El PP comienza a atar los cabos sueltos con Vox tras el 28M para asegurar su poder territorial en coalición con la ultraderecha

El PP comienza a atar los cabos sueltos con Vox tras el 28M para asegurar su poder territorial en coalición con la ultraderecha

Comunidad Valenciana y varios ayuntamientos, los primeros en sellar lo que las elecciones municipales y autonómicas dejaron a punto. Aún quedan bastantes 'patatas calientes' para los de Núñez Feijóo y el plazo se va agotando.

Feijóo y Abascal conversan durante el pasado Día de la Hispanidad, en uno de los pocos momentos en los que han aparecido juntosGetty Images

Caretas fuera. A poco más de cuatro días del límite para la constitución de los nuevos ayuntamientos y con el horizonte cercano de los nuevos gobiernos autonómicos, PP y Vox se han puesto 'manos a la obra'.

Los dos partidos han hecho efectivo el 'ticket' electoral que se daba por seguro vistos los resultados de la noche del 28-M y que las izquierdas no han dudado en atacar. Aquel 'tsunami azul', aquel triunfo 'rotundo' del PP necesitaba de Vox para ser verdaderamente efectivo. Y este martes han llegado los primeros acuerdos de lo que se estima el 'comienzo de una gran amistad'. Electoral, al menos. 

El tiempo apremia. Sólo en cuestión municipal hay 135 ayuntamientos al alcance del PP y su socio... y apenas 100 horas de margen. Las dos partes saben que habrá muchos más apretones de mano y que el hielo se ha comenzado a romper.

Estos son los lugares claves que empiezan a cambiar el mapa político de España:

Comunidad Valenciana: un veto que Vox niega

Las "líneas rojas" que marcó el PP han surtido un efecto inmediato. Hay acuerdo para que Carlos Mazón presida un Ejecutivo de coalición en el que habrá miembros de Vox, como recoge un documento de cinco puntos —bastante vagos en su redacción, todo sea dicho— que está dando mucho que hablar por lo que dice sobre libertad, familias o señas de identidad.

Génova condicionó el pacto a que el cabeza de lista de Vox, Carlos Flores, diese un paso al lado por la condena por maltrato que arrastra. Tirando de maquillaje, los de Abascal han movido a su candidato a las listas para el 23-J por Valencia sin, por supuesto, aceptar la más mínima parte del 'veto'. "Yo no doy un paso al lado, sino un paso adelante", afirmaba el afectado, mientras Mazón le agradecía su "generosidad", fastidiando su bien estudiado discurso de renuncia.

Y Superado el escollo Flores, la coalición ya ha certificado la muerte del 'Botanic' en la región, entre las duras críticas de PSOE, Compromís y Podemos, los antiguos socios. El nuevo tiempo ya se cobra un peaje: Vox se queda con la presidencia de Las Cortes Valencianas. Y hará lo propio con varias consejerías, en una 'pelea' de despachos que apenas ha comenzado. De momento, todo apunta a que se harán con carteras como Educación y Asuntos Sociales, además de Agricultura.

Mazón, futuro presidente, no ve la hora de oficializar su mandato y tiene prisa. Este mismo martes ha asegurado que "no hay por qué esperar" para la formación de ese Ejecutivo, si bien "lo último serán las sillas y los repartos". 

Feijóo, de momento, guarda silencio de puertas para afuera en lo que será la segunda experiencia de coalición autonómica de derechas, tras el estreno en Castilla y León en 2022. Está en otra batalla, la del 23-J y evita el desgaste de las negociaciones con la ultraderecha... aunque de puertas para dentro, Mazón ha confirmado que el 'jefe nacional' le ha felicitado por el acuerdo. 

Lo que sí se reconoce desde el cuartel general de los populares es que el Gobierno no puede dar "lecciones" sobre pactos cuando Pedro Sánchez se ha "apoyado" en Bildu durante esta legislatura y "no hay ningún pacto en el que Sánchez pueda prescindir de Bildu", como apuntan fuentes del partido a Europa Press.

Los primeros ayuntamientos entre los 135 en juego

También dentro de la Comunidad Valenciana, el primer foco del día ha estado en Elche, la tercera ciudad por población de toda la región. Palabras mayores que bien valen superar esa intención, tan repetida por Feijóo como despreciada por el PSOE, de dejar gobernar a la lista más votada. 

