En Bruselas respiran: los prorrusos y antieuropeos han perdido en Rumanía y Polonia, mientras que Portugal garantiza que no gobernará con radicales. Hay una cierta apuesta popular por la estabilidad, pero asusta el aumento de los extremistas.
El líder del Partido Socialista, Pedro Nuno Santos, presenta su dimisión después del resultado que ha cosechado su partido: empatados en escaños con la ultraderecha en la segunda posición, a la espera del voto en el exterior, favorable a Chega.
El primer ministro luso se ha recompuesto el traje y pide que le dejen trabajar, como dice la letra de su himno, ganando las elecciones del domingo, tras su dimisión por una empresa de su familia por la que hay una investigación en marcha contra él.
El sucesor de Antonio Costa, conocido por ser de la rama radical de su partido, afronta las elecciones de este domingo con un perfil más conservador, con la esperanza de ganar terreno entre el electorado de centro frente a la dcerecha.
Una primera tanda de 4.500 personas recibirá la notificación de la Agencia para la Integración, Migraciones y Asilo en próximos días, un anuncio criticado por el resto de partidos por entender que es electoralista y populista.
Las sombras de posibles delitos que han hecho caer al Gobierno de Luis Montenegro (y al anterior de António Costa) devuelven al país luso a unos comicios adelantados, los terceros consecutivos. El fútbol y Fátima condicionaron la fecha.
El país se encamina a unas nuevas elecciones anticipadas por el escándalo asociado al presunto conflicto de intereses con una empresa familiar del mandatario portugués.
La Presidencia del Consejo de Ministros luso anunció su aprobación hoy al considerar que "el país necesita una clarificación política", tras la polémica originada por una empresa familiar fundada por Montenegro y que actualmente está a manos de su mujer y sus hijos.