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La ciudad considerada un paraíso para los vegetarianos: la ley prohíbe consumir carne

La ciudad considerada un paraíso para los vegetarianos: la ley prohíbe consumir carne

Es una de las ciudades más antiguas del mundo.

La ciudad considerada un paraíso para los vegetarianos: la ley prohíbe consumir carne

Es una de las ciudades más antiguas del mundo.

La ciudad considerada un paraíso para los vegetarianos: la ley prohíbe consumir carne

Es una de las ciudades más antiguas del mundo.

La ciudad considerada un paraíso para los vegetarianos: la ley prohíbe consumir carne

Es una de las ciudades más antiguas del mundo.

La ciudad considerada un paraíso para los vegetarianos: la ley prohíbe consumir carne

Es una de las ciudades más antiguas del mundo.

Benarés.Getty Images

Situada a orillas del río sagrado Ganges se encuentra una de las ciudades más antiguas del mundo. Se tarta de Benarés, también conocida como Varanasi, es el epicentro espiritual del hinduismo y un lugar donde la vida y la muerte se entrelazan en un misticismo único. Cada día, miles de devotos recorren sus 88 escalones, conocidos ahí como "ghats", para realizar rituales de purificación, cremaciones y ofrendas, en un ambiente donde la religión está presente en todo, incluida la gastronomía. 

Desde 2019, la ciudad ha dado un paso más en su devoción religiosa al prohibir la venta y el consumo de carne en un radio de 250 metros de los templos y sitios históricos. Esta decisión, impulsada por el partido nacionalista hindú BJP, ha convertido a Benarés en un verdadero paraíso para los vegetarianos, donde la comida sigue estrictas normas espirituales y se rige por la tradición sátvica, la forma más pura del vegetarianismo hindú.

Donde la carne es impensable

Para la mayoría de los habitantes de Benarés, el vegetarianismo no es solo una elección dietética, sino una cuestión de fe. La ciudad está dedicada a Shiva, un dios que, según la tradición, es vegetariano. Esto hace que muchas familias no solo rechacen la carne, sino que también eviten consumir huevos, ajo o cebolla, ingredientes considerados perturbadores para la mente y el alma.

"Mi familia y yo hemos sido vegetarianos puros durante generaciones. Nos negamos incluso a beber agua en una casa donde se consumen huevos", según unas declaraciones que recoge la BBC de Rakesh Giri, un habitante de la ciudad. Por su parte, el sacerdote Abhishek Shukla recalca que en muchas casas hay un altar dedicado a Shiva, por lo que consumir carne dentro del hogar es algo impensable.

La reinvención de la gastronomía local

La prohibición de la carne en gran parte de la ciudad supuso un reto para los restaurantes, que tuvieron que reinventarse y apostar por la creatividad. Platos tradicionales de la cocina sátvica, transmitidos de generación en generación, han cobrado protagonismo en los menús.

El chef Manoj Verma destaca cómo este cambio ha impulsado una nueva ola de recetas en Benarés. "Cuando me hice cargo de la cocina, incluí platos como khatta meetha kaddu (calabaza agridulce) y nimona (puré de guisantes con especias). Son platos humildes que nuestros invitados no hubieran degustado de otra manera", explica.

Los chefs locales han encontrado fórmulas innovadoras para imitar el sabor de los caldos y salsas que tradicionalmente llevaban carne, utilizando cinco ingredientes clave: anacardos, semillas de amapola, semillas de melón, tomates y chironji (una semilla de nuez del norte de India)

Un modelo de ciudad vegetariana

Hoy, Benarés cuenta con más de 200 restaurantes que ofrecen menús sátvicos, y su reputación como un paraíso para los vegetarianos sigue en aumento. Más allá de la restricción legal, para todos los peregrinos y turistas que visitan Benarés cada año, la experiencia gastronómica es tan mística como el propio Ganges. Aquí, la comida no solo nutre el cuerpo, sino que purifica el alma.

Situada a orillas del río sagrado Ganges se encuentra una de las ciudades más antiguas del mundo. Se tarta de Benarés, también conocida como Varanasi, es el epicentro espiritual del hinduismo y un lugar donde la vida y la muerte se entrelazan en un misticismo único. Cada día, miles de devotos recorren sus 88 escalones, conocidos ahí como "ghats", para realizar rituales de purificación, cremaciones y ofrendas, en un ambiente donde la religión está presente en todo, incluida la gastronomía. 

