerada una 'selva tropical' donde se refugian 2.300 tipos de bacterias

Lo comparan con los ecosistemas más complejos del planeta.

La parte de tu cuerpo considerada una 'selva tropical' donde se refugian 2.300 tipos de bacterias

Lo comparan con los ecosistemas más complejos del planeta.

La parte de tu cuerpo considerada una 'selva tropical' donde se refugian 2.300 tipos de bacterias

Lo comparan con los ecosistemas más complejos del planeta.

La parte de tu cuerpo considerada una 'selva tropical' donde se refugian 2.300 tipos de bacterias

Lo comparan con los ecosistemas más complejos del planeta.

La parte de tu cuerpo considerada una 'selva tropical' donde se refugian 2.300 tipos de bacterias

Lo comparan con los ecosistemas más complejos del planeta.

Vientre de una mujer, recortado.Getty Images/PhotoAlto

No hace falta adentrarse en el Amazonas para explorar un ecosistema exuberante y lleno de vida desconocida. Basta con levantar la camiseta y observar uno de los rincones más olvidados del cuerpo humano. 

Se trata del ombligo, la parte del cuerpo que según recientes investigaciones, alberga una biodiversidad microbiana comparable a la de los ecosistemas más complejos del planeta. 

Esta pequeña cavidad, marca de nuestro nacimiento, se ha revelado como un auténtico refugio microbiano, albergando más de 2.300 especies distintas de bacterias, según un estudio publicado en la revista Plos One.

Un proyecto pionero

El hallazgo proviene del proyecto Belly Button Biodiversity (BBB), que significa "la biodiversidad del ombligo". Ha sido liderado por el biólogo Rob Dunn y desarrollado por la Universidad Estatal de Carolina del Norte junto con otras seis instituciones científicas de EE.UU. 

En el estudio se analizaron 60 muestras de ombligos humanos, y los resultados fueron muy sorprendentes, ya que cada muestra contenía una media de 50 especies distintas, y en conjunto, se identificaron miles de tipos de bacterias.

Una selva tropical en miniatura

Para los investigadores, la biodiversidad detectada en los ombligos guarda una notable similitud con la de una selva tropical. "Los ombligos me recordaban a un bosque tropical", señaló Dunn, aludiendo a la hipótesis oligárquica de la ecología. Esta teoría sugiere que, aunque existe una gran variedad de especies, hay unas pocas, llamadas oligarcas, que son más frecuentes y dominantes.

En este caso, solo ocho bacterias se encontraron en más del 70 % de las muestras. Estas especies comunes se replican en la mayoría de las personas, mientras que otras cientos aparecen de forma aislada, lo que hace de cada ombligo un ecosistema único.

Una biodiversidad que no debe alarmarnos

Entre los hallazgos más sorprendentes del estudio destaca la presencia de arqueas, un tipo de microorganismo que normalmente habita en ambientes extremos, como volcánicos o aguas ácidas. Fue la primera vez que estas formas de vida se encontraron en la piel humana, y curiosamente, dos de estas arqueas se localizaron en el ombligo de un voluntario que confesó no haberse bañado "en bastantes años".

Aunque el concepto de tener una jungla microbiana bajo el ombligo pueda parecer inquietante, los científicos insisten en que la mayoría de estos microorganismos no son peligrosos. De hecho, muchos cumplen funciones beneficiosas, como proteger la piel o reforzar el sistema inmunológico. El proyecto BBB busca precisamente destacar la riqueza natural que tiene cada cuerpo.

No hace falta adentrarse en el Amazonas para explorar un ecosistema exuberante y lleno de vida desconocida. Basta con levantar la camiseta y observar uno de los rincones más olvidados del cuerpo humano. 

Se trata del ombligo, la parte del cuerpo que según recientes investigaciones, alberga una biodiversidad microbiana comparable a la de los ecosistemas más complejos del planeta. 

Esta pequeña cavidad, marca de nuestro nacimiento, se ha revelado como un auténtico refugio microbiano, albergando más de 2.300 especies distintas de bacterias, según un estudio publicado en la revista Plos One.

Un proyecto pionero

El hallazgo proviene del proyecto Belly Button Biodiversity (BBB), que significa "la biodiversidad del ombligo". Ha sido liderado por el biólogo Rob Dunn y desarrollado por la Universidad Estatal de Carolina del Norte junto con otras seis instituciones científicas de EE.UU. 

En el estudio se analizaron 60 muestras de ombligos humanos, y los resultados fueron muy sorprendentes, ya que cada muestra contenía una media de 50 especies distintas, y en conjunto, se identificaron miles de tipos de bacterias.

Una selva tropical en miniatura

Para los investigadores, la biodiversidad detectada en los ombligos guarda una notable similitud con la de una selva tropical. "Los ombligos me recordaban a un bosque tropical", señaló Dunn, aludiendo a la hipótesis oligárquica de la ecología. Esta teoría sugiere que, aunque existe una gran variedad de especies, hay unas pocas, llamadas oligarcas, que son más frecuentes y dominantes.

