Pocos lugares hay en el mundo que no pertenezcan a ningún país o estado. La mayor parte del planeta está colonizado por el ser humano de una u otra forma; ya sea con asentamientos o con cualquier otro tipo de práctica (mercantil, laboral...) Sin embargo, hay algunas regiones que continúan a día de hoy sin contar con presencia humana.

Concretamente hay tres zonas de todo el planeta que no han sido reclamados por ningún estado actual. Hablamos de la Tierra de Marie Byrd, en la Antártida, Gronja Siga, en la frontera entre Croacia y Serbia y la zona de Bir Tawil, en la frontera entre Egipto y Sudán.

Todas ellas comparten un rasgo: no son habitadas por nadie y ningún país parece tener interés en conquistarlas o reivindicarlas. Sin embargo, cada una tiene una peculiaridad diferente, que las convierte en indeseables por el resto del mundo.

La primera de ellas, Marie Byrd, se encuentra como decimos en la Antártida, y su inutilidad ha provocado que nadie quiera reconocerla como propia. Se ubica en el suroeste de la isla. Por su parte, la zona de Gronja Siga (llamada República Libre de Liberland), una región de 7 km cuadrados ubicada en el valle del Danubio, y que ni Croacia, Serbia ni Hungría pretenden anexionarse.

El motivo de este pasotismo por parte de todos los países cercanos radica en la Guerra de Yugoslavia, momento histórico en el que tanto Croacia como Serbia ignoraron la existencia de esta región, y posteriormente, nunca ha sido pretendida por ninguno de los dos. Ambos esgrimen que no cumple con los criterios necesarios para que pueda anexionarse a sus respectivos países, y Serbia alega que un "barrizal" en la ribera del Danubio.

Por último está la región de Bir Tawil, un desierto cuyas condiciones climáticas no permiten ningún asentamiento humano. Actualmente, nadie tiene interés en esta región por este motivo.

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