Desde 2019, la ciudad ha dado un paso más en su devoción religiosa al prohibir la venta y el consumo de carne en un radio de 250 metros de los templos y sitios históricos. Esta decisión, impulsada por el partido nacionalista hindú BJP, ha convertido a Benarés en un verdadero paraíso para los vegetarianos, donde la comida sigue estrictas normas espirituales y se rige por la tradición sátvica, la forma más pura del vegetarianismo hindú.

Donde la carne es impensable

Para la mayoría de los habitantes de Benarés, el vegetarianismo no es solo una elección dietética, sino una cuestión de fe. La ciudad está dedicada a Shiva, un dios que, según la tradición, es vegetariano. Esto hace que muchas familias no solo rechacen la carne, sino que también eviten consumir huevos, ajo o cebolla, ingredientes considerados perturbadores para la mente y el alma.

"Mi familia y yo hemos sido vegetarianos puros durante generaciones. Nos negamos incluso a beber agua en una casa donde se consumen huevos", según unas declaraciones que recoge la BBC de Rakesh Giri, un habitante de la ciudad. Por su parte, el sacerdote Abhishek Shukla recalca que en muchas casas hay un altar dedicado a Shiva, por lo que consumir carne dentro del hogar es algo impensable.

La reinvención de la gastronomía local

La prohibición de la carne en gran parte de la ciudad supuso un reto para los restaurantes, que tuvieron que reinventarse y apostar por la creatividad. Platos tradicionales de la cocina sátvica, transmitidos de generación en generación, han cobrado protagonismo en los menús.

El chef Manoj Verma destaca cómo este cambio ha impulsado una nueva ola de recetas en Benarés. "Cuando me hice cargo de la cocina, incluí platos como khatta meetha kaddu (calabaza agridulce) y nimona (puré de guisantes con especias). Son platos humildes que nuestros invitados no hubieran degustado de otra manera", explica.

Los chefs locales han encontrado fórmulas innovadoras para imitar el sabor de los caldos y salsas que tradicionalmente llevaban carne, utilizando cinco ingredientes clave: anacardos, semillas de amapola, semillas de melón, tomates y chironji (una semilla de nuez del norte de India)

Un modelo de ciudad vegetariana

Hoy, Benarés cuenta con más de 200 restaurantes que ofrecen menús sátvicos, y su reputación como un paraíso para los vegetarianos sigue en aumento. Más allá de la restricción legal, para todos los peregrinos y turistas que visitan Benarés cada año, la experiencia gastronómica es tan mística como el propio Ganges. Aquí, la comida no solo nutre el cuerpo, sino que purifica el alma.

Situada a orillas del río sagrado Ganges se encuentra una de las ciudades más antiguas del mundo. Se tarta de Benarés, también conocida como Varanasi, es el epicentro espiritual del hinduismo y un lugar donde la vida y la muerte se entrelazan en un misticismo único. Cada día, miles de devotos recorren sus 88 escalones, conocidos ahí como "ghats", para realizar rituales de purificación, cremaciones y ofrendas, en un ambiente donde la religión está presente en todo, incluida la gastronomía. 

Desde 2019, la ciudad ha dado un paso más en su devoción religiosa al prohibir la venta y el consumo de carne en un radio de 250 metros de los templos y sitios históricos. Esta decisión, impulsada por el partido nacionalista hindú BJP, ha convertido a Benarés en un verdadero paraíso para los vegetarianos, donde la comida sigue estrictas normas espirituales y se rige por la tradición sátvica, la forma más pura del vegetarianismo hindú.

Donde la carne es impensable

Para la mayoría de los habitantes de Benarés, el vegetarianismo no es solo una elección dietética, sino una cuestión de fe. La ciudad está dedicada a Shiva, un dios que, según la tradición, es vegetariano. Esto hace que muchas familias no solo rechacen la carne, sino que también eviten consumir huevos, ajo o cebolla, ingredientes considerados perturbadores para la mente y el alma.

"Mi familia y yo hemos sido vegetarianos puros durante generaciones. Nos negamos incluso a beber agua en una casa donde se consumen huevos", según unas declaraciones que recoge la BBC de Rakesh Giri, un habitante de la ciudad. Por su parte, el sacerdote Abhishek Shukla recalca que en muchas casas hay un altar dedicado a Shiva, por lo que consumir carne dentro del hogar es algo impensable.

