Qué son las terapias CAR-T y por qué pueden ser un gran avance contra el cáncer

Qué son las terapias CAR-T y por qué pueden ser un gran avance contra el cáncer

Este tipo de tratamiento continúa en fase de desarrollo y ha supuesto un cambio de paradigma a la hora de tratar la enfermedad. 

Médicos observando una resonancia.Getty Images

Una de las grandes lecciones aprendidas tras la pandemia fue que invertir en investigación es fundamental para salvar vidas. Este aprendizaje no tiene que ver únicamente con el coronavirus o con las enfermedades respiratorias, sino con cualquier patología. El cáncer, una enfermedad con la que se diagnostica a 280.00 personas al año en España, también necesita recursos para seguir mejorando la esperanza de vida de los pacientes.

La inmunoterapia es una de esas nuevas herramientas que pueden suponer un antes y un después a la hora de tratar la enfermedad. En concreto, las terapias CAR-T han avanzado rápidamente desde 2010 y a día de hoy se están posicionando con una gran alternativa para tratar linfomas o leucemias con menos efectos secundarios que los tratamientos tradicionales, aunque su complejidad y su coste hace difícil la implantación de estas terapias en la Sanidad Pública.

“Uno de los grandes problemas a la hora de atacar los tumores es que algunos consiguen evitar la respuesta del sistema inmunitario y de esta forma el tumor crece a sus anchas. El sistema inmunitario tiene la capacidad de detectar y destruir cualquier célula anormal, pero algunas lo eluden y van reproduciéndose o expandiéndose. Entonces, para reconducir estas situaciones sirve la inmunoterapia contra el cáncer, y uno de los enfoques de la inmunoterapia es este, las terapias CAR-T", explica el Dr. Jesús Sánchez, responsable de proyectos de CRIS contra el cáncer.

Para el doctor, lo “especial” de estas terapias es que pueden reforzar este sistema inmunitario. “Se extraen células del sistema inmunitario, normalmente linfocitos T —de ahí el nombre—, se cogen, se multiplican y se modifican genéticamente. Se les introduce una especie de radar que reconoce los elementos del tumor y cuando vuelves a introducir esas células, por vía intravenosa, son más eficaces a la hora de encontrar esas células tumorales y destruirlas”, explica Sánchez.

  Así actúa un linfocito genéticamente modificado.Universal Images Group via Getty

Por qué puede ser un gran avance para tratar la enfermedad

“Si esto funciona como tiene que funcionar, los efectos secundarios son muy bajos porque no estás introduciendo fármacos como en la quimioterapia o en la radioterapia”, cuenta Salvador Macip, doctor y Catedrático de los Estudios de Ciencias de la Salud de la UOC, que destaca que “la efectividad es muy alta”.

Estas terapias, que todavía están en fase de desarrollo, “servirían para cualquier tipo de cáncer” en un futuro según Macip, aunque las investigaciones todavía están en las primeras fases para intentar saber en qué tumores está teniendo mejor resultado.

“Para los cánceres hematológicos va a ser un tratamiento clave en los próximos años”, defiende rotundo Joaquín Martínez, jefe de servicio de Hematología del Hospital 12 de octubre de Madrid, uno de los pocos centros de España donde trabajan con Terapias CAR-T. El doctor también señala que a medida que se utilizar para trazar a algunos pacientes, se están introduciendo grandes mejoras en el proceso. “En tumores sólidos está siendo más difícil porque los linfocitos T tienen dificultad para entrar en el tumor porque hay mucha inhibición, pero se está trabajando arduamente”, cuenta el médico.

“Para los cánceres hematológicos va a ser un tratamiento clave en los próximos años”
Joaquín Martínez, jefe de servicio de Hematología del Hospital 12 de octubre de Madrid,

Entre los problemas que están presentando estas terapias están “las reacciones inesperadas del sistema inmune” que, cuenta Salvador Macip, se están estudiando porque se trata de un proceso complejo. “No es dar una pastilla”, insiste el médico. “Todavía no somos capaces de trabajar algunas recaídas, estamos estudiando por qué pasa esto y mejorando a gran velocidad”, explica Jesús Sánchez, que recuerda que para resolver todas estas cuestiones es necesario invertir. “Las terapias CAR-T han supuesto un cambio de paradigma y han abierto tantas puertas que hay que desarrollarlas, hacen falta recursos”, insiste.

“Las terapias CAR-T han supuesto un cambio de paradigma y han abierto tantas puertas que hay que desarrollarlas, hacen falta recursos"
Jesús Sánchez, médico y responsable de proyectos de CRIS contra el cáncer

La complejidad para implantarlas en la Sanidad Pública

Pese a las buenas perspectivas de este tratamiento, implantarlo en el Sistema Nacional de Salud es lento y difícil por su complejidad y coste. “El tratamiento por cada enfermo vale entre 300.000 y 400.000 euros y claro, los tumores hematológicos son relativamente frecuentes, pero claro, en tumores sólidos ahora mismo ese coste es inasumible”, revela Joaquín Martínez, que cuenta que ahora mismo las terapias CAR-T están disponibles en hospitales como el 12 de octubre o el Clínic de Barcelona. Jesús Sánchez también cuenta que en el Hospital de la Paz se están empezando a utilizar en tumores infantiles.

Ambos expertos explican que se está estudiando cómo abaratar los costes para que el tratamiento pueda ser algo más accesible. "Aunque se pueda abaratar siempre va a haber un coste mínimo que es muy caro, por eso se está empezando a trabajar con células de donante para ahorrarse el paso de extraerlas. Si funciona bien, funciona muy bien”, cuenta Salvador Macip.

"Aunque se pueda abaratar siempre va a haber un coste mínimo que es muy caro, por eso se está empezando a trabajar con células de donante para ahorrarse el paso de extraerlas"
Salvador Macip, doctor y Catedrático de los Estudios de Ciencias de la Salud de la UOC 

“Cuando hay que introducir de nuevo la célula, esta tiene que estar completamente estéril, casi sin manipulación humana. Hace falta una sala especial conocida como ‘sala blanca’ y unos aparatos extraordinariamente caros para hacer la manipulación genética. Es importante que esto se vaya desarrollando en los hospitales públicos porque no solo es más cómodo para los investigadores y los pacientes, sino que, aunque siga siendo muy caro, es más barato que depender de una farmacéutica”, defiende Sánchez. 

El médico explica que a día de hoy se está intentando derivar a las personas que necesitan este tratamiento a los hospitales donde se realiza y tiene claro el objetivo para el futuro: “Que llegue a todos los pacientes”.