Por favor, habilita JavaScript para ver los comentarios de Disqus.
La psicología revela lo que significa caminar con la mirada fija en el suelo

La psicología revela lo que significa caminar con la mirada fija en el suelo

Los expertos en psicología sugieren prestar atención a estas señales, ya que lo que se dice puede ser manipulado por la mente, pero no tanto las señales del cuerpo.

Una mujer camina por la calle seria y mirando hacia el suelo.Getty Images

Hay mucha gente que anda habitualmente con la cabeza agachada, mirando hacia el suelo y , por lo tanto, sin interactuar con su entorno inmediato. Esta actitud se puede deber a una serie de razones, entre las cuales está que tienen muchas probabilidades de sufrir falta de confianza en sí mismas, baja autoestima y quizás algunas inseguridades. Los que evitan el contacto visual a toda costa pueden sentirse excesivamente vulnerables y no están dispuestos a afrontarlo, aseguran los expertos. Esta actitud no es más que  un mecanismo de defensa para protegerse, según la publicación cfeelings.

Puede que se sientan juzgados lo que llevara estas personas a querer esconderse y a temer el contacto visual, pues se sentirían expuestas (al menos eso es lo que piensan). A veces, esta forma de caminar se relaciona con estados depresivos y pensamientos negativos de profunda tristeza, lo que provoca que quienes la padecen se aíslen del entorno .

Otra posible razón, según la psicología, es la timidez, que forma parte de la personalidad del individuo. La ansiedad social que provoca tener que enfrentarse a alguien cara a cara hace que, inconscientemente, bajen la mirada. Por supuesto, el contexto cultural también desempeña un papel importante. En el caso de los japoneses, por ejemplo, bajar la mirada es una forma de mostrar respeto, y levantarla para mirar directamente a los ojos de la otra persona podría interpretarse como un desafío de mal gusto.

Y es que el lenguaje no verbal revela mucho sobre una persona, y caminar con la cabeza bajada puede estar relacionado, en efecto, con la autoestima. El lenguaje no verbal se compone de todos aquellos gestos que no expresan palabras durante una conversación, pero que, sin embargo, nos brindan mucha información sobre el estado emocional de nuestro interlocutor, su personalidad y posibles carencias en sus habilidades sociales.

Y, aunque la baja autoestima es la explicación más general, hay otras interpretaciones posibles de este comportamiento. La postura corporal y las expresiones faciales que adoptamos en determinadas situaciones son herramientas de comunicación perfectamente válidas en las relaciones sociales, que complementan el lenguaje verbal. La definición oficial de comunicación no verbal abarca todos estos comportamientos y señales corporales, que incluso pueden contradecir inconscientemente lo que expresamos con palabras.

Por lo tanto, en una interacción entre seres humanos, la conversación hablada es muy importante, pero también puede proporcionarnos más detalles sobre cómo se mueve la otra persona, cómo coloca sus manos, cómo nos mira o cómo se acaricia el pelo , por citar solo algunos ejemplos de comunicación no verbal inconsciente.

Los expertos en psicología sugieren prestar atención a estas señales, ya que las palabras pueden ser manipuladas por la mente, es decir, se puede forzar lo que se dice e intentar que suene creíble si te concentras. Sin embargo, lograr que mi cuerpo participe en la actuación "forzada" que he planeado es mucho más difícil. Y es ahí donde podemos obtener mucha información sobre el momento preciso, el estado emocional de nuestro interlocutor, pero también sobre su personalidad, miedos, complejos o necesidades emocionales.

MOSTRAR BIOGRAFíA

Soy redactora en HuffPost España, donde escribo de temas sociales y estilo de vida.

 

Sobre qué temas escribo

Hablo cada semana sobre varios temas en los que nos aporta una nutricionista sus consejos para llevar una vida saludable, sigo los temas de okupaciones en todo el mundo e intento reflejar cómo los problemas y las buenas noticias nos afectan ya de forma global con ejemplos de casos de particulares y poniendo el foco en especial en estudios científicos que demuestren todos los avances que estamos viviendo.

 

Mi trayectoria

Estudié Periodismo en la Universidad Complutense e hice el Máster de Periodismo de la UAM/ELPAÍS, así como el de desarrollo de directivos de PRISA y el IESE. He sido jefa de diversas secciones en EL PAÍS, después, directora de comunicación en diversos organismos, pero, sobre todo, lo que me gusta es escribir. Por eso estoy aquí, para contar historias y buscar temas exclusivos para los lectores. Antes de todo esto, mi especialidad fue durante años la educación. Soy madrileña, de padre catalán y abuelos vascos y de las dos castillas, por lo que me siento de toda España y no entiendo tanta confrontación. Y, sobre todo, me considero muy europea. He recibido el Premio de Periodismo de la Fundación Conocimiento y Desarrollo, así como el Premio de Periodismo Educativo Esteban Barcia. He escrito un par de libros sobre El papel de los padres en el éxito escolar de los hijos.

 


 

Cómo contactar conmigo: