Las autoridades ucranianas alertan de que podría liberar sustancias radiactivas si no se logra enfriar el combustible nuclear gastado tras la interrupción, pero el OIEA asegura que no ve "impacto crítico en la seguridad".
Nuevos estudios reducen el temible impacto de la radiación en los humanos mientras las autoridades intentan redefinir el lugar como monumento y meca turística.
Cerca de 400 bomberos, tres aviones y tres helicópteros trabajan para apagar las llamas que arrasan la zona de exclusión de Chernóbil desde el pasado 3 de abril. Los expertos muestran su preocupación ante la posibilidad de que el humo arrastre la radiación hasta la región de Kiev, pero las autoridades niegan que los niveles de radiactividad sean inseguros.
Chernobyl vuelve a estar de moda. El accidente nuclear más importante de todos los tiempos ha vuelto a estar de actualidad gracias a una serie de cinco capítulos HBO. Además de la serie, decidimos hacer un repaso por otras catástrofes nucleares: Palomares, Fukujima...
Lo único que rodea a los edificios abandonados es el silencio: una muñeca rota por aquí, un mueble ruinoso por allá, un buzón oxidado colgando de un tocón. La ciudad fantasma tiene un nuevo amo: la naturaleza, que se ha adueñado de la ciudad, reclamando su territorio. Los árboles crecen atravesando ventanas rotas y el musgo sale entre las grietas del asfalto.
Svieta se va mañana a Orane, a treinta y cinco kilómetros de Chernóbil, pero en estos momentos ella y yo estamos en el Congreso de los Diputados, contándoles que la contaminación radiactiva producida no tiene solución, que en caso de accidente es imposible descontaminar por completo, y que los accidentes nucleares pasan, vaya si pasan. Y que es mejor vivir sin energía nuclear.
Afortunadamente, el concepto lluvia radiactiva suena muy lejano para la mayoría. La idea de una zona de exclusión es simplemente eso: una idea, no algo a lo que hayamos asistido en primera persona. El fotógrafo Iain Bolton ha estado allí y sus imágenes nos muestran una ciudad fantasma.