Piden a los amantes de las escapadas recorrer la ruta del 'País Vasco de color' que acaba en una gran roca única en España
Uno de los secretos mejor guardados de la región del norte.

El País Vasco es un auténtico paraíso para los amantes del senderismo y la naturaleza, donde cada ruta es una invitación a descubrir paisajes que parecen sacados de un cuento. Con montañas majestuosas, densos bosques, acantilados que se alzan sobre el Atlántico y playas escondidas, la región ofrece un escenario único que combina aventura, tradición y una rica herencia cultural. Aunque en su interior todavía se esconden increíbles maravillas naturales.
En pleno corazón de Guipúzcoa, el Valle de Labetxu se erige como uno de los secretos mejor guardados de la región. Conocido popularmente como el valle de los Colores de Jaizkibel, este enclave natural ha ganado el cariñoso apodo de ‘País Vasco de color’ por la sorprendente variedad de matices que se despliegan a lo largo de sus laderas y senderos. La mejor forma de descubrirlo es adentrarse en su interior y hacer su ruta de senderismo.
Durante siglos, el paisaje de este imponente enclave se ha ido formando hasta crear una estampa colorida única que deja sin palabras a todos el que lo visita. El Valle de Labetxu destaca por sus formaciones geológicas de roca arenisca con unos llamativos colores y unas formas peculiares que llaman la atención. Todo un espectáculo visual que va desde tonalidades terrosas hasta destellos vibrantes que emergen en la flora local.
Una ruta de maravillas
Atravesado por el arroyo Gaztarrotz, este valle tiene un itinerario de ocho kilómetros que arranca desde el antiguo Parador de Jaizkibel y se adentra en una pista forestal rodeada por curiosas rocas. Aquí la luz del sol juega un papel esencial ya que, al atravesar el denso follaje y reflejarse en el terreno, potencia un juego cromático que cambia según la hora del día, ofreciendo una experiencia única en cada visita.
El trayecto concluye en un lugar conocido como ‘la Catedral’ que, lejos de ser un tempo religioso, se trata de una gran roca de color rojizo situada en la playa de arena roja de Gaztarrotz. Una formación geológica imponente que se erige como sello distintivo de este paraje y que se considera única en España por su tamaño, forma y composición. Eso sí, solo se puede acceder a ella si la marea está baja.
Además, a lo largo del camino se pueden admirar otras maravillas como las cuevas de Putrekabia o algunas formaciones rocosas tan peculiares como ‘Las Gemelas’ o ‘La Concha Blanca’, entre otras. En definitiva, el Valle de Labetxu, con su sinfonía de colores y su emblemática roca al final del camino, se posiciona hoy como uno de los destinos imperdibles del País Vasco.
