Conclusiones de una 'ronda de crisis': la incertidumbre se asienta entre el Gobierno y los socios de investidura
El informe de la UCO sigue haciendo estragos en el Ejecutivo que ha perdido gran parte de la confianza de sus aliados. A lo largo de la semana, inquietudes, propuestas y advertencias han protagonizado las reuniones del interior del Palacio de la Moncloa.

"El miedo lleva a la ira, la ira lleva al odio, el odio lleva al sufrimiento. Percibo mucho miedo en ti", le decía el maestro Yoda al joven Anakin Skywalker en La amenaza fantasma. El informe desvelado la semana pasada por la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil sigue dejando su huella en la actualidad política. La inestabilidad del Ejecutivo se ha asentado después de conocer que los dos últimos secretarios de Organización del Partido Socialista —José Luis Ábalos y Santos Cerdán— estarían presuntamente implicados en el cobro de comisiones y mordidas en el conocido 'caso Koldo'. Después de "pedir perdón" y anunciar una auditoría, el líder de la formación y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha realizado una ronda de contactos los últimos días para comprobar la fiabilidad de lo que queda de legislatura y recibir las inquietudes de los socios. El clima de espera a nuevos informes que revelen comportamientos delictivos hace que nadie pueda vaticinar el futuro.
Los aliados del Ejecutivo —una serie de grupos parlamentarios sine qua non podría estar Sánchez en la Moncloa— han trasmitido su decepción y su firme rechazo a la corrupción que asoma desde hace días. No obstante, no todos ellos han decido participar en esta 'ronda de crisis' tras las informaciones conocidas. Podemos, el partido que formó parte del Gobierno en la pasada legislatura, ha dado por finalizada la presente asegurando que "está muerta". "Su actitud es indefendible porque la corrupción es igualmente grave, la haga el PP o la haga el PSOE. Sánchez ha restado importancia a un gravísimo caso de corrupción que afecta al corazón del partido", aseguraba la líder de la formación morada, Ione Belarra, este miércoles en el pasillo del Congreso.
Una línea similar ha mantenido el Bloque Nacionalista Gallego (BNG) que ha decidido "no participar en la foto para blanquear la corrupción". Con un rechazo a todo lo que se está conociendo, la formación nacionalista ha decidido 'dar plantón' a Sánchez este miércoles. "En un momento en el que están saliendo a la luz informaciones graves sobre prácticas corruptas vinculadas a miembros del PSOE, el Gobierno no puede buscar una foto de respaldo que desvíe la atención o pretenda diluir responsabilidades", ha dicho ante los medios de comunicación el diputado Néstor Rego. Además, los gallegos han apuntado a que las disculpas que pueda ofrecer el líder del Ejecutivo "se demuestran con actos, no con palabras".
Otros, sin embargo, han acudido a la llamada de Sánchez. El pasado lunes, Yolanda Díaz, líder de Sumar y vicepresidenta del Gobierno de coalición, fue la primera en llegar a Moncloa para hacer un balance de la situación. "Insuficientes", fue el adjetivo con el que calificó las explicaciones acerca de la corrupción que ha dado Sánchez desde que la UCO expusiera las conversaciones entre Ábalos, Cerdán y Koldo. "Tiene que ser un punto y aparte. Hay que regenerar la legislatura", decía Díaz a la salida del encuentro con el Presidente siendo consciente de que la corrupción le podría pasar una mala pasada en unos hipotéticos comicios futuros. Al igual que en Sar Wars —donde la República cayó esencialmente por un cúmulo de corruptelas y de ineficacias políticas—, la líder de Sumar intenta solventar la segunda parte exigiendo más medidas sociales y levantando el "bloqueo" a las diferentes propuestas congeladas que ayudarían a la ciudadanía.

