Estos son los países donde celebrar la Navidad se castiga hasta con la muerte

Estos son los países donde celebrar la Navidad se castiga hasta con la muerte

Los motivos son principalmente religiosos y políticos.

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Los motivos son principalmente religiosos y políticos.

Estos son los países donde celebrar la Navidad se castiga hasta con la muerte

Los motivos son principalmente religiosos y políticos.

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Los motivos son principalmente religiosos y políticos.

Estos son los países donde celebrar la Navidad se castiga hasta con la muerte

Los motivos son principalmente religiosos y políticos.

Amigos felices con bengalas en la cena de Navidadlev dolgachov

La Navidad es una de las festividades más universales del mundo, marcada por su espíritu de alegría, unión familiar y generosidad. Aunque sus raíces están en el cristianismo y conmemoran el nacimiento del hijo de Dios, esta festividad ha trascendido lo religioso para convertirse en un símbolo de esperanza y renovación en muchas culturas.

Cada país aporta a la Navidad sus propias tradiciones y matices. Sin embargo, en algunos rincones del mundo, la celebración de la Navidad no es un acto de fe o tradición, sino un riesgo que puede conllevar severos castigos, incluyendo la pena de muerte.

Aunque para muchas culturas esta festividad es sinónimo de alegría y unión familiar, en ciertos países se prohíbe tajantemente debido a conflictos con sus tradiciones o creencias religiosas predominantes. El veto a la Navidad se da en naciones donde el islam es la religión oficial o donde los gobiernos buscan limitar la influencia de las tradiciones occidentales.

Corea del Norte

En el país más hermético del mundo, el régimen de Kim Jong-un considera la Navidad como una festividad ilegal. Celebrarla clandestinamente puede llevarte a la cárcel. Además, en 2014, Corea del Sur colocó cerca de la frontera un árbol navideño y los del norte lo consideraron una "guerra psicológica".

Tayikistán

En este país de Asia Central se prohíbe la Navidad incluyendo cualquier elemento asociado a ella, como árboles o regalos. De hecho, la represión alcanzó su punto crítico en 2011 cuando un hombre disfrazado de Padre Frost – el equivalente ruso a Papá Noel – fue asesinado por extremistas religiosos. No obstante, no fue hasta 2015 cuando se prohibió por completo celebrarla.

Somalia y Brunéi

En Somalia, un país africano de mayoría islámica, cualquier celebración de la Navidad está vetada. En Brunéi, las restricciones son muy estrictas ya que mostrar símbolos navideños puede acarrear penas de cárcel sin importar la fe.

China

Aunque no está penalizada directamente, se decidió no celebrar ni considerar como festivo la Navidad para limitar así las influencias extranjeras. Incluso en muchas regiones, actividades como colocar decoraciones navideñas están restringidas.

Arabia Saudí

Algunos países han flexibilizado estas normas. Por ejemplo, en Arabia Saudí, donde las celebraciones públicas eran severamente castigadas, ahora se permiten decoraciones navideñas en interiores. Sin embargo, todavía existen restricciones culturales y sociales.

Las razones detrás de la prohibición

El rechazo hacia la Navidad en estos países responde a diferentes motivos, principalmente religiosos o políticos. En naciones islámicas, la festividad se considera pagana y ajena a su fe. En regímenes como Corea del Norte o China, se percibe como una amenaza a la identidad cultural o al control del gobierno.

Celebrar la Navidad en estos lugares no solo desafía las leyes, sino que pone en riesgo la libertad y la vida de quienes lo hacen. Esta realidad contrasta con la alegría y libertad con la que se vive esta tradición en otros países, recordándonos las profundas diferencias culturales y políticas que aún dividen al mundo.

La Navidad es una de las festividades más universales del mundo, marcada por su espíritu de alegría, unión familiar y generosidad. Aunque sus raíces están en el cristianismo y conmemoran el nacimiento del hijo de Dios, esta festividad ha trascendido lo religioso para convertirse en un símbolo de esperanza y renovación en muchas culturas.

Cada país aporta a la Navidad sus propias tradiciones y matices. Sin embargo, en algunos rincones del mundo, la celebración de la Navidad no es un acto de fe o tradición, sino un riesgo que puede conllevar severos castigos, incluyendo la pena de muerte.

