Cuando eras pequeño, te decían: "Si te portas bien, Papá Noel te traerá muchos regalos, pero si te portas mal, nada". ¿Qué le dirías a Papá Noel o a los Reyes Magos si no se te permitiera ir al colegio o si, en vez de tener una casa a la que volver cada día, tuvieras que regresar a una tienda de campaña congelada?
Las personas que dan vida a este campamento improvisado de Bruselas son una muestra más de la Europa solidaria que no aparece en la propaganda institucional ni en los vibrantes y a la postre vacíos discursos de Juncker. Como también lo son las iniciativas de acogida que por todo el continente impulsan distintos municipios y que van camino de convertirse en un primer cordón humanitario sustitutivo de las lentitudes ministeriales.