Estoy desnuda, mirándome al espejo, y me siento enfadada. Yo veo extremidades, piel y curvas. Pero para los políticos, mi cuerpo es sólo un posible voto. Para el colectivo provida, mi cuerpo es una máquina de hacer bebés. Para la religión, mi cuerpo es un templo. Para las empresas de publicidad, mi cuerpo es una herramienta de marketing.