Seis errores que pueden convertir a tu hijo en un sociópata

Seis errores que pueden convertir a tu hijo en un sociópata

La mayoría de los padres solo quieren lo mejor para sus hijos y actúan de la forma que consideran más adecuada para que sus pequeños estén contentos. Desgraciadamente, existen ciertas concepciones algo erróneas sobre lo que es o no bueno para los niños.

Los padres que adoptan estas ideas erróneas pueden acabar haciendo cosas que inciten a sus hijos a ser una peor versión de sí mismos, o incluso conducir a que adopten comportamientos sociópatas. Por chocante que esto pueda parecer, desgraciadamente es algo bastante frecuente.

¿Qué comportamientos de los padres pueden hacer que sus hijos se conviertan en sociópatas? Hay seis patrones que, de forma conjunta, acaban sacando lo peor de cualquier niño. Estos comportamientos que, de primeras, pueden parecer "adecuados" y "buenos" para los niños, en realidad resultan muy perjudiciales.

1. No establecer límites

En lugar de establecer límites y directrices claras para que el niño module su comportamiento, estos padres son completamente indulgentes y permiten que su hijo sea egoísta, egocéntrico, caprichoso, avaricioso, insensible o con falta de empatía.

Muchos padres pueden pensar que los límites son "perjudiciales" o que no dejan que los niños se expresen con libertad. Pero nada más lejos de la realidad. Es mucho mejor que un niño sepa lo que se espera de él y qué comportamientos son inaceptables en lugar de dejar que se meta en problemas debido a la ignorancia.

  5c8a93f6360000c81a6ba49eGetty Images/Flickr RF

2. No explicar las consecuencias

Estos padres no informan a sus hijos de las importantes consecuencias que tienen esas actitudes y comportamientos. Tal vez piensan que es perjudicial poner consecuencias a los actos de los niños, pero lo cierto es que ocurre al contrario. Estos padres están arrebatándole al niño la oportunidad de aprender de sus errores y rectificar su comportamiento.

La falta de consecuencias, junto con una falta de límites, llevan a que el niño crezca sin un sentido de lo que está bien o mal, ni remordimientos por haberse comportado de forma negativa.

3. Reaccionar de forma inadecuada

Estos padres minimizan los comportamientos dañinos, egoístas, impulsivos, destructivos o crueles de los niños, o consideran que son actos "adorables".

No obstante, no le están haciendo ningún favor a su hijo negándose a aceptar que a veces se porta mal. Deben dejar de idealizar a sus hijos y entender que incluso sus adorables pequeños son capaces de portarse mal, y que es su deber guiarles por el camino correcto. Si los padres siguen negando esta realidad, no educarán a sus hijos de forma correcta.

4. No inculcar valores

Es un error no inculcar a los niños una serie de valores correctos, como la ética, la compasión, la empatía, la amabilidad o la disciplina. Vivimos en un mundo de moral relativista. Si los padres no consiguen educar a sus hijos para que sean buenas personas y hagan lo correcto, la única influencia que van a tener los niños son sus compañeros de clase y los medios de comunicación.

La falta de consecuencias, junto con una falta de límites, llevan a que el niño crezca sin un sentido de lo que está bien o mal, ni remordimientos por haberse comportado de forma negativa.

5. "Protegerles" de forma inadecuada

No es adecuado proteger a los niños para que no se enfrenten a las posibles consecuencias de su comportamiento erróneo: mentir, engañar, hacer trampas, robar, acosar a otros niños o hacer daño a animales o personas.

Si los padres "protegen" a sus hijos de esta forma, en realidad les están abandonando. Los niños aprenden y crecen constantemente. Su carácter está en continuo desarrollo, ya sea en la buena o en la mala dirección.

Cuando los padres se aseguran de que las demás personas no les impongan consecuencias a los niños por sus malos comportamientos, están reforzando el mensaje de que el niño no tiene por qué preocuparse del impacto que tiene su comportamiento respecto a los demás.

6. Ser excesivamente subjetivo

Estos padres les recuerdan constantemente a sus hijos que son "especiales", mejores que los demás y que, por tanto, merecen más que los demás.

Es ideal reforzar la autoestima de un niño, pero halagarles continuamente hará que los niños sean prepotentes y egocéntricos. Una autoestima positiva ayuda a que el niño tenga confianza, pero esos aires de grandeza pueden dar lugar a un futuro megalómano.

Los seis errores comentados anteriormente pueden conducir a que un niño crezca con la idea de que es superior a los demás. Por tanto, estos niños tendrán muy poco interés o empatía hacia los demás y se centrarán excesivamente en sí mismos y su beneficio personal. No respetarán las reglas y partirán de la base de que pueden hacer lo que quieran y cuando quieran para conseguir lo que quieran, sin consecuencias que valgan.

Todo padre o madre debe tener cuidado de no cometer estos errores. De no ser así, podrían estar guiando a su hijo por el mal camino.

Este artículo fue publicado originalmente en el 'HuffPost' Canadá y ha sido traducido del inglés por María Ginés Grao.