En este caso, solo ocho bacterias se encontraron en más del 70 % de las muestras. Estas especies comunes se replican en la mayoría de las personas, mientras que otras cientos aparecen de forma aislada, lo que hace de cada ombligo un ecosistema único.

Una biodiversidad que no debe alarmarnos

Entre los hallazgos más sorprendentes del estudio destaca la presencia de arqueas, un tipo de microorganismo que normalmente habita en ambientes extremos, como volcánicos o aguas ácidas. Fue la primera vez que estas formas de vida se encontraron en la piel humana, y curiosamente, dos de estas arqueas se localizaron en el ombligo de un voluntario que confesó no haberse bañado "en bastantes años".

Aunque el concepto de tener una jungla microbiana bajo el ombligo pueda parecer inquietante, los científicos insisten en que la mayoría de estos microorganismos no son peligrosos. De hecho, muchos cumplen funciones beneficiosas, como proteger la piel o reforzar el sistema inmunológico. El proyecto BBB busca precisamente destacar la riqueza natural que tiene cada cuerpo.

No hace falta adentrarse en el Amazonas para explorar un ecosistema exuberante y lleno de vida desconocida. Basta con levantar la camiseta y observar uno de los rincones más olvidados del cuerpo humano. 

Se trata del ombligo, la parte del cuerpo que según recientes investigaciones, alberga una biodiversidad microbiana comparable a la de los ecosistemas más complejos del planeta. 

Esta pequeña cavidad, marca de nuestro nacimiento, se ha revelado como un auténtico refugio microbiano, albergando más de 2.300 especies distintas de bacterias, según un estudio publicado en la revista Plos One.

Un proyecto pionero

El hallazgo proviene del proyecto Belly Button Biodiversity (BBB), que significa "la biodiversidad del ombligo". Ha sido liderado por el biólogo Rob Dunn y desarrollado por la Universidad Estatal de Carolina del Norte junto con otras seis instituciones científicas de EE.UU. 

En el estudio se analizaron 60 muestras de ombligos humanos, y los resultados fueron muy sorprendentes, ya que cada muestra contenía una media de 50 especies distintas, y en conjunto, se identificaron miles de tipos de bacterias.

Una selva tropical en miniatura

Para los investigadores, la biodiversidad detectada en los ombligos guarda una notable similitud con la de una selva tropical. "Los ombligos me recordaban a un bosque tropical", señaló Dunn, aludiendo a la hipótesis oligárquica de la ecología. Esta teoría sugiere que, aunque existe una gran variedad de especies, hay unas pocas, llamadas oligarcas, que son más frecuentes y dominantes.

En este caso, solo ocho bacterias se encontraron en más del 70 % de las muestras. Estas especies comunes se replican en la mayoría de las personas, mientras que otras cientos aparecen de forma aislada, lo que hace de cada ombligo un ecosistema único.

Una biodiversidad que no debe alarmarnos

Entre los hallazgos más sorprendentes del estudio destaca la presencia de arqueas, un tipo de microorganismo que normalmente habita en ambientes extremos, como volcánicos o aguas ácidas. Fue la primera vez que estas formas de vida se encontraron en la piel humana, y curiosamente, dos de estas arqueas se localizaron en el ombligo de un voluntario que confesó no haberse bañado "en bastantes años".

Aunque el concepto de tener una jungla microbiana bajo el ombligo pueda parecer inquietante, los científicos insisten en que la mayoría de estos microorganismos no son peligrosos. De hecho, muchos cumplen funciones beneficiosas, como proteger la piel o reforzar el sistema inmunológico. El proyecto BBB busca precisamente destacar la riqueza natural que tiene cada cuerpo.

No hace falta adentrarse en el Amazonas para explorar un ecosistema exuberante y lleno de vida desconocida. Basta con levantar la camiseta y observar uno de los rincones más olvidados del cuerpo humano. 

Se trata del ombligo, la parte del cuerpo que según recientes investigaciones, alberga una biodiversidad microbiana comparable a la de los ecosistemas más complejos del planeta. 

Esta pequeña cavidad, marca de nuestro nacimiento, se ha revelado como un auténtico refugio microbiano, albergando más de 2.300 especies distintas de bacterias, según un estudio publicado en la revista Plos One.

Un proyecto pionero

El hallazgo proviene del proyecto Belly Button Biodiversity (BBB), que significa "la biodiversidad del ombligo". Ha sido liderado por el biólogo Rob Dunn y desarrollado por la Universidad Estatal de Carolina del Norte junto con otras seis instituciones científicas de EE.UU. 

En el estudio se analizaron 60 muestras de ombligos humanos, y los resultados fueron muy sorprendentes, ya que cada muestra contenía una media de 50 especies distintas, y en conjunto, se identificaron miles de tipos de bacterias.

