El demócrata llegó al cargo no sólo porque lo quisieron los electores, sino porque parte de ellos odiaba a Trump. En estos cuatro años, la fractura social no se ha curado y hasta han aparecido casos de violencia abierta. Una deuda pendiente.
Normalidad en el arranque de la jornada del 5N, a la espera de lo que hagan los estados bisagra para romper el empate técnico que dan las encuestas. En Tailandia, un hipopótamo estrella de las redes ha predicho que ganará el republicano.
El gobernador de Minnesota completa el ticket demócrata para las presidenciales del 5 de noviembre, tras ganar por sorpresa a sus rivales gracias, entre otras cosas, a un vídeo viral en el que llama "raritos" a Donald Trump y a J.D. Vance.
La vicepresidenta demócrata se convirtió de la noche a la mañana en candidata a la Casa Blanca tras el paso al costado de un cuestionado Joe Biden. Puede ser la primera mujer presidenta. Antes de eso, ha ido rompiendo techo tras techo.
270 votos del colegio electoral, eso es lo que necesitan Harris o Trump para ganar los comicios de este 5N. Pero hay estados oscilantes donde el recuento puede retrasarse por seguridad. Los resultados definitivos pueden tardar días, incluso.
La que es aún la mayor potencia del planeta decide entre dos visiones: ninguno es un candidato milagroso, ambos tienen miserias bajo la alfombra, pero sus líneas rojas son claramente distintas. La regresión o la esperanza. El rechazo o la apertura.
Los votantes llegan al gran día después de haber asistido a una de las campañas más convulsas de la historia reciente de EEUU y sin un vencedor claro en el horizonte.
La demócrata tiene una ligera ventaja sobre el republicano pero los 'swing states' -en los que todo se decide- están empatados. El debate se ha agriado esta semana con el temporal en Florida, mientras el apoyo a Israel ha sido el punto de consenso.
La candidata demócrata a la Presidencia de EEUU fue la vencedora clara del debate ante el republicano Trump y sigue brillando en programas como el de Oprah Winfrey, pero aún tiene que explicar mejor sus ideas, propuestas y promesas.
Él y un sismólogo ruso han creado un modelo que utiliza 13 criterios para predecir si un candidato ganará o perdería las elecciones a la presidencia de los Estados Unidos.
El candidato republicano vuelve a asistir a un evento público después de sobrevivir al segundo intento de asesinato del que es víctima en campaña electoral.
Esta vez todo es menos visceral que en julio: el republicano no está herido, no hay muertos ni sangre ni imágenes del ataque. Pero el magnicidio fracasado sepulta las corrientes de la disputa de estos días y supone una normalización de la violencia.
La aspirante demócrata a la Casa Blanca se ha crecido en el primer debate contra el republicano: lo ha acorralado, lo ha puesto nervioso y ha sabido esquivar el ataque a sus flancos débiles. Ha evitado el catastrofismo y ha apostado por la esperanza.