Un estudio de la Western University de Londres, en Ontario (Canadá), apunta a que la interacción entre dos proteínas podría detener o revertir totalmente el avance de la enfermedad.
Más de 4.000 enfermos siguen esperando una ley que en la pasada legislatura sufrió hasta 40 prórrogas en su tramitación parlamentaria. "Lo que nos están haciendo es un delito contra la vida", aseguran.