Una selva tropical en miniatura

Para los investigadores, la biodiversidad detectada en los ombligos guarda una notable similitud con la de una selva tropical. "Los ombligos me recordaban a un bosque tropical", señaló Dunn, aludiendo a la hipótesis oligárquica de la ecología. Esta teoría sugiere que, aunque existe una gran variedad de especies, hay unas pocas, llamadas oligarcas, que son más frecuentes y dominantes.

En este caso, solo ocho bacterias se encontraron en más del 70 % de las muestras. Estas especies comunes se replican en la mayoría de las personas, mientras que otras cientos aparecen de forma aislada, lo que hace de cada ombligo un ecosistema único.

Una biodiversidad que no debe alarmarnos

Entre los hallazgos más sorprendentes del estudio destaca la presencia de arqueas, un tipo de microorganismo que normalmente habita en ambientes extremos, como volcánicos o aguas ácidas. Fue la primera vez que estas formas de vida se encontraron en la piel humana, y curiosamente, dos de estas arqueas se localizaron en el ombligo de un voluntario que confesó no haberse bañado "en bastantes años".

Aunque el concepto de tener una jungla microbiana bajo el ombligo pueda parecer inquietante, los científicos insisten en que la mayoría de estos microorganismos no son peligrosos. De hecho, muchos cumplen funciones beneficiosas, como proteger la piel o reforzar el sistema inmunológico. El proyecto BBB busca precisamente destacar la riqueza natural que tiene cada cuerpo.

No hace falta adentrarse en el Amazonas para explorar un ecosistema exuberante y lleno de vida desconocida. Basta con levantar la camiseta y observar uno de los rincones más olvidados del cuerpo humano. 

Se trata del ombligo, la parte del cuerpo que según recientes investigaciones, alberga una biodiversidad microbiana comparable a la de los ecosistemas más complejos del planeta. 

Esta pequeña cavidad, marca de nuestro nacimiento, se ha revelado como un auténtico refugio microbiano, albergando más de 2.300 especies distintas de bacterias, según un estudio publicado en la revista Plos One.

Un proyecto pionero

El hallazgo proviene del proyecto Belly Button Biodiversity (BBB), que significa "la biodiversidad del ombligo". Ha sido liderado por el biólogo Rob Dunn y desarrollado por la Universidad Estatal de Carolina del Norte junto con otras seis instituciones científicas de EE.UU. 

En el estudio se analizaron 60 muestras de ombligos humanos, y los resultados fueron muy sorprendentes, ya que cada muestra contenía una media de 50 especies distintas, y en conjunto, se identificaron miles de tipos de bacterias.

Una selva tropical en miniatura

Para los investigadores, la biodiversidad detectada en los ombligos guarda una notable similitud con la de una selva tropical. "Los ombligos me recordaban a un bosque tropical", señaló Dunn, aludiendo a la hipótesis oligárquica de la ecología. Esta teoría sugiere que, aunque existe una gran variedad de especies, hay unas pocas, llamadas oligarcas, que son más frecuentes y dominantes.

En este caso, solo ocho bacterias se encontraron en más del 70 % de las muestras. Estas especies comunes se replican en la mayoría de las personas, mientras que otras cientos aparecen de forma aislada, lo que hace de cada ombligo un ecosistema único.

Una biodiversidad que no debe alarmarnos

Entre los hallazgos más sorprendentes del estudio destaca la presencia de arqueas, un tipo de microorganismo que normalmente habita en ambientes extremos, como volcánicos o aguas ácidas. Fue la primera vez que estas formas de vida se encontraron en la piel humana, y curiosamente, dos de estas arqueas se localizaron en el ombligo de un voluntario que confesó no haberse bañado "en bastantes años".

Aunque el concepto de tener una jungla microbiana bajo el ombligo pueda parecer inquietante, los científicos insisten en que la mayoría de estos microorganismos no son peligrosos. De hecho, muchos cumplen funciones beneficiosas, como proteger la piel o reforzar el sistema inmunológico. El proyecto BBB busca precisamente destacar la riqueza natural que tiene cada cuerpo.

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Soy redactora en El HuffPost España, donde te cuento las historias más curiosas y te intento ayudar a encontrar esos detalles que marcan la diferencia en la vida cotidiana.

 

Sobre qué temas escribo

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Te ayudo a no caer en estafas, te doy consejos de salud y cuidado personal, además de recomendaciones de destinos para tu próximo viaje.


Mis artículos son un surtido de historias curiosas, viajes, cultura, estilo de vida, naturaleza, ¡y mucho más! Mi objetivo es despertar tu curiosidad y acompañarte con lecturas útiles y entretenidas.

  

Mi trayectoria

Soy madrileña, pero con raíces en Castilla-La Mancha. Estudié Periodismo en la Universidad Ceu San Pablo, aunque siempre digo que mi verdadera escuela ha sido El HuffPost, el lugar donde escribí mis primeras líneas como periodista. Empecé como becaria y ahora colaboro en este medio que me ha visto crecer.


Mi pasión por el periodismo nació en la infancia, cuando dibujaba las portadas de los medios deportivos y soñaba con convertirme en una de aquellas reporteras que veía en la televisión.

 


 

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