Aunque para muchas culturas esta festividad es sinónimo de alegría y unión familiar, en ciertos países se prohíbe tajantemente debido a conflictos con sus tradiciones o creencias religiosas predominantes. El veto a la Navidad se da en naciones donde el islam es la religión oficial o donde los gobiernos buscan limitar la influencia de las tradiciones occidentales.

Corea del Norte

En el país más hermético del mundo, el régimen de Kim Jong-un considera la Navidad como una festividad ilegal. Celebrarla clandestinamente puede llevarte a la cárcel. Además, en 2014, Corea del Sur colocó cerca de la frontera un árbol navideño y los del norte lo consideraron una "guerra psicológica".

Tayikistán

En este país de Asia Central se prohíbe la Navidad incluyendo cualquier elemento asociado a ella, como árboles o regalos. De hecho, la represión alcanzó su punto crítico en 2011 cuando un hombre disfrazado de Padre Frost – el equivalente ruso a Papá Noel – fue asesinado por extremistas religiosos. No obstante, no fue hasta 2015 cuando se prohibió por completo celebrarla.

Somalia y Brunéi

En Somalia, un país africano de mayoría islámica, cualquier celebración de la Navidad está vetada. En Brunéi, las restricciones son muy estrictas ya que mostrar símbolos navideños puede acarrear penas de cárcel sin importar la fe.

China

Aunque no está penalizada directamente, se decidió no celebrar ni considerar como festivo la Navidad para limitar así las influencias extranjeras. Incluso en muchas regiones, actividades como colocar decoraciones navideñas están restringidas.

Arabia Saudí

Algunos países han flexibilizado estas normas. Por ejemplo, en Arabia Saudí, donde las celebraciones públicas eran severamente castigadas, ahora se permiten decoraciones navideñas en interiores. Sin embargo, todavía existen restricciones culturales y sociales.

Las razones detrás de la prohibición

El rechazo hacia la Navidad en estos países responde a diferentes motivos, principalmente religiosos o políticos. En naciones islámicas, la festividad se considera pagana y ajena a su fe. En regímenes como Corea del Norte o China, se percibe como una amenaza a la identidad cultural o al control del gobierno.

Celebrar la Navidad en estos lugares no solo desafía las leyes, sino que pone en riesgo la libertad y la vida de quienes lo hacen. Esta realidad contrasta con la alegría y libertad con la que se vive esta tradición en otros países, recordándonos las profundas diferencias culturales y políticas que aún dividen al mundo.

La Navidad es una de las festividades más universales del mundo, marcada por su espíritu de alegría, unión familiar y generosidad. Aunque sus raíces están en el cristianismo y conmemoran el nacimiento del hijo de Dios, esta festividad ha trascendido lo religioso para convertirse en un símbolo de esperanza y renovación en muchas culturas.

Cada país aporta a la Navidad sus propias tradiciones y matices. Sin embargo, en algunos rincones del mundo, la celebración de la Navidad no es un acto de fe o tradición, sino un riesgo que puede conllevar severos castigos, incluyendo la pena de muerte.

Aunque para muchas culturas esta festividad es sinónimo de alegría y unión familiar, en ciertos países se prohíbe tajantemente debido a conflictos con sus tradiciones o creencias religiosas predominantes. El veto a la Navidad se da en naciones donde el islam es la religión oficial o donde los gobiernos buscan limitar la influencia de las tradiciones occidentales.

Corea del Norte

En el país más hermético del mundo, el régimen de Kim Jong-un considera la Navidad como una festividad ilegal. Celebrarla clandestinamente puede llevarte a la cárcel. Además, en 2014, Corea del Sur colocó cerca de la frontera un árbol navideño y los del norte lo consideraron una "guerra psicológica".

Tayikistán

En este país de Asia Central se prohíbe la Navidad incluyendo cualquier elemento asociado a ella, como árboles o regalos. De hecho, la represión alcanzó su punto crítico en 2011 cuando un hombre disfrazado de Padre Frost – el equivalente ruso a Papá Noel – fue asesinado por extremistas religiosos. No obstante, no fue hasta 2015 cuando se prohibió por completo celebrarla.

Somalia y Brunéi

En Somalia, un país africano de mayoría islámica, cualquier celebración de la Navidad está vetada. En Brunéi, las restricciones son muy estrictas ya que mostrar símbolos navideños puede acarrear penas de cárcel sin importar la fe.