La reinvención de la gastronomía local

La prohibición de la carne en gran parte de la ciudad supuso un reto para los restaurantes, que tuvieron que reinventarse y apostar por la creatividad. Platos tradicionales de la cocina sátvica, transmitidos de generación en generación, han cobrado protagonismo en los menús.

El chef Manoj Verma destaca cómo este cambio ha impulsado una nueva ola de recetas en Benarés. "Cuando me hice cargo de la cocina, incluí platos como khatta meetha kaddu (calabaza agridulce) y nimona (puré de guisantes con especias). Son platos humildes que nuestros invitados no hubieran degustado de otra manera", explica.

Los chefs locales han encontrado fórmulas innovadoras para imitar el sabor de los caldos y salsas que tradicionalmente llevaban carne, utilizando cinco ingredientes clave: anacardos, semillas de amapola, semillas de melón, tomates y chironji (una semilla de nuez del norte de India)

Un modelo de ciudad vegetariana

Hoy, Benarés cuenta con más de 200 restaurantes que ofrecen menús sátvicos, y su reputación como un paraíso para los vegetarianos sigue en aumento. Más allá de la restricción legal, para todos los peregrinos y turistas que visitan Benarés cada año, la experiencia gastronómica es tan mística como el propio Ganges. Aquí, la comida no solo nutre el cuerpo, sino que purifica el alma.

Situada a orillas del río sagrado Ganges se encuentra una de las ciudades más antiguas del mundo. Se tarta de Benarés, también conocida como Varanasi, es el epicentro espiritual del hinduismo y un lugar donde la vida y la muerte se entrelazan en un misticismo único. Cada día, miles de devotos recorren sus 88 escalones, conocidos ahí como "ghats", para realizar rituales de purificación, cremaciones y ofrendas, en un ambiente donde la religión está presente en todo, incluida la gastronomía. 

Desde 2019, la ciudad ha dado un paso más en su devoción religiosa al prohibir la venta y el consumo de carne en un radio de 250 metros de los templos y sitios históricos. Esta decisión, impulsada por el partido nacionalista hindú BJP, ha convertido a Benarés en un verdadero paraíso para los vegetarianos, donde la comida sigue estrictas normas espirituales y se rige por la tradición sátvica, la forma más pura del vegetarianismo hindú.

Donde la carne es impensable

Para la mayoría de los habitantes de Benarés, el vegetarianismo no es solo una elección dietética, sino una cuestión de fe. La ciudad está dedicada a Shiva, un dios que, según la tradición, es vegetariano. Esto hace que muchas familias no solo rechacen la carne, sino que también eviten consumir huevos, ajo o cebolla, ingredientes considerados perturbadores para la mente y el alma.

"Mi familia y yo hemos sido vegetarianos puros durante generaciones. Nos negamos incluso a beber agua en una casa donde se consumen huevos", según unas declaraciones que recoge la BBC de Rakesh Giri, un habitante de la ciudad. Por su parte, el sacerdote Abhishek Shukla recalca que en muchas casas hay un altar dedicado a Shiva, por lo que consumir carne dentro del hogar es algo impensable.

La reinvención de la gastronomía local

La prohibición de la carne en gran parte de la ciudad supuso un reto para los restaurantes, que tuvieron que reinventarse y apostar por la creatividad. Platos tradicionales de la cocina sátvica, transmitidos de generación en generación, han cobrado protagonismo en los menús.

El chef Manoj Verma destaca cómo este cambio ha impulsado una nueva ola de recetas en Benarés. "Cuando me hice cargo de la cocina, incluí platos como khatta meetha kaddu (calabaza agridulce) y nimona (puré de guisantes con especias). Son platos humildes que nuestros invitados no hubieran degustado de otra manera", explica.

Los chefs locales han encontrado fórmulas innovadoras para imitar el sabor de los caldos y salsas que tradicionalmente llevaban carne, utilizando cinco ingredientes clave: anacardos, semillas de amapola, semillas de melón, tomates y chironji (una semilla de nuez del norte de India)

Un modelo de ciudad vegetariana

Hoy, Benarés cuenta con más de 200 restaurantes que ofrecen menús sátvicos, y su reputación como un paraíso para los vegetarianos sigue en aumento. Más allá de la restricción legal, para todos los peregrinos y turistas que visitan Benarés cada año, la experiencia gastronómica es tan mística como el propio Ganges. Aquí, la comida no solo nutre el cuerpo, sino que purifica el alma.

