En Francia se hacen eco de la preocupación de muchos de los que vienen a España: "No sabemos qué hacen con ellos"
Las nuevas exigencias del Ministerio del Interior a hoteles, agencias y empresas de alquiler en España levantan ampollas entre los turistas y los profesionales del sector.

Desde hace unos meses, en los hoteles de España se escucha la misma frase a la hora de completar el registro: "Por favor, tiene que rellenar todos estos datos a mano". No es una fórmula de cortesía sino una orden del Ministerio del Interior. Algo que ha provocado que en Francia, según el canal de televisión TF1, hayan empezado a sonar algunas alarmas.
El canal francés lo ha contado con claridad en su informativo de máxima audiencia: desde el mes de diciembre, los hoteles españoles están obligados a recabar y enviar cada noche al Ministerio del Interior, no solo los datos básicos de cada huésped (nombre, documento de identidad, correo electrónico) sino muchos más: como el número de teléfono, su lugar de nacimiento, la forma de pago e, incluso, el parentesco con otros viajeros si es que van acompañados. Todo ello debe escribirse a mano, en un formulario que después se sube a una plataforma que ha creado el Gobierno de Pedro Sánchez.
La normativa, que se recoge en un Real Decreto en vigor desde finales de 2023, amenaza a los hoteles con multas de hasta 30.000 euros si no se cumple. En el Hotel Moderno de Madrid, el jefe de recepción Javier Camarero de la Fuente explica a la televisión francesa cómo funciona el registro de datos: "Los policías verifican los datos que se les envían y si alojamos a una persona a la que buscan, se ponen en contacto con nosotros".
La medida afecta a todo el sector turístico en España. Los hoteles, campings, agencias de viaje o las empresas de alquiler de coches deben remitir cada día cientos de registros con datos personales de sus clientes, que en algunos casos deben rellenar un formulario en el que se pueden pedir hasta 60 tipos de datos. El secretario general de la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos, Ramón Estalella, lo ha resumido ante las cámaras de TF1: "Antes enviábamos ocho datos. Ahora, el mínimo son trece y el máximo, cuarenta y dos. Para nosotros, esto es completamente ilegal y desproporcionado", dice.
Las agencias de viajes españolas, por otra parte, han puesto el grito en el cielo desde la entrada en vigor de la medida. Tanto, que han escrito en una carta abierta al ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska: "No vamos a someter a nadie a un interrogatorio, no podemos hacerlo ni asumir los costes operativos de este sistema”, reza la misiva.
Pero el Gobierno español defiende el nuevo sistema con cifras. El secretario de Estado de Seguridad, Rafael Pérez Ruiz, ha asegurado que los dos años que han durado las pruebas, cuando la medida aún era voluntaria, se han podido detener a 18.000 personas gracias al cruce de datos. "Conocer el parentesco, si hay un menor, nos permite investigar el tráfico de seres humanos”, explica Pérez Ruiz.
TF1 advierte de que otros países europeos podrían seguir el ejemplo. Pero por ahora, este control total sobre los viajeros tiene sello español. Mientras, en Madrid, las opiniones que han recogido son de todos los colores. Un turista francés lo resume con resignación: “Si va a la policía, no me importa. Ya saben que estoy aquí, he cogido un avión, he pasado controles...”. Pero otro reconoce su incomodidad: “Recogen nuestros datos personales y no sabemos qué hacen con ellos realmente”.
