Antiterrorismo, UE, F-16... El presidente turco, una vez más, arranca a Occidente ganancias concretas al levantar su veto sobre Estocolmo. Pesca en río revuelto.
Defiende que "ha enmendado su Constitución, reforzado la legislación antiterrorista y levantado su embargo de armas", lo que Erdogan reclamaba para levantar el veto.
"El elevado coste de la vida ha afectado negativamente a los pobres y a los trabajadores, pero el Gobierno impidió que la olla se vaciara por completo con diversas ayudas. No erradicó la pobreza, pero fue capaz de gestionarla".
El mandatario turco que más poder ha tenido desde que Mustafa Kemal "Atatürk" fundara la República de Turquía en 1923 afronta este domingo la segunda vuelta de las elecciones presidenciales.
Fue elegido en 2010 como presidente del Partido Republicano del Pueblo (CHP), el principal de la oposición y heredero de los principios laicos del fundador de la Turquía moderna, Mustafa Kemal "Atatürk".
Bruselas insiste en que los comicios sean "transparentes, inclusivos y creíbles, en igualdad de condiciones", después de que se detectase una "ventaja injustificada" del actual presidente, Erdogan.
El islamista moderado, que ganó la primera vuelta cuando las encuestas daban por vencedores a sus adversarios, azuza el fantasma del miedo y prepara el terreno.
El voto nacionalista, islamista y del extranjero tienen la clave de por qué la alianza opositora de seis partidos no ha podido imponerse en primera vuelta.
La Bolsa turca pierde un 6%, su mayor castigo desde febrero, y la onda expansiva se deja notar en el banco español: es el que más cae en todo el continente.
Los sondeos reflejan que la alianza a seis forjada contra el presidente, cada día más autoritario, lograría la victoria en primera vuelta. La crisis económica, la gestión del terremoto y el cansancio explican la pérdida de influencia del mandatario.
El islamista se aferra a la complejidad del momento y reclama unidad nacional ante la crisis, pero la oposición y los afectados ven lagunas imperdonables.
La palabra "turkey" en inglés hace referencia al animal y en Ankara están ya hartos, así que apuestan por llamarse "Türkiye", su nombre turco. Costará acostumbrarse.