El Gobierno empieza a mirar hacia Beatriz Corredor por el apagón: "Metió la pata"
Las críticas en privado se suceden sobre la presidenta de Red Eléctrica. “No hay cosa que no nos pase”, reconocen en Moncloa. Feijóo apretará a Sánchez en la vuelta al Congreso

No hubo operación deshielo. Ni tan siquiera tregua. A Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo les separa un abismo. Esta semana volvieron a despachar telefónicamente y, poco después de terminar la conversación, el PP ya avisaba de que no le habían bastado sus explicaciones sobre el gran apagón. Prácticamente en paralelo, el principal partido de la oposición daba por rotas las negociaciones sobre el decreto de aranceles y dejaba claro que no hay entente que valga sobre el aumento en gasto en Defensa.
El Congreso de los Diputados recupera el martes su actividad habitual tras un extenso parón, y las fuentes consultadas en el Gobierno y el PP auguran que se disparará la tensión. Señalado en rojo en el calendario, la comparecencia extraordinaria del presidente el miércoles. En esencia, en la Cámara Baja se debatirá y votará sobre buena parte de los asuntos de plena actualidad, como la energía nuclear o los aranceles.

Moncloa y Génova llegan a esta cita parlamentaria con los puentes prácticamente rotos. Otra vez. También Sánchez tiene importantes problemas con algunos de sus socios. Para Feijóo, al apagón del lunes se sucedió otro de carácter informativo. “Ya están tardando en asumir responsabilidades por lo ocurrido. Lo que faltaba es que ahora nos intenten vender que todo ha salido fenomenal”, denuncian fuentes de su equipo.
El jefe del PP se mostró muy crítico sobre Sánchez ante el poder político de la Unión Europea, que muy mayoritariamente es de su familia política, en la cumbre celebrada en Valencia. De hecho, pidió ayuda a Bruselas para “saber la verdad” de lo ocurrido en presencia de Ursula Von der Leyen, la presidenta de la Comisión. “En la conversación con Sánchez nos dijo lo mismo que en la rueda de prensa. Es decir, nada”, destacaron en Génova. Quedaron en volverse a llamar pero no ha habido noticias al respecto.
“No sabemos lo que pasó. Hay que ser prudentes y responsables”, aseguraba, todavía este jueves, un miembro del Gobierno. En privado, las quejas con Red Eléctrica y con su presidenta, Beatriz Corredor, no han parado de deslizarse claramente en los últimos días. “Metió la pata”, concede un destacado ministro del PSOE. “No creo que Pedro esté muy contento con ella…”, añade otro de Sumar.
Sobre los aranceles, se confirmó lo adelantado por este periódico. Hoy por hoy, el PP asegura que votará en contra del decreto pese a que, en un primer momento, el mensaje lanzado a la opinión pública fue de unidad. “En una negociación, ambas partes se han de escuchar, ceder y acordar. Aquí esto no ha ocurrido. El Gobierno quiere que le votemos todo lo suyo confiando en nuestro sentido de Estado. Pero eso no es una negociación”, arguyen fuentes populares implicadas en los contactos con el Ejecutivo.

El ministro Carlos Cuerpo y el vicesecretario Juan Bravo no han roto por completo los contactos pero las negociaciones están congeladas. Y la votación es el jueves. “Cuerpo haría bien en atar el apoyo de Podemos”, sugieren del lado del PP. “Nadie entendería, ni sus presidentes autonómicos ni tampoco sus votantes, que en esto también se pusieran en contra”, replica la parte gubernamental.
Para Moncloa, “el problema” que tiene el líder del PP es la presión que ejerce Vox. “Del Feijóo de Galicia no queda ni rastro”. Una línea argumental que repiten tanto en público como en privado. “Está secuestrado por Ayuso, por Aznar… y está aterrado porque Vox le sigue quitando votos”, en palabras de un miembro del gabinete.
La incapacidad de acordar con el PP deja a Sánchez a merced de sus socios habituales en el Congreso. Y estos tampoco se lo ponen nada fácil. En especial con Podemos, en pie de guerra en prácticamente todas las cuestiones clave. Se visualizará, por ejemplo, cuando el presidente aborde el miércoles el gasto en Defensa, de cuyo aumento pretende informar pero sin que se vote en las Cortes. “Esa votación la perdería”, apuntan distintas fuentes parlamentarias.
“No hay cosa que no nos pase”, resumía con media sonrisa un interlocutor del presidente. Ante lo que está por llegar esta semana en las Cortes Generales, miraba al Vaticano: “Esperemos que con lo del Papa la presión no sea tanta”.