Yenín, diana del ataque, ha quedado sin acceso al hospital y con dificultades para las ambulancias de llegar a los heridos, debido al bloqueo y las calles cortadas.
Desde el día del ataque de Hamás, 15 puestos de avanzada de colonos han sido levantados por toda la zona. Una oleada sin precedentes que afianza un nuevo 'modus operandi': ataques contra palestinos hasta en sus viviendas.
Los asentamientos judíos se demolieron en la franja en 2005, pero ahora grupos ultras reclaman el retorno. No están solos: los apoyan ministros y diputados del Gobierno. Netanyahu lo descarta en su poco definido plan para el día después.
Ministros y legisladores de los partidos que sustentan a Netanyahu se dan cita en una conferencia sobre el futuro de la franja en la que la consigna es volver a ocupar la zona costera. "Debemos alentarlos a que se vayan", dicen sobre los palestinos.
La respuesta es sí, pero hace falta voluntad política. La toma de conciencia mundial de que esto no se resuelve por las armas y de que más violencia puede generar una guerra multibanda en Oriente Medio acelera el objetivo del estado palestino.
Reitera que su jurisdicción sobre el mismo es "nula", porque es suelo ocupado a Siria, y exhorta a Tel Aviv a revocarla, si bien este documento no es vinculante.
Los ciudadanos, que llevaban nueve meses en las calles peleando contra las políticas ultras de Netanyahu, se apiñan porque todos tienen un muerto, un herido, un rehén o un reservista en casa. Pero piden responsabilidades para cuando todo pase.
La franja está bloqueada por el propio Israel y por Egipto desde 2007, por tierra, mar y aire. No hay manera de saltar vallas, escapar en barco, coger un avión. Queda buscar refugio en edificios de la ONU, mientras se pelea por pasillos humanitarios.
El ataque múltiple de Hamás, calificado como "terrorista" por gran parte de la comunidad internacional, no tiene justificación, pero sí un origen. Y es este.
No, no es otro bucle más en la espiral de siempre. Hay una fuerza inusual en las milicias palestinas, una debilidad inesperada en Tel Aviv, su ejército e inteligencia, nuevos factores como los rehenes y los presos y lecturas particulares en la región.
Israel cerca por tierra, mar y aire la franja palestina desde que Hamás ganó las elecciones, en 2007. Hoy el desempleo es el 50%, dos tercios de sus ciudadanos dependen de la ayuda humanitaria y son constantes los cortes de luz y agua.
Barcos y submarinos destrozados, radares invalidados, sistemas de defensa aérea destrozados, diques inservibles... Los de Zelenski hacen daño con sus drones y sus misiles en la península invadida por Rusia desde 2014.
Israel, que mantiene ocupada parte de Cisjordania, donde se enclava la ciudad, ha intentado frenar la decisión de la Unesco por ser "distorsionada", a su juicio.