Una higienista dental pide evitar este tipo de pasta de dientes por la presencia de sustancias "abrasivas"
Las fórmulas más eficaces para mantener los dientes blancos no siempre están en los productos de supermercado, según los expertos.

Te cepillas cada día, evitas el café, usas esas pastas “blanqueadoras” que prometen sonrisas de anuncio… pero tus dientes siguen apagados. Lo que quizá no sabías es que algunos de estos dentífricos, sobre todo los que se venden en supermercados, podrían estar haciendo más daño que bien. ¿La razón? Contienen ingredientes abrasivos que, lejos de blanquear de verdad, desgastan el esmalte dental y solo eliminan manchas superficiales.
Así lo advierte Melina Liimatta, higienista dental en la clínica Oral Hammaslääkärit Oy, en declaraciones a la web finlandesa Yhteishyvä. Según explica, muchas de las pastas que prometen dientes más blancos se limitan a “rascar” la superficie del diente para dar una sensación momentánea de limpieza. Pero este efecto dura poco y puede tener un coste elevado para la salud bucodental. "Las pastas blanqueadoras de supermercado no son tan eficaces como parece, y algunas contienen agentes que pueden resultar agresivos para el esmalte”, aclara.
El uso frecuente de estos productos puede derivar en sensibilidad dental o incluso en un deterioro prematuro de la capa externa del diente, esa que actúa como barrera natural frente a caries y otros problemas.
Qué funciona y qué no para blanquear una sonrisa
Liimatta lo tiene claro: si se quiere mejorar el tono de los dientes, lo ideal es consultar primero a un profesional. La opción más eficaz suele ser el blanqueamiento con láser en clínica, un procedimiento que se adapta a cada persona y cuyos efectos se pueden mantener con sesiones anuales o con tiras blanqueadoras para usar en casa. Estas últimas, vendidas en farmacias, contienen peróxido de carbamida, un agente más suave que no daña el esmalte.
Pero no todo depende del tratamiento. El mantenimiento en casa marca la diferencia. La higiene diaria con cepillo eléctrico, la limpieza de los espacios entre dientes y evitar ciertos alimentos son claves para que el efecto dure. Café, vino tinto, refrescos de cola o el chocolate negro están en la lista negra, sobre todo justo después del blanqueamiento. Si no puedes resistirte, al menos haz algo muy sencillo: enjuágate la boca con agua después. “Es una solución rápida y muy efectiva”, apunta Liimatta.
Y no, no basta con usar hilo dental de vez en cuando. “La limpieza interdental es como el gimnasio: si vas una vez al mes, no esperes resultados”, señala. También hay que tener ojo con los remedios caseros o los productos milagro que circulan por internet. “Si se daña el esmalte, no hay vuelta atrás”, recuerda.
En resumen: no todo lo que promete blanquear es bueno para tu sonrisa. A veces, lo barato sale caro… y más si hablamos de dientes.