El pueblo de Madrid en cuya plaza rinden homenaje al primer televisor que llegó a este rincón
Un lugar poco masificado con mucho encanto cultural.

Aunque ya hemos pasado al calendario de septiembre, las altas temperaturas seguirán acompañándonos unos días más, así que conviene buscar refugios cercanos donde refrescarse y desconectar sin renunciar a las responsabilidades de volver a la rutina. Por ello, las escapadas de fin de semana a pueblos cercanos son ideales para recargar pilas a corto plazo y regresar a la ciudad con energías renovadas.
En este contexto, en la Sierra Norte de Madrid se esconde un pequeño municipio que se conserva como un auténtico vestigio cultural. Estamos hablando de Robledillo de la Jara, cuya plaza principal está dedicada al primer televisor que llegó hasta aquí, de ahí que su nombre sea Plaza de Televisión Española. Se consolida como un recuerdo del aparato que cambió para siempre los hábitos de consumo y las tardes de sus vecinos.
La anécdota que le da nombre a la plaza se remonta a la década de 1960, cuando un trabajador de TVE visitó el pueblo y le regaló un televisor. A partir de entonces la pantalla se convirtió en punto de encuentro: los vecinos se juntaban en la plaza para ver películas y compartir horas de ocio en común. Hoy el nombre del municipio atrae la curiosidad de viajeros interesados en rincones singulares de la sierra madrileña.
¿Qué ver en Robledillo?
Con poco más de 100 habitantes y una estructura urbana que conserva intacto el encanto rural de los pueblos serranos, Robledillo se postula como un refugio para los que buscan tranquilidad a menos de una hora de la capital. Más allá de la plaza, el patrimonio local sintetiza la historia rural de la zona. La iglesia parroquial de San Pedro Apóstol, reconstruida a finales del siglo XIX, domina una terraza sobre el caserío y es visible desde distintos puntos del núcleo.
Junto a ella se alza la Fuente de la Plaza, inaugurada en los años treinta y restaurada décadas después, que fue la primera que abasteció de agua al pueblo. Frente a ella se encuentra el Ayuntamiento, configurando el pequeño eje monumental del núcleo. Para los interesados en la vida y costumbres locales, la Taberna-Museo Etnográfico ofrece una visita doble: un bar en la planta baja y un pequeño museo en la planta superior.
Finalmente, el entorno natural es otro de sus reclamos. Robledillo de la Jara actúa como puerta de acceso a varias rutas señalizadas para senderismo y está próximo a embalses y parajes forestales que amplían las opciones de ocio al aire libre: entre ellos, los populares embalses de El Villar y del Atazar, ambos muy frecuentados por quienes buscan paseos entre pinares, miradores y observación del cielo nocturno.
