600 kilos de carne, 150 de arroz y 1 kilómetro de mesa: el pueblo perdido que regala comida a los caminantes
La historia se remonta a tiempos de Napoleón Bonaparte. Tiene lugar cada 20 de enero en la ciudad de Vila Real (Portugal).

En una pequeña ciudad situada en Portugal, conocida como Vila Real, existe la tradición de celebrar cada 20 de enero la festividad de San Sebastián, protector del hambre, la peste y la guerra, momento en el que los habitantes se reúnen para realizar un banquete que ofrecen de forma gratuita tanto a sus residentes como a los visitantes que acuden al lugar.
En total, se reparten 150 kg de carne de cerdo, 60 kg de arroz y 60 arrobas de pan, que una vez son bendecidas y cocinadas en 25 de ollas de hierro, se colocan en cestas y se llevan a una mesa comunitaria situada en la calle principal del pueblo, frente a la parroquia de Couto de Dornelas, donde todo el mundo se sienta a festejar este día.
La historia de esta festividad se remonta a los tiempos de Napoleón Bonaparte, momento en el que las tropas francesas eran reconocidas por saquear los pueblos circundantes de la zona. Tras detectar el paso de varios de estos soldados por un camino, los habitantes del pueblo salieron a las calles con una imagen de San Sebastián hasta llegar a la torre de la iglesia, con el objetivo de que escuchase sus plegarias y evitase el paso de los franceses por allí. Si la divinidad cumplía su promesa, ellos a cambio realizarían una fiesta en su honor cada año.
"Los soldados subían hasta allí, saqueaban las aldeas, destrozaban y robaban, y la gente de Couto de Dornelas prometió a San Sebastián que, si no bajaban a la aldea, darían de comer a todos los que pasaran el día 20 de enero. En ese momento, según cuenta la leyenda, empezó a nevar y las tropas francesas siguieron su camino, sin pasar por aquí, y ahí empezó la tradición", explicó Pedro Pereira, de 44 años, uno de los organizadores de la mesa de San Sebastián.