China

Aunque no está penalizada directamente, se decidió no celebrar ni considerar como festivo la Navidad para limitar así las influencias extranjeras. Incluso en muchas regiones, actividades como colocar decoraciones navideñas están restringidas.

Arabia Saudí

Algunos países han flexibilizado estas normas. Por ejemplo, en Arabia Saudí, donde las celebraciones públicas eran severamente castigadas, ahora se permiten decoraciones navideñas en interiores. Sin embargo, todavía existen restricciones culturales y sociales.

Las razones detrás de la prohibición

El rechazo hacia la Navidad en estos países responde a diferentes motivos, principalmente religiosos o políticos. En naciones islámicas, la festividad se considera pagana y ajena a su fe. En regímenes como Corea del Norte o China, se percibe como una amenaza a la identidad cultural o al control del gobierno.

Celebrar la Navidad en estos lugares no solo desafía las leyes, sino que pone en riesgo la libertad y la vida de quienes lo hacen. Esta realidad contrasta con la alegría y libertad con la que se vive esta tradición en otros países, recordándonos las profundas diferencias culturales y políticas que aún dividen al mundo.

La Navidad es una de las festividades más universales del mundo, marcada por su espíritu de alegría, unión familiar y generosidad. Aunque sus raíces están en el cristianismo y conmemoran el nacimiento del hijo de Dios, esta festividad ha trascendido lo religioso para convertirse en un símbolo de esperanza y renovación en muchas culturas.

Cada país aporta a la Navidad sus propias tradiciones y matices. Sin embargo, en algunos rincones del mundo, la celebración de la Navidad no es un acto de fe o tradición, sino un riesgo que puede conllevar severos castigos, incluyendo la pena de muerte.

Aunque para muchas culturas esta festividad es sinónimo de alegría y unión familiar, en ciertos países se prohíbe tajantemente debido a conflictos con sus tradiciones o creencias religiosas predominantes. El veto a la Navidad se da en naciones donde el islam es la religión oficial o donde los gobiernos buscan limitar la influencia de las tradiciones occidentales.

Corea del Norte

En el país más hermético del mundo, el régimen de Kim Jong-un considera la Navidad como una festividad ilegal. Celebrarla clandestinamente puede llevarte a la cárcel. Además, en 2014, Corea del Sur colocó cerca de la frontera un árbol navideño y los del norte lo consideraron una "guerra psicológica".

Tayikistán

En este país de Asia Central se prohíbe la Navidad incluyendo cualquier elemento asociado a ella, como árboles o regalos. De hecho, la represión alcanzó su punto crítico en 2011 cuando un hombre disfrazado de Padre Frost – el equivalente ruso a Papá Noel – fue asesinado por extremistas religiosos. No obstante, no fue hasta 2015 cuando se prohibió por completo celebrarla.

Somalia y Brunéi

En Somalia, un país africano de mayoría islámica, cualquier celebración de la Navidad está vetada. En Brunéi, las restricciones son muy estrictas ya que mostrar símbolos navideños puede acarrear penas de cárcel sin importar la fe.

China

Aunque no está penalizada directamente, se decidió no celebrar ni considerar como festivo la Navidad para limitar así las influencias extranjeras. Incluso en muchas regiones, actividades como colocar decoraciones navideñas están restringidas.

Arabia Saudí

Algunos países han flexibilizado estas normas. Por ejemplo, en Arabia Saudí, donde las celebraciones públicas eran severamente castigadas, ahora se permiten decoraciones navideñas en interiores. Sin embargo, todavía existen restricciones culturales y sociales.

Las razones detrás de la prohibición

El rechazo hacia la Navidad en estos países responde a diferentes motivos, principalmente religiosos o políticos. En naciones islámicas, la festividad se considera pagana y ajena a su fe. En regímenes como Corea del Norte o China, se percibe como una amenaza a la identidad cultural o al control del gobierno.

Celebrar la Navidad en estos lugares no solo desafía las leyes, sino que pone en riesgo la libertad y la vida de quienes lo hacen. Esta realidad contrasta con la alegría y libertad con la que se vive esta tradición en otros países, recordándonos las profundas diferencias culturales y políticas que aún dividen al mundo.