Situada a orillas del río sagrado Ganges se encuentra una de las ciudades más antiguas del mundo. Se tarta de Benarés, también conocida como Varanasi, es el epicentro espiritual del hinduismo y un lugar donde la vida y la muerte se entrelazan en un misticismo único. Cada día, miles de devotos recorren sus 88 escalones, conocidos ahí como "ghats", para realizar rituales de purificación, cremaciones y ofrendas, en un ambiente donde la religión está presente en todo, incluida la gastronomía. 

Desde 2019, la ciudad ha dado un paso más en su devoción religiosa al prohibir la venta y el consumo de carne en un radio de 250 metros de los templos y sitios históricos. Esta decisión, impulsada por el partido nacionalista hindú BJP, ha convertido a Benarés en un verdadero paraíso para los vegetarianos, donde la comida sigue estrictas normas espirituales y se rige por la tradición sátvica, la forma más pura del vegetarianismo hindú.

Donde la carne es impensable

Para la mayoría de los habitantes de Benarés, el vegetarianismo no es solo una elección dietética, sino una cuestión de fe. La ciudad está dedicada a Shiva, un dios que, según la tradición, es vegetariano. Esto hace que muchas familias no solo rechacen la carne, sino que también eviten consumir huevos, ajo o cebolla, ingredientes considerados perturbadores para la mente y el alma.

"Mi familia y yo hemos sido vegetarianos puros durante generaciones. Nos negamos incluso a beber agua en una casa donde se consumen huevos", según unas declaraciones que recoge la BBC de Rakesh Giri, un habitante de la ciudad. Por su parte, el sacerdote Abhishek Shukla recalca que en muchas casas hay un altar dedicado a Shiva, por lo que consumir carne dentro del hogar es algo impensable.

La reinvención de la gastronomía local

La prohibición de la carne en gran parte de la ciudad supuso un reto para los restaurantes, que tuvieron que reinventarse y apostar por la creatividad. Platos tradicionales de la cocina sátvica, transmitidos de generación en generación, han cobrado protagonismo en los menús.

El chef Manoj Verma destaca cómo este cambio ha impulsado una nueva ola de recetas en Benarés. "Cuando me hice cargo de la cocina, incluí platos como khatta meetha kaddu (calabaza agridulce) y nimona (puré de guisantes con especias). Son platos humildes que nuestros invitados no hubieran degustado de otra manera", explica.

Los chefs locales han encontrado fórmulas innovadoras para imitar el sabor de los caldos y salsas que tradicionalmente llevaban carne, utilizando cinco ingredientes clave: anacardos, semillas de amapola, semillas de melón, tomates y chironji (una semilla de nuez del norte de India)

Un modelo de ciudad vegetariana

Hoy, Benarés cuenta con más de 200 restaurantes que ofrecen menús sátvicos, y su reputación como un paraíso para los vegetarianos sigue en aumento. Más allá de la restricción legal, para todos los peregrinos y turistas que visitan Benarés cada año, la experiencia gastronómica es tan mística como el propio Ganges. Aquí, la comida no solo nutre el cuerpo, sino que purifica el alma.

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Soy redactora en El HuffPost España, donde te cuento las historias más curiosas y te intento ayudar a encontrar esos detalles que marcan la diferencia en la vida cotidiana.

 

Sobre qué temas escribo

Tengo el privilegio de escribir sobre una amplia variedad de temas, con un enfoque que abarca tanto actualidad como estilo de vida. Escribo con la intención de contarte historias que te interesen y ofrecerte información que hagan tu vida un poco más fácil.


Te ayudo a no caer en estafas, te doy consejos de salud y cuidado personal, además de recomendaciones de destinos para tu próximo viaje.


Mis artículos son un surtido de historias curiosas, viajes, cultura, estilo de vida, naturaleza, ¡y mucho más! Mi objetivo es despertar tu curiosidad y acompañarte con lecturas útiles y entretenidas.

  

Mi trayectoria

Soy madrileña, pero con raíces en Castilla-La Mancha. Estudié Periodismo en la Universidad Ceu San Pablo, aunque siempre digo que mi verdadera escuela ha sido El HuffPost, el lugar donde escribí mis primeras líneas como periodista. Empecé como becaria y ahora colaboro en este medio que me ha visto crecer.


Mi pasión por el periodismo nació en la infancia, cuando dibujaba las portadas de los medios deportivos y soñaba con convertirme en una de aquellas reporteras que veía en la televisión.

 


 

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