Un jardinero señala cómo acaba de un plumazo con la enfermedad que afecta a los tomates
Se manifiesta con unas manchas negras en las hortalizas.

El verano es sinónimo de comidas frescas y, entre ellas, uno de los alimentos protagonista es el tomate. El gazpacho o un rico salmorejo llena las mesas de muchas casas, restaurantes y chiringuitos por su ligereza a la par que su alto poder nutritivo.
Para que estas delicias lleguen de las huertas a las mesas, los jardineros realizan un arduo trabajo para que crezcan hermosos y sanos. Y es que en muchas ocasiones se tienen que enfrentar a contratiempos como las fuertes tormentas o a enfermedades como la podredumbre apical.
Las matas de tomate son propensas a desarrollar la podredumbre apical, una enfermedad que provoca su pudrición. Ante ello, un jardinero experimentado en cultivo de hortalizas explica que la principal causa de la podredumbre apical es la falta de calcio en el tomate, dado que varias variedades son especialmente propensas, por su predisposición genética, a tener esta deficiencia. El resultado visible son unas manchas negras en dicha hortaliza, que crecen a gran velocidad.
Soluciones para esta enfermedad en los tomates
De acuerdo al jardinero, las dos formas efectivas para acabar con la podredumbre en los tomates pasan por:
- Fertilización: se basa en mezclar una cucharadita de nitrato de calcio con 10 litros de agua, pulverizar en las plantas sanas y retirar los frutos enfermos.
- Fertilización radicular: es necesario también disolver una cucharada de nitrato de calcio en 10 litros de agua y verter un litro debajo de cada arbusto.
Sumado a ello, señala que la podredumbre superior en tomates también puede venir dada por diferencias repentinas entre las temperaturas diurnas y nocturnas, un riego excesivo o irregular y las fertilizaciones frecuentes con fertilizantes nitrogenados, ya que alteran el equilibrio de las sustancias minerales.