La Navidad es una de las festividades más universales del mundo, marcada por su espíritu de alegría, unión familiar y generosidad. Aunque sus raíces están en el cristianismo y conmemoran el nacimiento del hijo de Dios, esta festividad ha trascendido lo religioso para convertirse en un símbolo de esperanza y renovación en muchas culturas.

Cada país aporta a la Navidad sus propias tradiciones y matices. Sin embargo, en algunos rincones del mundo, la celebración de la Navidad no es un acto de fe o tradición, sino un riesgo que puede conllevar severos castigos, incluyendo la pena de muerte.

Aunque para muchas culturas esta festividad es sinónimo de alegría y unión familiar, en ciertos países se prohíbe tajantemente debido a conflictos con sus tradiciones o creencias religiosas predominantes. El veto a la Navidad se da en naciones donde el islam es la religión oficial o donde los gobiernos buscan limitar la influencia de las tradiciones occidentales.

Corea del Norte

En el país más hermético del mundo, el régimen de Kim Jong-un considera la Navidad como una festividad ilegal. Celebrarla clandestinamente puede llevarte a la cárcel. Además, en 2014, Corea del Sur colocó cerca de la frontera un árbol navideño y los del norte lo consideraron una "guerra psicológica".

Tayikistán

En este país de Asia Central se prohíbe la Navidad incluyendo cualquier elemento asociado a ella, como árboles o regalos. De hecho, la represión alcanzó su punto crítico en 2011 cuando un hombre disfrazado de Padre Frost – el equivalente ruso a Papá Noel – fue asesinado por extremistas religiosos. No obstante, no fue hasta 2015 cuando se prohibió por completo celebrarla.

Somalia y Brunéi

En Somalia, un país africano de mayoría islámica, cualquier celebración de la Navidad está vetada. En Brunéi, las restricciones son muy estrictas ya que mostrar símbolos navideños puede acarrear penas de cárcel sin importar la fe.

China

Aunque no está penalizada directamente, se decidió no celebrar ni considerar como festivo la Navidad para limitar así las influencias extranjeras. Incluso en muchas regiones, actividades como colocar decoraciones navideñas están restringidas.

Arabia Saudí

Algunos países han flexibilizado estas normas. Por ejemplo, en Arabia Saudí, donde las celebraciones públicas eran severamente castigadas, ahora se permiten decoraciones navideñas en interiores. Sin embargo, todavía existen restricciones culturales y sociales.

Las razones detrás de la prohibición

El rechazo hacia la Navidad en estos países responde a diferentes motivos, principalmente religiosos o políticos. En naciones islámicas, la festividad se considera pagana y ajena a su fe. En regímenes como Corea del Norte o China, se percibe como una amenaza a la identidad cultural o al control del gobierno.

Celebrar la Navidad en estos lugares no solo desafía las leyes, sino que pone en riesgo la libertad y la vida de quienes lo hacen. Esta realidad contrasta con la alegría y libertad con la que se vive esta tradición en otros países, recordándonos las profundas diferencias culturales y políticas que aún dividen al mundo.

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Soy redactora en El HuffPost España, donde te cuento las historias más curiosas y te intento ayudar a encontrar esos detalles que marcan la diferencia en la vida cotidiana.

 

Sobre qué temas escribo

Tengo el privilegio de escribir sobre una amplia variedad de temas, con un enfoque que abarca tanto actualidad como estilo de vida. Escribo con la intención de contarte historias que te interesen y ofrecerte información que hagan tu vida un poco más fácil.


Te ayudo a no caer en estafas, te doy consejos de salud y cuidado personal, además de recomendaciones de destinos para tu próximo viaje.


Mis artículos son un surtido de historias curiosas, viajes, cultura, estilo de vida, naturaleza, ¡y mucho más! Mi objetivo es despertar tu curiosidad y acompañarte con lecturas útiles y entretenidas.

  

Mi trayectoria

Soy madrileña, pero con raíces en Castilla-La Mancha. Estudié Periodismo en la Universidad Ceu San Pablo, aunque siempre digo que mi verdadera escuela ha sido El HuffPost, el lugar donde escribí mis primeras líneas como periodista. Empecé como becaria y ahora colaboro en este medio que me ha visto crecer.


Mi pasión por el periodismo nació en la infancia, cuando dibujaba las portadas de los medios deportivos y soñaba con convertirme en una de aquellas reporteras que veía en la televisión.

 


 

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