Una nueva droga se aprovecha del COVID y trae de cabeza en España: esta es la fórmula del abismo del karkubi

Hace exactamente cinco años, el mundo llevaba un mes paralizado casi en su totalidad. La llegada irrefrenable de la pandemia de Covid-19 a todos los rincones del mundo obligó a los gobiernos de todo el mundo a confinar a toda su población y así evitar una expansión mucho mayor del virus que se saldó con cientos de miles de muertos en todo el planeta.

Sin embargo, entre bambalinas, se estaba gestando un problema -no tan grave- pero que iba a comenzar a 'enseñar la patita' durante los meses -en algunos casos, años- de pandemia. Hablamos de una droga desconocida por la población media, pero que lo era mucho más hace un lustro. Se trata del karkubi.

Este nombre, propio de una receta japonesa, se ha convertido en una de las drogas de moda. Precisamente por el Covid, pero...¿cómo? Pues bien, como todos recordamos, durante la pandemia el mundo se paró durante meses, en algunos lugares más y en otros menos, pero en definitiva, toda la actividad comercial se paró súbitamente. Pero una no: el narcotráfico.

Y es que, el narcotráfico siempre está aunque no se vea. Sin embargo, durante el Covid-19, sí que se paró. Al menos a gran escala. Los narcos no podían llevar la droga de un lugar a otro dadas las restricciones y la población consumidora tampoco encontraba un fácil acceso a ella. Pero hubo una que se hizo grande: el karkubi.

Se trata de una mezcla entre de hachís con psicofármacos como el diazepam, lorazepam, clonazepam o fenobarbital, cuyo principal objetivo es el de calmar dolores o sedar a pacientes en los centros hospitalarios. 

Pero en esta ocasión sirvió para conseguir la 'droga de los pobres'. Algo así como ocurre en EEUU con el fentanilo o en Sudamérica con el 'Paco' (base de la cocaína), el karkubi logró hacerse un hueco en lugares recónditos de Marruecos. Hasta que poco a poco se ha ido expandiendo y ya es un problema preocupante en España.

Las Fuerzas del Estado la tiene ya en su punto de mira y los centros hospitalarios y su personal comienza a denunciar los efectos que está provocando en el sur de España (Gibraltar o Cádiz), donde parece haberse instalado de forma definitiva.

Y el problema está fundamentalmente en sus efectos, ya que al incluir este tipo de fármacos y mezclarlos con hachís, las consecuencias pueden ser de lo más dispares, pero siempre muy negativas: disociación, agresividad desmedida, alteraciones de la conducta o incluso efectos alucinógenos.

Según explican en el medio Europa Sur, su distribución es posible gracias a una red perfectmaente diseñada, en la que cada persona o grupo de personas tiene una función: desde conseguir recetas médicas para adquirir los medicamente, pasando por los responsables de cortar la droga, y llegando hasta los encargados de distribuirla. Todo ello de una forma sutil y que con el paso del tiempo se ha extendido de forma preocupante en España.

Según relatan en el medio citado, el principal medicamento es "el Rivotril, nombre comercial del clonazepam", utilizado para tratar trastornos neurológicos o de ansiedad, entre otros. Así, el pasado 9 de abril, varios agentes de la Guardia Civil de Tarifa detuvieron a cuatro personas en Algeciras que trabajaban para esta red criminal y que habían conseguido un total de 1.600 cajas de Rivotril durante 2025.

Por todo esto, se trata de una 'nueva' droga que comienza a preocupar de forma alarmante a las autoridades, que tratan de poner coto a estas prácticas, tan peligrosas y que ponen en riesgo la vida de millones de personas.

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