La estrategia de Junts se dirige por otros senderos de la Fuerza. Después de reunirse con el presidente del Ejecutivo el pasado martes, Jordi Turull y Míriam Nogueras le dieron un margen para tener "otro interlocutor" en sustitución a Santos Cerdán —quien acostumbraba a ir a Bruselas para negociar con el partido— y le exigieron "garantías" para el regreso de Carles Puigdemont. Nogueras era más explícita ante las solicitudes a Sánchez: "Si quiere mantener el apoyo de Junts, tendrá que cumplir con la agenda catalana". "Al final, nosotros velamos por los intereses de Cataluña", aseguraba la representante en el Congreso del partido conservador en el que se sustenta gran parte de la estabilidad del Ejecutivo debido a la fuerte discrepancia ideológica.
No es así con Esquerra Republicana que, después de un duro encontronazo en el parlamento durante la sesión de control de este miércoles, tan solo fue el aperitivo de lo que se encontraría Sánchez en la reunión que ha mantenido con el portavoz del grupo, Gabriel Rufián. "El presidente se ha comprometido con nosotros para ir a por las empresas corruptoras, lo que supondría un cambio en el Código Penal", aseguraba el líder independentista en relación a las empresas con las que habría tenido relación los implicados en el 'caso Koldo'. Con ello, también exigió acabar con los aforamientos y, principalmente, mejorar la vida de la gente. "No sabemos el tiempo que nos queda así que apelo a las fuerzas progresistas a la izquierda del PSOE que aprovechemos este momento, que mejoremos las condiciones de vida de la ciudadanía, que permitamos que la gente pueda tener una vivienda digna y se pueda permitir comprar un piso. Porque cuando lleguen PP y Vox, todo esto se acabará", admitía con entereza Rufián ante los medios de comunicación en el pasillo del Congreso de los Diputados.
"Miedo, ira, agresividad, el lado oscuro ellos son. Si algún día rigen tu vida, para siempre tu destino dominarán", le decía el maestro Yoda a Luke Skywalker en el Imperio Contraataca. Otra postura se ha percibido desde el País Vasco. "La tolerancia cero contra la corrupción debe traducirse en medidas y decisiones valientes e integrales que ofrezcan una oportunidad para articular un nuevo programa político democrático, plurinacional y social que establezca un propósito claro junto a la mayoría de la investidura", aseguraba la nota de prensa de EH Bildu después del encuentro entre Mertxe Aizpurua y Pedro Sánchez. Tras esta, el Partido Nacionalista Vasco avisaba de que "no iba a mercadear" por la situación generada por el 'caso Cerdán', pero la portavoz de los nacionalistas, Maribel Vaquero, también exigió que se "cumpliera con el acuerdo de investidura" en un encuentro que ha calificado como "corto pero cordial" y donde el presidente se mostraba "preocupado".
El sector que más ha rechazado el respaldo al Ejecutivo ha sido la diputada de Coalición Canaria, Cristina Valido, que ha trasmitido al líder del Ejecutivo que "no puede asegurar el apoyo". "No podemos garantizar nuestro apoyo al Gobierno. Tomaremos decisiones cuando correspondan y ante escenarios reales, no posibles", aseguraba ante los medios de comunicación haciendo hincapié en que Sánchez "tiene que actuar y tomar todas las medidas que hagan imposible que esto vuelva a repetirse". Una postura que podría suponer la pérdida de un escaño, lo que significaría que el bloque PP y Vox tan sólo se quedarían a tres escaños de poder plantear una moción de censura viable.
La incertidumbre está servida ante la expectativa de que nuevos informes puedan resquebrajar más aún los cimientos del Gobierno. Las exigencias y propuestas encima de la mesa llevan el sello de urgencia ante el desconocimiento de lo que pueda pasar en un futuro y el temor de los socios reside en aquello que dijo Padme Amidala en el Senado durante La venganza de los Sith: "Así muere la libertad, con un estruendoso aplauso", o en otras palabras, que la corrupción haga caer el Gobierno como lo hizo con la República ficticia y llegue al poder algo que impida que se avance en las agendas de los partidos y que haga retroceder lo avanzado.