Porque en Elche lo fue el PSOE. Pero la suma de PP, segunda fuerza, y Vox, tercera, avala un mandato en coalición para la presente legislatura. Bastón de mando para Pablo Ruz y tres concejalías para la ultraderecha, incluida una creada ad hoc de Familia y Mayores. Mismos actores en puntos tan distantes como Guadalajara, Calvià y Alcudia (Mallorca) o Maracena (Granada).

Especialmente relevante, por tratarse de una capital de provincia, es la unión alcanzada en el Ayuntamiento de Guadalajara, donde la nueva alcaldesa será la popular Ana Guarinos, que contará con varios ediles de Vox en la corporación.

La cogobernanza en Calvià tiene premio 'extra', porque la gestión de esta localidad balear incluye la de Magaluf, población considerada como ‘meca’ del turismo low cost y perteneciente a la segunda localidad más poblada de las Islas Baleares. Desde ahora el control de este destino predilecto para miles y miles de jóvenes turistas de toda clase en busca de fiesta pasa a ser competencia de Vox, que también controlará la policía local, de acuerdo con el reparto de ‘consejerías’ firmado con el futuro alcalde, el popular Juan Antonio Amengual.

El escándalo de Maracena, con el secuestro de una de las ediles y la imputación de la alcaldesa socialista no evitó la victoria socialista, pero sí su permanencia en el poder. PP y Vox, apoyados por dos formaciones locales, han certificado el cambio.

Lo que queda por resolver: grandes regiones y bastiones socialistas

A nivel autonómico hay menos urgencias y eso se nota en el tono y el ritmo de las negociaciones. Plazas claves en la ‘reconquista’ popular como Aragón y Extremadura,  tradicionales feudos socialistas, están a sólo una firma de volver al PP, pero todas las partes asumen que no será ni fácil ni 'barato' en las conversaciones con Vox.

En Aragón, tras un carrusel de declaraciones y cábalas, las negociaciones ya son firmes. Este martes, el líder del PP y ganador de los comicios, Jorge Azcón, ha mantenido el primer encuentro con su homólogo de Vox, Alejandro Nolasco, como ya hizo la semana pasada con el presidente aliente, el socialista Javier Lambán. 

De momento, Azcón mantiene su apuesta por gobernar en solitario con el apoyo exterior de Vox, pero la ultraderecha tampoco se apea de sus reclamaciones de entrar al gobierno. "El acuerdo es que vamos a avanzar, a respetar los tiempos", ha apuntado el líder popular al hilo de sus negociaciones para meter a Vox en la Mesa del Parlamento, como primer guiño para asegurar sus votos. El primer paso de lo que puede venir.

El partido se antoja aún largo en territorios como Extremadura o Baleares. En la primera sigue el tira y afloja, aunque de un modo más "silencioso", como defiende el PP tras días de mucho ruido y desencuentros incluso entre Génova y la dirección regional sobre el cariz de las negociaciones. María Guardiola, la candidata del PP, sigue "convencida" de que habrá acuerdo con Vox, aunque prefiera mantener la “privacidad" hasta que cristalice su deseado pacto. Sus reuniones seguirán en los próximos días.

En Baleares el PP también quiere volar libre, sin 'socios', aunque Vox, como en Aragón, no está por regalar sus apoyos sin asegurarse sillón oficial. Por ello, la victoria de Marga Prohens aún debe cristalizar con negociaciones la próxima semana tras el desencuentro de los últimos días, ante la negativa de la candidata del PP de verse directamente con Vox.

Donde Vox no suma es en Cantabria, territorio hasta ahora en manos de Miguel Ángel Revilla, que ha dado orden de favorecer un gobierno en solitario del PP de María José Sáenz de Buruaga para evitar que dependa de los votos de la ultraderecha. Sólo faltan por cerrar "flecos" tras la segunda reunión entre ambas formaciones.

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Miguel Fernández Molina (Sabiote, Jaén, 1987) es periodista licenciado por la UCM. Trabajó ocho años en el medio digital 'Mundotoro' antes de llegar a 'El HuffPost', donde ejerce de responsable de cierre y escribe sobre deporte, internacional y política, entre otros campos. Puedes contactar con él en miguel.fernandez@huffpost.es